Estrategia del mariscal
Las agresivas declaraciones de Javier Mariscal contra las instituciones catalanas en v¨ªsperas de que el Comit¨¦ Ol¨ªmpico tuviera que elegir la mascota ol¨ªmpica entre las presentadas por Peret y por el propio Mariscal produjeron el asombro y el desconcierto.El director general del COOB 92, J. Chavel, no tard¨® en salir al paso para evitar las naturales suspicacias: "Las declaraciones no influir¨¢n para nada en la decisi¨®n que debe tomar el comit¨¦". Ante todo ser¨ªan justos.
Pero ?c¨®mo se atrev¨ªa Mariscal a tal gesto de provocaci¨®n? ?Demostraba ser un conversador inconsciente o tal vez un cr¨ªtico intr¨¦pido?
Nada de eso. Apenas le¨ª la noticia se me escap¨® una carcajada sonora y tuve que reconocer que Mariscal demostraba una vez m¨¢s su verdadera talla de artista. Sus declaraciones nunca pudieron ser m¨¢s oportunas, y merecen un lugar de honor en el libro que Tom¨¢s de Quincey pudiera haber, escrito: El soborno, considerado como una de las bellas artes. Hay un cuento que Borges incluye en su Libro de Arena, titulado 'El soborno', cuyo argumento no tiene desperdicio para la ocasi¨®n: en v¨ªsperas de que un doctor en lengua inglesa tenga que decidir entre dos candidatos para una representaci¨®n en un importante congreso internacional, aparece un art¨ªculo firmado por uno de los dos aspirantes en el que se critica dur¨ªsimamente el sistema de ense?anza implantado por el doctor; sin embargo, ¨¦ste elige a su implacable cr¨ªtico. Seg¨²n confiesa despu¨¦s, no ten¨ªa otra opci¨®n: hubo de ceder a la vanidad de no aparecer como un ser vengativo. La estratagema del articulista no fall¨®. Tampoco ha fallado en el caso del COOB 92. Enhorabuena, Mariscal.-
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