La fuga que nunca existi¨®
EL PA?S public¨® el pasado 6 de enero una informaci¨®n firmada por m¨ª en la que se aseguraba que Eduardo Gonz¨¢lez Arenas, supuesto fundador de la secta Edelweis, hab¨ªa huido de Espa?a. Sin embargo, Gonz¨¢lez Arenas, cuyas actividades originaron un gran esc¨¢ndalo en 1984, espera en la localidad ibicenca de Santa Eulalia a que los jueces fijen la fecha de la vista oral contra ¨¦l. La cr¨®nica de su inexistente huida fue consecuencia de una apresurada interpretaci¨®n de algunos indicios, como su no comparecencia el d¨ªa 1 de enero ante el juzgado correspondiente, el cambio de domicilio de su familia y las declaraciones de su abogado defensor, Juan Ram¨®n Ayala, que afirm¨® no haberle visto desde hac¨ªa un mes y que no desminti¨® en ning¨²n momento los datos que le consult¨¦. Todo ello, unido a que me fue imposible contactar con el juez encargado del caso -que deber¨ªa haber sido fuente sustancial para esa cr¨®nica-, me llev¨® a malinterpretar una simple ausencia o imposibilidad de localizar a Gonz¨¢lez Arenas con una huida suya del pa¨ªs.La historia se inici¨® cuando el pasado d¨ªa 4 conoc¨ª la existencia de rumores en la Audiencia Nacional sobre una presunta fuga de Gonz¨¢lez Arenas. Al d¨ªa siguiente, un funcionario de la Secci¨®n Segunda de la Audiencia Nacional dijo confidencialmente a un redactor de EL PA?S que se estaba estudiando la posibilidad de enviar una citaci¨®n al supuesto l¨ªder de Edelweis para aclarar la situaci¨®n. El jefe de la secci¨®n de Nacional me encomend¨® la investigaci¨®n sobre el caso. Recurr¨ª, en primer lugar, a fuentes policiales, que me aseguraron que hasta el momento no exist¨ªa ninguna orden de busca y captura contra Gonz¨¢lez Arenas, si bien indicaron que cab¨ªa la posibilidad de que la orden judicial pudiera haberse retrasado por tr¨¢mites burocr¨¢ticos.
Los siguientes pasos fueron encaminados a bucear en c¨ªrculos cercanos al supuesto dirigente de Edelweis. Su abogado, Juan Ram¨®n Ayala, me coment¨® como "bastante posible" su desaparici¨®n. Gonz¨¢lez Arenas le hab¨ªa expresado en privado desde hace tiempo su preocupaci¨®n ante la eventualidad de tener que volver a la c¨¢rcel. El fiscal pide para ¨¦l una condena de m¨¢s de 450 a?os por varios delitos, entre ellos 75 por corrupci¨®n de menores. Eduardo Gonz¨¢lez Arenas fue detenido en diciembre de 1984 en Portugal, donde se march¨® al estallar el esc¨¢ndalo, y fue extradido a Espa?a seis meses despu¨¦s. Tras permanecer dos a?os en prisi¨®n fue puesto en libertad provisional por imperativos legales el pasado mes de julio. Actualmente reside en Ibiza, al igual que sus padres. El abogado defensor del procesado me coment¨® que no pod¨ªa precisar el paradero de su cliente, ya que no manten¨ªa contacto con ¨¦ste desde hac¨ªa aproximadamente un mes. El letrado no desminti¨®, aunque tampoco confirm¨®, las sospechas existentes de una supuesta fuga hacia Brasil, pa¨ªs en el que,Gonz¨¢lez Arenas ha vivido en varias ocasiones y que no posee convenio de extradici¨®n con Espa?a.
Uno de los factores que me indujeron al error fue que no pude localizar a la familia del supuesto l¨ªder de Edelweis. Algunos vecinos explicaron que los padres de Gonz¨¢lez Arenas hab¨ªan vendido recientemente la casa que ocupaban en la urbanizaci¨®n Roca Llisa, en las proximidades de Ibiza. Los intentos por conocer el nuevo domicilio del matrimonio Gonz¨¢lez Arenas y su hijo, Eduardo, resultaron fallidos, y ello me impidi¨® contactar con alguno de ellos.
Intent¨¦ entonces averiguar desde cu¨¢ndo no comparec¨ªa ante el juzgado. Un funcionario de la Audiencia Nacional -a la que el juez de Ibiza debe remitir las comparecencias cumplimentadas- me asegur¨® que el presunto dirigente de la secta no se hab¨ªa presentado el d¨ªa 1 de enero, fiesta de A?o Nuevo, ni en las jornadas sucesivas. Al preguntar si lo hab¨ªa hecho la fecha anterior, como suele ser habitual en caso de d¨ªas festivos, el mismo funcionario dijo que tampoco.
La persona que pod¨ªa haber aclarado definitivamente la situaci¨®n era Jos¨¦ Luis N¨²?ez Vide, titular del Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 2 de Ibiza, donde Gonz¨¢lez Arenas deb¨ªa presentarse peri¨®dicamente. No me puse en contacto con ¨¦l porque consider¨¦, err¨®neamente, que la conversaci¨®n con el defensor del procesado y la seguridad de que no se hab¨ªa presentado en las fechas indicadas eran suficientes para estimar que se hab¨ªa fugado. Y atribu¨ª la noticia a fuentes judiciales, cuando ¨¦stas ¨²nicamente hab¨ªan confirmado que el procesado por el asunto Edelweis no hab¨ªa comparecido el d¨ªa 1 de enero ni en otras fechas subsiguientes.
El pasado d¨ªa 6, tras la publicaci¨®n de la informaci¨®n equivocada, el juez N¨²?ez desminti¨® la huida de Eduardo Gonz¨¢lez Arenas, a la vez que aseguraba que ¨¦ste se hab¨ªa personado 24 horas antes en la secretar¨ªa del Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 2 de Ibiza. Posteriormente se aclar¨® que la Secci¨®n Segunda de la Audiencia Nacional no hab¨ªa enviado a Eduardo Gonz¨¢lez Arenas la citaci¨®n mencionada porque, al habla con el juez de Ibiza, hab¨ªa comunicado que las comparecencias se realizaban con normalidad. La Secci¨®n Segunda pidi¨® al mencionado juez que remitiera, tal y como es habitual, el comprobante de la ¨²ltima presentaci¨®n.
Eduardo Gonz¨¢lez Arenas reside actualmente en la vivienda que sus padres adquirieron hace poco tiempo en la localidad ibicenca de Santa Eulalia.
Nota de la direcci¨®n EL PA?S
El redactor firmante de la noticia err¨®nea que EL PA?S public¨® en su primera p¨¢gina el d¨ªa 6 de enero explica en el art¨ªculo precedente los motivos de su equivocaci¨®n y los pasos que le condujeron a ella. La atribuci¨®n de la noticia a fuentes judiciales hizo infundada la sospecha de que no se hubiera consultado al juez sobre el paradero de Gonz¨¢lez Arenas, lo que a su vez evit¨® la sugerencia de ulteriores comprobaciones por parte de jefes de secci¨®n y redactores jefes. El restablecimiento de la credibilidad del peri¨®dico y de la del propio redactor exig¨ªan esta explicaci¨®n ante nuestros lectores. La direcci¨®n de EL PA?S ha abierto una investigaci¨®n sobre las responsabilidades profesionales en las que se ha incurrido y obrar¨¢ en consecuencia.
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