Par¨ªs-Dakar
La actual edici¨®n del Par¨ªs-Dakar ha suscitado las m¨¢s despiadadas cr¨ªticas de los medios de comunicaci¨®n en general. Incidiendo selectivamente en sus aspectos m¨¢s negativos, los massmedia est¨¢n intentando crear una opini¨®n p¨²blica contraria a esta prueba automovil¨ªstica.Debido a esta actitud, el no aficionado al deporte del motor asocia inevitablemente el Par¨ªs-Dakar con la idea del riesgo in¨²til acechado por la muerte. Por desgracia, la muerte s¨ª est¨¢ presente en esta carrera, aunque habr¨ªa que buscar su origen en la fatalidad, en la mala suerte y en la sobrevaloraci¨®n que algunos pilotos hacen de sus posibilidades.
Tambi¨¦n se tiende a criticar a la organizaci¨®n por estar solamente interesada en el negocio que supone esta prueba, dejando en segundo plano el aspecto deportivo. Esta cuesti¨®n (m¨¢s que discutible) encierra un contrasentido, porque ?cu¨¢ntos deportes hay actualmente en los que no predomine el inter¨¦s econ¨®mico? Desgraciadamente, muy pocos. Lo que ocurre es que, adem¨¢s, el Par¨ªs-Dakar es rentable, a diferencia de los acontecimientos deportivos organizados en este pa¨ªs. Y eso duele.
Como duele tambi¨¦n el hecho de que en el mes de enero el Par¨ªs-Dakar acapare un gran inter¨¦s informativo y publicitario, relegando a otras manifestaciones deportivas a un segundo plano. Naturalmente, los que se sienten perjudicados por la notoriedad de la prueba aprovechan la m¨¢s m¨ªnima oportunidad para atacarla y desprestigiarla.
De lo que no cabe duda es que el Par¨ªs-Dakar tiene aspectos mejorables. El papel de los medios de comunicaci¨®n es apuntarlos, y el de la organizaci¨®n, corregirlos. Titulares tan sensacionalistas como Arenas sangrientas (EL PA?S, 17 de enero de 1988) distorsionan la realidad de este rally, que todos los a?os re¨²ne a varios cientos de aventureros que durante un mes viven una experiencia tan fascinante y diferente de la rutina que nos envuelve al resto de los mortales que durante los pr¨®ximos 11 meses s¨®lo pensar¨¢n en una cosa: Versalles, 1 de enero, Par¨ªs-Dakar 1989.-
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
