Un funcionario sufre desde hace 40 a?os una sanci¨®n por desafecto a franco

Sebasti¨¢n Domenge Alomar ha destinado 40 de sus 81 a?os de vida a luchar para que se le levante la sanci¨®n que le apart¨® de su puesto de funcionario, municipal por no adherirse "al Caudillo". El Ayuntamiento de Sant Adri¨¤ de Bes¨°s tiene traspapelado en su archivo municipal un expediente cuyo proceso s¨®lo puede ser calificado de kafkiano. Se trata de un expediente administrativo abierto hace 40 a?os y nunca revocado y de una sentencia del Tribunal Supremo dictada hace 20 a?os y nunca aplicada.

Mientras, un secretario de ayuntamiento espera, a sus 81 a?os, que alguien aproveche la situaci¨®n democr¨¢tica de las administraciones locales para hacer justicia y poner punto final a este largo par¨¦ntesis de su vida profesional.La historia comenz¨® en 1946, cuando el alcalde de Sant Adri¨¤, Jos¨¦ Sabat¨¦ Ferruz, decidi¨® hacer un homenaje a Francisco Franco y, para ello, recogi¨® las firmas de los funcionarios en un ¨¢lbum que posteriormente fue enviado al jefe del Estado. El secretario del Ayuntamiento, Sebasti¨¢n Domenge, se neg¨® a firmar porque, como explica ahora: "Simplemente, pens¨¦ que era algo voluntario y no cre¨ª oportuno dar mi apoyo a un hombre al que no ten¨ªa por qu¨¦ apoyar.

Cuando el alcalde revis¨® las firmas ech¨® de menos la del secretario y en el libro de actas municipal del 2 de julio de 1946 figura textualmente: "Examinado el ¨¢lbum de firmas de homenaje al Caudillo, el alcalde ha notado a faltar la del secretario del Ayuntamiento, lo que le ha causado un gran pesar, por lo que tendr¨¢ que atenerse a las consecuencias". Las consecuencias no fueron otras que la apertura de un expediente administrativo en 1948 que le apart¨® del cargo que ven¨ªa ocupando desde 1942.

Sentencia del Supremo

Domenge, que tiene el t¨ªtulo de abogado, no se cruz¨® de brazos ante esa venganza pol¨ªtica y comenz¨® un largo rosario de acciones que fructificaron el 7 de mayo de 1968, cuando la Sala Cuarta del Tribunal Supremo declar¨® nulos los acuerdos tomados por el Ayuntamiento contra el secretario del mismo.Una vez ganada la batalla legal, Domenge inici¨® otro largo peregrinar para intentar conseguir la aplicaci¨®n de la sentencia, que a¨²n hoy, a los 20 a?os de dictada, no ha encontrado el eco suficiente en la administraci¨®n municipal de Sant Adri¨¤ y en el departamento correspondiente del Ministerio de Administraciones P¨²blicas.

Sus esfuerzos no han deca¨ªdo y en su peregrinar ha consultado y protestado ante los sindicatos, en los colegios profesionales, en la Administraci¨®n central y en la Generalitat. Seg¨²n cuenta, en todas partes ha encontrado simpat¨ªas y apoyos inquebrantables, pero la frase m¨¢s com¨²n que ha tenido que o¨ªr en todos esos despachos es que "la sentencia se halla en fase de ejecuci¨®n".

El anciano abogado, que vive en Barcelona, atribuye la tardanza en conseguir su objetivo a que "se trata de un asunto pol¨ªtico y buena parte del Estado contin¨²a en manos de la 'minor¨ªa selecta', como Franco llamaba a los fascistas". Sebasti¨¢n Domenge, que sigue confiando en que "se haga justicia", se muestra reacio a contestar preguntas personales, pero s¨ª explica que en esa lucha por conseguir su objetivo ha gastado la herencia de su padre y los recursos que pose¨ªa.