Paco Nieva
Madrile?o/manchego, amigo de Bataille, hombre hecho por Par¨ªs y deshecho por Venecia, Francisco Nieva es hoy uno de nuestros primeros y m¨¢s completos y complejos hombres de teatro, que va del primor del figur¨ªn al primor del texto, y s¨®lo le falta hilar un tapiz para un decorado, aunque a veces ya lo ha hecho.Francisco Nieva, como era inevitable, ha acabado entremeti¨¦ndose en uno de esos repliegues del viejo Madrid que est¨¢n entre Progreso y el Viaducto, entre Tirso de Molina y la calle de las Rejas (donde naciera G¨®mez de la Serna), como est¨¢ su literatura. All¨ª vive y trabaja, all¨ª le visitamos de vez en cuando, como una do?a Blanca de los R¨ªos que busca la proximidad de Tirso, o a la inversa, y su casa est¨¢ entre decorado de Jean Cocteau, refugio de Mata-Hari y pisito de se?ora madrile?a que vive del "papel de viudas" (los bonos del Estado que suscrib¨ªan las viudas anta?azo, que da como verg¨¹enza el tener que explicar estas cosas).
S¨®lo de una casa as¨ª puede salir un teatro as¨ª, bien se trate de escenificar a Ram¨®n, de parafrasear a Valle-Incl¨¢n, de recrear a T¨ªrant lo Blanc o de erguir la propia obra, atravesada curiosamente de surrealismo y casticismo, como en el mismo Ram¨®n. (Bueno, tambi¨¦n Andr¨¦ Breton y los surrealistais hicieron a su manera el casticismo de Par¨ªs.)
Uno tiene como la sensaci¨®n de que la cultura central y centralista, madrile?a, oficial, lo que sea, no ha acabado de entender demasiado bien lo que significa hoy Paco Nieva en la cultura espa?ola, en el teatro espa?ol. Mientras se subvencionan latinoch¨¦s o auton¨®micos que vienen a Madrid con cuatro tablas para jugar provinciana y pedantemente a Bertolt Brecht, la vanguardia teatral, madrile?o/universal, sigue siendo este prodigioso y churrigueresco escritor de la plaza del Progreso. Don Eugenio d'Ors defini¨® a Churriguera como "arquitecto maldito" (en su defensa). Nieva es, asimismo, un arquitecto del teatro churriguerescamente maldito.
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