ETA, ante el final del t¨²nel
Desde HB se desmiente una y otra vez la posibilidad de una escisi¨®n en la organizaci¨®n terrorista
, El Gobierno quiere "convencer a ETA, si es posible, adem¨¢s de vencerla" pero tiene la seguridad de que en el peor de los casos va a derrotarla policialmente. "Vamos a ganar, eso seguro", afirma un responsable pol¨ªtico de la lucha antiterrorista que ha seguido paso a paso los contactos de Argel. El entorno de la organizaci¨®n terrorista tambi¨¦n respira un contenido optimismo: "ETA ha dado un paso al frente con el ofrecimiento de la tregua, y es seguro que la ocasi¨®n no se va a desperdiciar". Los investigadores que han estudiado la violencia en Euskadi coinciden. Los ¨²ltimos acontecimientos representan condiciones necesarias, aunque no obligadamente suficientes, para que el Pa¨ªs Vasco enfile la recta final de un prolongado y oscuro t¨²nel.
Los hechos se desarrollan hasta el momento de acuerdo con las previsiones del Gobierno, que tras el atentado de Zaragoza condicion¨® la continuaci¨®n de las conversaciones a la tregua. Tampoco la propuesta de ETA de introducir a Herri Batasuna (HB) en los engranajes del di¨¢logo cogi¨® de sorpresa al Ejecutivo.La idea era sopesada hace tiempo por el Gobierno. Llevando las cosas al extremo, se comentaba en Interior, casi es m¨¢s l¨®gico reservar las concesiones pol¨ªticas para "vestir el mu?eco" de la negociaci¨®n que seguir intentando contentar a los nacionalistas moderados. El razonamiento viene a ser el siguiente: si hay que negociar, m¨¢s vale hacerlo con quien representa el verdadero problema, no con los que se aprovechan de su existencia.
Sin la crudeza de este lenguaje, responsables pol¨ªticos de la lucha antiterrorista admiten la posibilidad de encontrar una salida pol¨ªtica con Herri Batasuna. "Puede ser, no est¨¢ descartado", indican. "Siempre ser¨¢ m¨¢s l¨®gico entenderse entre fuerzas pol¨ªticas, hablando en tomo a una mesa, que con asesinatos de por medio".
Desde la coalici¨®n independentista se recuerda que la tregua est¨¢ oficialmente condicionada a la reanudaci¨®n del di¨¢logo, aunque a rengl¨®n seguido se d¨¦ a entender que ha entrado n vigor de forma t¨¢cita. Es un ofrecimiento generoso de ETA, aseguran los portavoces abertales, que permitir¨¢ continuar las conversaciones e ir¨¢ acompa?ado de un verdadero esfuerzo para flexibilizar la alternativa KAS.
"No se trata de hacer rebajas, sino de estudiar con buena voluntad las dificultades y tratar de superarlas", explica un diputado de HB. "Es como el monta?ero que llega al campamento base antes de una dif¨ªcil escalada", a?ade, y estudia sobre el terreno las diferentes v¨ªas de ataque a la cima. Eso est¨¢ haciendo ETA".
Una sola organizaci¨®n
Desde la coalici¨®n se desmiente una y otra vez la posibilidad de una escisi¨®n o la existencia de dos ETA. Tampoco los responsables de la lucha antiterrorista creen en esa hip¨®tesis a corto plazo. "En Argel, desde luego, estamos hablando con ETA, con la de verdad, con la que tiene capacidad de asesinar", se?ala una fuente pr¨®xima a las conversaciones. "Eugenio Etxebeste representa a ETA, igual que Julen Elgorriaga representa al Gobierno de Espa?a. En s¨ª mismo, el grupo de Argel no le interesa al Gobierno. No quiere hablar con antiguos terroristas ni con viejas guardias, sino solucionar el problema de los que est¨¢n matando".Los estudiosos de ETA siguen con atenci¨®n sus ¨²ltimas evoluciones y las juzgan con prudencia, aunque coinciden en la trascendencia de su evoluci¨®n.
Gurutz J¨¢uregui, catedr¨¢tico de Derecho Pol¨ªtico en la universidad de San Sebasti¨¢n, autor de un denso estudio sobre Ideolog¨ªa y estrategia pol¨ªtica de ETA entre 1959 y 1968, cree que la organizaci¨®n "se acaba irremisiblemente, aunque quiz¨¢ no desaparezca una corriente nacionalista intransigente con sus mismos par¨¢metros ideol¨®gicos".
Para J¨¢uregui, antiguo dirigente de HASI, el principal partido de la coalici¨®n HB, y en la actualidad afiliado a Euskadiko Ezkerra, el gran drama de ETA es que adopt¨® a mediados de los a?os sesenta una estrategia tercermundista, id¨¦ntica a la de los movimientos anticolonialistas, sin tomar en consideracion el alto grado de industrializaci¨®n de Euskadi. "Esa contradicci¨®n", indica, "est¨¢ a¨²n viva en la ETA de hoy".
El historiador Francisco Letamend¨ªa, Ortzi, tambi¨¦n procedente del nacionalismo radical, subraya que en los ¨²ltimos meses se han superado dos concepciones est¨¦riles, "la interpetaci¨®n de ETA por el PSOE como simple banda de delincuentes y la pretensi¨®n de ETA de constituirse en interlocutor ¨²nico". El reconocimiento p¨²blico de los contactos por el Gobierno y la aceptaci¨®n por ETA de que se incorpore al di¨¢logo ?el frente civil", es decir, HB, equivale, seg¨²n Letamend¨ªa, al desbloqueo de la situaci¨®n.
Cuesti¨®n pendiente
Letamend¨ªa, que publicar¨¢ en breve un voluminoso estudio sobre los problemas nacionales en Europa, no est¨¢ seguro de que la soluci¨®n del conflicto se encuentre a la vuelta de la esquina. "Hay una cuesti¨®n pendiente", subraya, y es el reconocimiento por parte del Estado de que debe afrontar, no necesariamente con ETA, sino con las fuerzas pol¨ªticas, una reforma que incorpore alguna f¨®rmula de reconocimiento de soberan¨ªa vasca que reclama la mayor¨ªa de la poblaci¨®n de Euskadi".Pedro Ibarra, profesor de Historia de las Ideas Pol¨ªticas en la universidad del Pa¨ªs Vasco, autor de un estudio recientemente publicado sobre La evoluci¨®n estrat¨¦gica de ETA. 1963-1987, tambi¨¦n cree que la soluci¨®n a la violencia en Euskadi est¨¢ m¨¢s cerca.
"La hip¨®tesis final de una negociaci¨®n, tal y como estaba planteada hasta ahora por ETA, con la organizaci¨®n como ¨²nica protagonista, la alternativa KAS ¨ªntegra como objeto y sin tregua previa, era inviable", se?ala Ibarra. Si se eliminan definitivamente esos obst¨¢culos, "el riesgo de deslegitimaci¨®n del Estado", a?ade el profesor Ibarra, .ser¨ªa ya mucho menor y es posible que se alcanzara un acuerdo final".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Negociaciones con terroristas
- HB
- Pol¨ªtica nacional
- Declaraciones terrorismo
- Negociaciones ETA
- Orden p¨²blico
- Presidencia Gobierno
- Seguridad ciudadana
- Pol¨ªtica antiterrorista
- ETA
- Lucha antiterrorista
- Grupos terroristas
- Partidos pol¨ªticos
- Administraci¨®n Estado
- Espa?a
- Administraci¨®n p¨²blica
- Pol¨ªtica
- Terrorismo
- Justicia