De oca a oca
Un habitante de M¨®stoles tiene cierta tendencia a bajar a Alcorc¨®n en busca de alimentos frescos, llegar incluso a Madrid para comprar productos menos perecederos, perderse en Arg¨¹elles para comprar ropa y quiz¨¢ acercarse a Getafe a la caza de electrodom¨¦sticos. Ah¨ª queda el ejemplo de la movilidad del consumidor madrile?o, a quien parece gustarle el salto de oca a oca.El im¨¢n se llama Madrid. A la ciudad llegan a diario miles de vecinos de la periferia para comprar ropa y calzado, tambi¨¦n electrodom¨¦sticos. Del poderoso influjo de Madrid no escapan ni las localidades acomodadas del Oeste, que siguen mirando el hervidero del centro con nostalgia.
El tir¨®n de los hiper arranca, sin embargo, numerosos consumidores de los distritos perif¨¦ricos. Alcobendas, Majadahonda, Las Rozas y San Fernando de Henares pellizcan clientes de Hortaleza, Moncloa y San Blas y de todos los pueblos circundantes. La guerra de los hiper tambi¨¦n ha levantado ampollas dentro de la propia Comunidad de Madrid. Mientras algunos ayuntamientos presionan a la Consejer¨ªa de Ordenaci¨®n del Territorio para la construcci¨®n de nuevos hipermercados, Comercio se muestra reticente a los equipamientos supramunicipales, "y menos si est¨¢n al borde de las carreteras". La Direcci¨®n General de Comercio apuesta por que las fichas no se muevan del tablero.
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