Juan Manuel Brito

Juan Manuel Brito Arceo, natural de Tenerife, con 24 a?os de edad, es el ¨¢rbitro m¨¢s joven de la Primera Divisi¨®n del f¨²tbol espa?ol. Comenz¨® a pitar a los nueve a?os, y a¨²n conserva algunas prendas de su primer equipaje. Une a su juventud la condici¨®n de economista, dos rasgos poco usuales en el arbitraje de este pa¨ªs, y cree que a los jugadores hay que tratarlos con educaci¨®n para inspirarles respeto. El lema de Brito Arceo, bautizado en Canarias como el pibe de Taco, es "pitar bien sin mirar a qui¨¦n".

Recuerda a¨²n con emoci¨®n aquel partido de la Liga nacional en que fue despedido con pa?uelos en un estadio, plaza poco dada a rendir honores al trencilla. Debut¨® en Primera en el S¨¢nchez Pizju¨¢n, poco despu¨¦s de contraer matrimonio, en el encuentro Sevilla-Logro?¨¦s, el pasado d¨ªa 17, y otra vez repiti¨® el ¨¦xito. Estaba tranquilo, asegura, y piensa que la frialdad es su mejor virtud.Conoci¨® la noticia de su ascenso a la m¨¢xima categor¨ªa a mediados de a?o, el mismo d¨ªa que era hospitalizado para ser intervenido de menisco. La operaci¨®n se complic¨® al serle extirpado tambi¨¦n un quiste en la zona afectada de la pierna, y tard¨® casi seis meses en recuperarse, lo que demor¨® su ingreso en Primera.

"Yo creo que arbitro bien porque me resulta f¨¢cil, y s¨¦ que la gente piensa que es dif¨ªcil, pero, en realidad, nac¨ª para esto. En el campo no soy el mismo bonach¨®n de todos los d¨ªas. S¨ª, me transformo. Salgo a escena como si fuera un actor y asumo mi papel, con toda la carga de autoridad, responsabilidad y mesura que exige esta profesi¨®n y sin perder las buenas costumbres que he aprendido en el ambiente familiar". Brito Arceo, tras cuatro temporadas en Tercera y otras tantas en Segunda, siendo siempre el benjam¨ªn, se ha acostumbrado a llegar antes que otros por raz¨®n de la edad.

En su etapa escolar, el padre le permit¨ªa acudir cada mi¨¦rcoles al Frente de Juventudes de Santa Cruz de Tenerife para dar rienda suelta a su verdadera pasi¨®n: arbitrar. Cobraba 35 pesetas como juez y cinco duros como l¨ªnea por partido. Un d¨ªa alguien del colegio territorial de ¨¢rbitros repar¨® en un ni?o que aplicaba el reglamento con personalidad a quienes le superaban en a?os y estatura. Pronto se convirti¨® en el primer ¨¢rbitro de alevines en Canarias.

Nieto de un ¨¢rbitro de los a?os cuarenta, el ¨²mico antecedente deportivo de la familia, sigui¨® los pasos de su abuelo sin haberlo visto actuar jam¨¢s. "Me lo contaban y, desconozco por qu¨¦, le invite. Me gustar¨ªa dedicarme exclusivamente a esto, pero es algo inviable de momento". Comparte su mejor afici¨®n, a la que dedica m¨¢s horas de lo normal para prepararse fisicamente, con la gerencia de una empresa de material deportivo. Reconoce que ha llegado alto porque ha tenido suerte en la vida. "Hay que saber estar, comportarse y ser serio". Quiz¨¢ sea su visi¨®n ¨¦tica del oficio, que trata de transmitir a los profesionales del deporte en los cursos que imparte, lo que le ha hecho ganar fama de figura insobornable y rechaza que cualquier preferencia por determ¨ªnados colores deba influir a la hora de ser justo con los contendientes. Ense?a lo que aprende en la Escuela de Entrenadores de Tenerife y se muestra receptivo ante la posibilidad de introducir cambios en las normas vigentes del f¨²tbol. Si de ¨¦l dependiera, un empate no puntuar¨ªa.