Lotman y la 'glasnost'
A mediados de los a?os sesenta comenz¨® al redescubrimiento de los formalistas rusos de los a?os veinte. Ya en el a?o 1964 Vittorio Strada nos informaba en la revista Questo e Altro sobre c¨®mo, de forma actualizada, continuaba esa tradici¨®n con los estudiosos de tipolog¨ªa estructural y de ling¨¹¨ªstica cibern¨¦tica en Mosc¨², y con la escuela de Tartu, en Estonia, en la que la figura de mayor relieve era Jurij Michajlovic Lotman. En ese mismo a?o, Gian Luigi Bravo publicaba, en la secci¨®n que yo dirig¨ªa en Marcatre, una serie de textos de un simposio moscovita sobre el estudio estructural de los sistemas de signos.Recuerdo que Roland Barthes trat¨® de leer a estos autores en italiano, porque en Francia a¨²n no se hab¨ªa hablado de ellos. Marcatre, sin embargo, no hab¨ªa publicado nada del grupo de Tartu. De Lotman hablaron Julia Kristeva en un art¨ªculo de 1967 (segu¨ªa un n¨²mero ¨²nico de Tel Quel en 1968) y, tambi¨¦n en 1967, Lotman fue presentado por Vittorio Strada en Strumenti critici.
Desde entonces, tres de los fundadores de la revista, Mar¨ªa Corti, Cesare Segre y D'Arco Silvio Avalle, dedicar¨ªan una gran atenci¨®n a Lotman, m¨¢s tarde traducido y presentado por Donatella Ferrari Bravo, Simonetta Salvestroni, Maria di Salvo, Remo Faccani, Eddo Rigotti, Antonella Summa, Marilla Boffito y otros.
En 1969 aparec¨ªa en la Editorial Bompiani, al cuidado de Remo Faccani y m¨ªo, Ia antolog¨ªa Los sistemas de signos y el estructuralismo sovi¨¦tico.
De esta forma se iba descubriendo poco a poco, a trav¨¦s de los densos y aperi¨®dicos fasc¨ªculos de Trudy po znakovym sistemam (Estudios sobre los sistemas de signos), que Lotman y su escuela hab¨ªan afrontado muchos de los problemas centrales que ocupaban tambi¨¦n a la cultura occidental: ling¨¹¨ªstica, cibern¨¦tica, estructuralismo, Peirce, la vida entera de la cultura como sistema de signos. Nos familiarizamos con las nociones de sistema modelizante primario y sistema modelizante secundario, y con la importante diferencia entre culturas gramaticalizadas y culturas textualizadas.
Comprendo que estas breves referencias puedan parecer oscuras a los que no est¨¦n interesados. Que esperen al pr¨®ximo art¨ªculo, en el que se tratar¨¢ otro tema. Lotman, sin embargo, es un autor que ha abarcado desde la semi¨®tica te¨®rica hasta el an¨¢lisis y la historia de los textos literarios, desde el cine hasta su original tipolog¨ªa de las culturas (por ejemplo, analiz¨® con finura los conceptos de honor y gloria, o las pasiones de la verg¨¹enza y del miedo, en distintos per¨ªodos hist¨®ricos), y ahora ya est¨¢ disponible en italiano la mayor parte de su obra.
Citar¨¦ algunos de los textos aparecidos en formato de volumen: La estructura del texto po¨¦tico (Mursia, 1973), Tipolog¨ªa de la cultura, con Uspenskij (Bompiani, 1975), Semi¨®tica y cultura (Ricciardi, 1975), Introducci¨®n a la semi¨®tica del cine (Officina, 1979); textos en la antolog¨ªa al cuidado de Carlo Prevignano: La semi¨®tica en los pa¨ªses eslavos (Feltrinelli, 1979); textos en el n¨²mero especial de Strumenti Critici sobre la cultura en la tradici¨®n rusa, al cuidado de Avalle (42-43, 1980); Tesis sobre el estudio semi¨¢tico de la cultura (Pratiche, 1980); La semiosfera (Marsilio, 1985); Texto e historia (Mulino, 1985).
El hecho es que en estas semanas, Lotman viene a Italia, estar¨¢ en Palermo, Roma, Bolonia, Mil¨¢n y Trieste y conocer¨¢ por fin a viejos amigos con los que s¨®lo mantuvo relaciones epistolares. En efecto, no s¨¦ si Lotman ha salido alguna vez, en su vida, de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, pero lo cierto es que en los ¨²ltimos 30 a?os todo intento de invitarle al extranjero ha topado con elusivas, pero obstinadas, negativas de las autoridades de su pa¨ªs. Y no ha servido de nada, ni siquiera por acontecimientos cient¨ªficos importantes, molestar a embajadas, Academia de las Ciencias, pol¨ªticos italianos bien vistos en la URSS e incluso a personalidades sovi¨¦ticas de no muy bajo rango.
No me parece que pesaran sobre ¨¦l acusaciones pol¨ªticas concretas. Pero nunca ha sido un acad¨¦mico del r¨¦gimen. Por tanto, era sospechoso y embarazoso. Hace unos 10 a?os se difundi¨® la noticia de que hab¨ªa sido destituido (oficialmente) de la ense?anza, pero con libertad para investigar.
Roman Jakobson, al corriente siempre de todo y de todos, hizo saber que a Lotman no le gustaban apelaciones ni esc¨¢ndalos de ning¨²n tipo. Mejor esperar.
Ahora, por iniciativa suya, el Gobierno sovi¨¦tico le env¨ªa al extranjero con una delegaci¨®n oficial. Gracias, Gorbachov; no eres s¨®lo un autor de ¨¦xitos de ventas.
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