Los ideales de Wright
Hist¨®ricamente, la Casa de la Cascada es fruto del m¨ªtico aislamiento de Wright en los a?os treinta. Con ella comienza una nueva etapa -m¨¢s abstracta- en su producci¨®n arquitect¨®nica. El maestro norteamericano detestaba a los arquitectos modernos europeos, especialmente a Gropius y Le Corbusier, aunque admiraba paternalmente a Mies van der Rohe. Es posible que en Fallingwater existan influencias europeas, pero parece indudable que Wright las transform¨® r¨¢pidamente, convirti¨¦ndolas en parte integrante de su mundo personal.M¨¢s que una transformaci¨®n, lo que hay es una contestaci¨®n a la corriente europea, ya que la casa puede verse como un correctivo a la arquitectura a base de cajas prism¨¢ticas del estilo internacional.
Los ideales de Wright necesitaban un nuevo lenguaje. No val¨ªan ya los viejos discursos formales heredados del pasado. Hab¨ªa que decir cosas nuevas con palabras nuevas.
Como Dante en su literatura, Wright abandon¨® en su arquitectura el lat¨ªn del lenguaje cl¨¢sico e hizo del volgare una lengua nueva con la que poder expresar una arquitectura tambi¨¦n nueva.
La popularizaci¨®n del lenguaje de la arquitectura moderna recibi¨® un decisivo impulso en Fallingwater, la Divina Comedia arquitect¨®nica de Frank Lloyd Wright.
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