Vacaciones largas, clases interminables

Los caprichos del calendario, que hicieron coincidir el 21 de diciembre de 1987 con un lunes y el 8 de enero de 1988 con un viernes, han provocado un alargamiento poco frecuente de las vacaciones de Navidad en escuelas y universidades espa?olas. Estas tres semanas navide?as de solaz ponen de nuevo sobre el tapete la notable irregularidad del ciclo escolar espa?ol, que suele concentrar el descanso y el trabajo en largas etapas que aburren o agobian al alumno, seg¨²n se trate de las interminables vacaciones veraniegas o del largo segundo trimestre.

"La verdad es que desde el jueves he estado repasando un poco los temas del primer trimestre, porque con estas tres semanas de vacaciones se me hab¨ªa olvidado casi todo", opina Guillermo Mart¨ªnez, de 14 a?os, alumno de primero de BUP en el instituto madrile?o Ramiro de Maeztu, cuyo primer trimestre de curso se ha prolongado entre el 5 de octubre y el 18 de diciembre. "Yo creo", opina este estudiante que en vez de tantos d¨ªas seguidos deb¨ªamos tener cada mes dos o tres d¨ªas libres, porque se hace muy pesado tantas clases seguidas".Aunque el verano, las Navidades y la Semana Santa son tambi¨¦n los ejes esenciales de las vacaciones escolares en la Europa comunitaria, el calendario espa?ol, que alarga espectacularmente las de verano (casi tres meses para EGB y hasta cuatro para BUP y los universitarios), de acuerdo con un esquema mediterr¨¢neo, no contempla ninguna etapa de descanso complementaria que contribuya a evitar la excesiva longitud de algunos trimestres.

Intereses contrapuestos

En este como en otros temas parece notablemente dif¨ªcil conciliar los intereses del alumno con los de padres, profesores, Administraci¨®n y sindicatos. "El calendario escolar tiene fijas las fechas de comienzo de curso [el 15 de septiembre para EGB y el 1 de octubre para BUP, salvo que estas fechas coincidan con un viernes]. Por lo dem¨¢s, se negocia cada a?o entre las delegaciones provinciales de Educaci¨®n [para el territorio del Ministerio de Educaci¨®n y Ciencia], los sindicatos, la patronal [en el caso de colegios concertados] y los padres", explica Concha Toquero, directora general de Centros de Ense?anza. "Aunque nos regimos por un decreto, existe un evidente vac¨ªo legislativo", reconoce. "Hay una cierta flexibilidad de unas provincias a otras, al menos entre dos y siete d¨ªas de vacaciones pueden ser modificados, y normalmente nos atenemos a un m¨ªnimo de 180 d¨ªas lectivos por curso. De todos modos, lo que s¨ª contempla la Administraci¨®n es la posibilidad de adelantar en un futuro al 1 o 2 de septiembre el comienzo del curso".

Las razones pedag¨®gicas que han aconsejado, en pa¨ªses como Francia o B¨¦lgica, intercalar semanas de descanso entre los trimestres no son compartidas por Concha Toquero, para quien la irregularidad de ciclos de nuestro calendario no tiene ninguna repercusi¨®n en el rendimiento de los alumnos". No obstante, la propia Junta de Andaluc¨ªa ha hecho sus pinitos en esta materia, y desde hace varios a?os en M¨¢laga funciona, en plan piloto, una semana blanca, o de vacaciones, en febrero. "Esta idea no se ha trasladado a¨²n a otras provincias", comenta F¨¦lix Ortega, miembro del secretariado confederal del Sindicato de Trabajadores de la Ense?anza, "pero es evidente que el calendario escolar reclama cambios. Nosotros planteamos que se negocie globalmente, y que en ¨¦l se distinga, de un lado, cu¨¢les deben ser las horas globales de trabajo de los profesores, y de otro, las horas de docencia".

Sin embargo, la longitud de las vacaciones o la del horario escolar, adem¨¢s de implicar a los sindicatos, choca directamente con el escollo de los intereses patemos. Y si no ah¨ª est¨¢n las quejas de A. H., madre de dos alumnos del Colegio Alem¨¢n de Madrid. "Es algo tremendo porque el calendario de vacaciones es totalmente espa?ol, salvo alguna fiesta, pero el horario es alem¨¢n, y los ni?os tienen la tarde libre".

Un curso y dos estilos

Otros colegios biculturales, como el Colegio Americano de Madrid, se atienen en lo esencial al calendario espa?ol, y un tercer tipo, como el Liceo Franc¨¦s, a?ade a ese esquema, para desesberaci¨®n de algunos padres trabajadores, una semana de vacaciones en noviembre y otra en febrero, "con objeto de que el alumno no tenga que esforzarse demasiado, ya que la educaci¨®n biling¨²e es de por s¨ª muy dura", opina una de las profesoras del centro.

Pero si hay vacaciones especialmente envidiadas entre otros sectores profesionales son las que, en teor¨ªa, disfrutan los profesores y catedr¨¢ticos de Universidad, y, por supuesto, sus alumnos. "S¨¦ que la opini¨®n m¨¢s extendida es esa, y seguramente se ajusta a la realidad en algunos casos", opina el profesor de Derecho del Trabajo de la Universidad Complutense de Madrid Joaqu¨ªn Aparicio.

"Sin embargo", agrega el profesor, "esto revela tambi¨¦n el desconocimiento de la gente sobre lo que significa la actividad docente. El que no haya clases no significa que no trabajemos. En mi departamento, lo normal es no tener ni un mes de vacaciones completo en el verano porque esta etapa se utiliza para viajes de trabajo. Hay que comprender que un profesor no s¨®lo da clases; tiene que estudiar permanentemente, investigar y publicar Iibros".