Dentro y fuera de la pintura
En su encomiable l¨ªnea orientada a exhibir los nuevos valores art¨ªsticos internacionales, la galer¨ªa Marga Paz ha montado una exposici¨®n individual del suizo americano Michael Riberstein, nacido el a?o 1948. Se trata de una muestra refinada e intimista en extremo, cuya fragancia l¨ªrica y riqueza de referencias cultas podr¨ªan hacemos pensar, en una primera impresi¨®n, en un tipo de sensibilidad pr¨®ximo al norteamericano afincado en Italia Cy Twombly. El propio Biberstein, en una confesi¨®n de su genealog¨ªa art¨ªstica, cita, entre otros, a Twombly, pero, a diferencia de la c¨¢lida sensualidad de ¨¦ste, en seguida apreciamos en aqu¨¦l un distanciamiento, la interposici¨®n de juegos especulares, que enfr¨ªa la imagen.En realidad, Biberstein est¨¢ en la misma onda de muchos de los creadores actuales que utilizan la imagen e incluso la propia pintura como elementos referenciales. En este sentido, m¨¢s que pintar propiamente cuadros, hacen piezas, componen escenas. De esta manera, el conjunto de influencias y homenajes que son enunciados como citas pict¨®ricas dejan el terreno de lo que tradicionalmente se entiende como un estilo ecl¨¦ctico para entrar de lleno en la mitolog¨ªa personal, la autorreferencia.
Michael Biberstein
Galer¨ªa Marga Paz. Columela, 13. Madrid. Hasta el 28 de enero.
Biberstein nos ense?a, pues, lo que ve y c¨®mo lo ve, pero este oculismo perpendicular, este peculiar perspectivismo historicista no deja de ser una forma m¨¢s de escenificar objetivamente el acto de pintar. M¨¢s all¨¢ de lo hist¨®rico, inseparable de nuestra mirada, Biberstein objetiva tambi¨¦n los formatos -diminutas im¨¢genes impresas como sellos sobre papeles grandes o enormes supefficies animadas por fragantes y palpitantes atm¨®sferas paisaj¨ªsticas-; objetiva, asimismo, la luz, el color, el gesto... En resumen: mitolog¨ªa personal y reflexi¨®n anal¨ªtica crean un apasionante dentro y fuera de la pintura, cuyos entrecruzamientos no impiden jam¨¢s la emoci¨®n. Se podr¨ªa afirmar, por tanto, que la regla aqu¨ª no corrige, sino que cualifica la emoci¨®n.
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