Tras la guerra la fiesta

Dispuestos, al parecer, a perdonarse mutuamente cosas como las de Pearl Harbour o Hiroshima, japoneses y estadounidenses viven d¨ªas de fiesta tras la guerra, con buena comida y chicas guapas. As¨ª nos pinta la situaci¨®n el largometraje La casa de t¨¦ de la luna de agosto, t¨ªtulo casi mizoguchiano y comedia que, lejos de ocultar su origen teatral -un exitazo en Broadway-, se aprovecha de ¨¦l y explota sus enredos, su sentido epic¨²reo de la vida -con prudencia, que Daniel Mann tampoco es Ernst Lubitsch- y su burla ligera, respetuosa en el fondo, al universo castrense.Una comedia como ¨¦sta, irreprochablemente divertida y decididamente convencional, se quedar¨ªa en nada si no tuviera unos int¨¦rpretes de talento. Los tiene. Tiene a Glenn Ford y su siempre probada solvencia (un gran comediante cuando se lo propone); a Marlon Brando (el filme forma parte del ciclo que TVE dedica a su figura), exhibiendo su vis c¨®mica y sus grandes dotes para la caracterizaci¨®n; a grandes actores secundarios, como Paul Ford y Eddie Albert, y a la bella Machiko Kyo, inolvidable presencia del mejor cine japon¨¦s. Ellos, por s¨ª solos, convierten la pel¨ªcula en un entretenimiento digno.

La casa de t¨¦ de la luna de agosto se emite hoy, a las 22.20, por TVE-1.