Regresan los cient¨ªficos que instalaron la base ant¨¢rtica
Los expedicionarios espa?oles que instalaron el pasado 11 de enero la base cient¨ªfica Juan Carlos I en la isla ant¨¢rtica de Livingston llegaron ayer a Madrid. Antoni Ballester, jefe de esta expedici¨®n e investigador del Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC), afirm¨® que este hecho ha sido la culminaci¨®n de 20 a?os de esfuerzos, pero subray¨® que era necesario crear con urgencia "un Comit¨¦ Ant¨¢rtico para dar continuaci¨®n y contenido a esta tarea".
Los expedicionarios, Antoni Ballester, Josefina Castellv¨ª, Juan Comas y Joan Rovira, todos ellos investigadores del CSIC, se mostraban cansados despu¨¦s de 38 horas de viaje. El profesor Ballester hizo de portavoz del grupo y dio muestras de aparentar menos fatiga que sus compa?eros.En la base Juan Carlos I permanecen ocho personas, entre personal de mantenimiento e investigadores, que realizan estudios de geodesia y meteorolog¨ªa. Tambi¨¦n est¨¢ en las inmediaciones de Livingston un barco chileno con una expedici¨®n militar espa?ola de 22 personas, que regresar¨¢n a Espa?a en marzo.
Ballester se?al¨® que este salto cualitativo, "propiciado por el impulso que el CSIC otorg¨® a una serie de escaramuzas de poca trascendencia", debe ahora ser seguido de un esfuerzo cuantitativo que sirva de espaldarazo a la acci¨®n emprendida. El qu¨ªmico catal¨¢n se refer¨ªa a la necesidad de crear un organismo multidisciplinar, o Comit¨¦ Ant¨¢rtico espa?ol, que otorgue fuerza pol¨ªtica y medios econ¨®micos al futuro desarrollo de esta base ant¨¢rtica. "Este tema, o se contin¨²a seriamente o vale m¨¢s enterrarlo", dijo Ballester.
500 millones anuales
El profesor Ballester, que ha sido el verdadero impulsor de esta actividad ant¨¢rtica, contenida en un programa que forma parte del Plan Nacional de Investigaci¨®n Cient¨ªfica y Desarrollo Tecnol¨®gico, de pr¨®xima aprobaci¨®n, es partidario de mantener la base Juan Carlos I abierta durante todo el a?o."Este hecho supondr¨ªa unos 500 millones de pesetas anuales, y no creo que por esa cantidad nos fu¨¦ramos a arruinar", dijo Ballester en presencia de las m¨¢ximas autoridades del CSIC.
"Espa?a ha llegado tarde a la Ant¨¢rtida, pero lo ha hecho con la bandera de la inocencia, sin petulancias. Ahora, el mayor objetivo no es otro que entrar a formar parte del Tratado Ant¨¢rtico como miembro consultivo, porque no podemos permanecer al m¨¢rgen de esa mesa de negociaciones donde se discute la repartici¨®n de los recursos del continente". Ballester calific¨® a este tratado como el "monumento de la ambig¨¹edad" y sugiri¨® que Espa?a deb¨ªa construir un frente de imagen y fomentar la creatividad en la Ant¨¢rtida.
Antoni Ballester se permiti¨® omentar en tono jocoso que hab¨ªa tenido contactos con entidades bancarias catalanas, a las que hab¨ªa planteado la posibilidad de instalarse en la Ant¨¢rtida. Puso el ejemplo de una sucursal bancaria que funciona en una base chilena pr¨®xima a la espa?ola de Livingston. "Ciertamente, manifest¨® Ballester, no hemos encontrado ni la imaginaci¨®n ni el sentido del humor necesarios para aceptar esta iniciativa". Lo que s¨ª plante¨® el qu¨ªmico barcelon¨¦s con mayor seriedad fue la posibilidad de hacer de la Ant¨¢rtida una ventana abierta al cosmos. Las condiciones atmosf¨¦ricas ant¨¢rticas son las m¨¢s id¨®neas para que puedan instalarse all¨ª observatorios astron¨®micos, seg¨²n Ballester.
El cient¨ªfico del CSIC dio un repaso a las investigaciones que ha desarrollado este equipo durante el verano austral. Se ha estudiado el ciclo geoqu¨ªmico del silicio en las aguas ant¨¢rtic4s, que presentan gran concentraci¨®n de silicatos. Tambi¨¦n han estudiado el ciclo geoqu¨ªmico del nitr¨®geno, as¨ª como los elementos met¨¢licos, sobre todo el cobalto, y los oligoelementos del agua. Margarita Castellv¨ª, la ¨²nica mujer de esta expedici¨®n, manifest¨®, en tono desenfadado, que ella, adem¨¢s de ocuparse de los an¨¢lisis bacterianos de las aguas, hab¨ªa tenido que realizar las tareas dom¨¦sticas de la base.
Uno de los problemas que han tenido que soportar en Livingston ha sido el fuerte viento. "El viento es tan molesto y continuado", dijo Ballester, que ello hace aconsejable no pasar m¨¢s de seis meses seguidos en estas latitudes, porque la gente se volver¨ªa loca".
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