El 'caso Valdano'
EL PATERNALISMO autoritario que ha caracterizado desde siempre las relaciones entre directivos de los clubes y jugadores de f¨²tbol tuvo en Espa?a su expresi¨®n m¨¢s acabada en la expresa renuncia de los jugadores a recurrir a la "jurisdicci¨®n de toda otra autoridad o tribunal que no sean los establecidos en los reglamentos federativos" que se inclu¨ªa en los contratos. A su vez, el art¨ªculo 5 de los estatutos de la Real Federaci¨®n Espa?ola de F¨²tbol establec¨ªa, casi tautol¨®gicamente, que ella "tiene jurisdicci¨®n plena y exclusiva para todo cuanto sea materia de su competencia". El efecto combinado de esos contratos leoninos y tales estatutos fue que durante muchos a?os la federaci¨®n -en la que no estaban representados los jugadores- fallaba sistem¨¢ticamente, sin posible apelaci¨®n a otras jurisdicciones, en favor de los clubes. Y ello en todo tipo de contenciosos, incluidos los profesionales o laborales.La lenta democratizaci¨®n del f¨²tbol espa?ol ha ido suprimiendo algunos de los aspectos m¨¢s impresentables de su estructura interna, pero el chantaje del art¨ªculo 48 de los estatutos de la Federaci¨®n Internacional de Asociaciones de F¨²tbol (FIFA), que compromete a los asociados a renunciar a recurrir a los tribunales ordinarios en toda cuesti¨®n deportiva, ha pesado sobre los intentos de acabar definitivamente con esa pr¨¢ctica antijur¨ªdica, que atenta contra varios preceptos de la Declaraci¨®n Universal de los Derechos Humanos y, desde luego, contra los principios constitucionales. La Secretar¨ªa de Estado para el Deporte ha acabado pleg¨¢ndose a las exigencias de los sectores m¨¢s retr¨®gados, que han esgrimido el argumento de que, trat¨¢ndose de asociaciones privadas, las federaciones pod¨ªan establecer las normas que considerasen oportunas. Es decir: que quien no est¨¦ de acuerdo, se abstenga de integrarse en esa asociaci¨®n privada. Para los futbolistas, ello significar¨ªa, evidentemente, condenarse al paro. Por lo dem¨¢s, el argumento es jur¨ªdicamente insostenible: toda norma que atente contra la ley, y m¨¢s si se trata de la ley de leyes, es nula de pleno derecho.
Prueba del absurdo en que nos movemos en este terreno es el caso del futbolista del Real Madrid Jorge Valdano. Nacido en Argentina, vino a Espa?a a los 19 a?os, fichado por un club modesto, el Alav¨¦s. En Espa?a ha hecho, a lo largo de 12 a?os, toda su carrera deportiva. Casado con una espa?ola y padre de dos hijos espa?oles, Valdano obtuvo hace meses la nacionalidad espa?ola. Sin embargo, a efectos deportivos sigue siendo considerado extranjero, y no puede jugar en su club por tener ¨¦ste cubiertas las dos plazas que autoriza el reglamento de la federaci¨®n. Dicho reglamento precisa, de manera harto arbitraria, que tendr¨¢n la consideraci¨®n de extranjeros aquellos jugadores que, aun siendo espa?oles, hayan intervenido, como es el caso de Valdano, en la selecci¨®n nacional de otro pa¨ªs. Se trata, por otra parte, de un ciudadano que paga escrupulosamente sus impuestos, lo que, desde luego, dista de ser norma habitual entre los ases de su profesi¨®n.
Valdano ha anunciado su intenci¨®n de recurrir por v¨ªa de amparo ante el Tribunal Constitucional, a fin de que le sean plenamente reconocidos sus derechos de ciudadano espa?ol que desea ejercer su profesi¨®n. El asunto plantea problemas de inter¨¦s. Por ejemplo: ?hasta qu¨¦ punto puede considerarse ¨¦ste como un tema exclusivamente deportivo?; ?la prohibici¨®n de la FIFA de recurrir a los tribunales extrafederativos es aplicable a una cuesti¨®n que afecta a los derechos civiles de un ciudadano? Por otra parte, se da por seguro que pr¨®ximamente ser¨¢ autorizada la inscripci¨®n de un tercer extranjero por club, siempre que sea ciudadano de un pa¨ªs de la CE. En teor¨ªa, Valdano podr¨ªa acogerse a esa posibilidad, puesto que jur¨ªdicamente es un ciudadano de la Comunidad Europea. Con lo que entrar¨ªamos de lleno en el pa¨ªs de las maravillas: alguien que es europeo por el hecho de ser espa?ol no podr¨ªa, sin embargo, ser considerado espa?ol. Lewis Carroll no lo hubiera mejorado.
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