El gueto de Ripollet

Unos 900 gitanos, en su mayor parte procedentes de Portugal, viven en el asentamiento situado en las inmediaciones de la confluencia de los r¨ªos Cec y Ripoll, en el t¨¦rmino municipal de Ripollet (Barcelona). En el poblado se han producido momentos de gran tensi¨®n con el municipio, por el derribo de varias chabolas y la negativa a escolarizar a unos ni?os.Las primeras barracas que se levantaron hace una decena de a?os est¨¢n geogr¨¢ficamente cerca de Barcelona y con buenas comunicaciones, lo que les permite acudir f¨¢cilmente a la gran urbe, donde se dedican -tanto adultos como ni?os- a pedir limosna. Otras son chamarileros y tambi¨¦n hay algunos que van de feria en feria con peque?as atracciones.

Las condiciones higi¨¦nicos sanitarias del campamentos son muy deficientes, abundando las ratas. Para todos los habitantes s¨®lo hay una fuente. Carecen de luz y en esta ¨¦poca se calientan encendiendo fogatas dentro de sus habit¨¢culos, pese al peligro que supone. Recientemente ardieron cuatro chabolas, y tres de las familias damnificadas fueron alojadas en tiendas de campa?a cedidas por la Cruz Roja. En la actualidad hay un proyecto para derribar 30 chabolas enclavadas en el lecho del r¨ªo Cec, inmediatamente despu¨¦s de que se construyan de nuevo, en una zona m¨¢s elevada para evitar los peligros de las avenidas. En esta labor participan los pobladores, con la colaboraci¨®n de la asociaci¨®n gitana de Sabadell y de los equipos t¨¦cnicos del Ayuntamiento de Ripollet.

?ngel Matar¨ªn, concejal de Gobernaci¨®n de Ripollet, insiste en que el campamento debe desaparecer de la localidad y desea reanudar las negociaciones con la Generalitat, Gobierno Civil, consulado de Portugal en Barcelona y la asociaci¨®n gitana. En opini¨®n de Matar¨ªn, la soluci¨®n consiste en "dar a estas personas unos terrenos adecuados para que puedan vivir seg¨²n sus costumbres".

En ocasiones, las desavenencias entre el Ayuntamiento y los pobladores han alcanzado cotas de mucha tensi¨®n, aunque las autoridades locales nunca han llegado a desalojar a nadie, pese a sus amenazas en tal sentido. Hace unos meses fueron derribadas ocho chabolas deshabitadas, lo que provoc¨® la protesta de diversas entidades que defienden los intereses de los gitanos.

Quince ni?os no pudieron ser escolarizados en este curso porque el Ayuntamiento se neg¨® a ello, alegando que su escolarizaci¨®n constituir¨¢ un reconocimiento a las familias respectivas, que no estaban empadronadas en Ripollet. Otros ni?os s¨ª asisten a escuelas p¨²blicas de la localidad y de la vecina poblaci¨®n de Cerdanyola.