Una declaraci¨®n de guerra

Una ola de c¨®lera ha desatado la decisi¨®n del Gobierno surafricano de prohibir las actividades pol¨ªticas de 17 organizaciones opositoras negras entre los principales dirigentes de la campa?a contra el apartheid. La protesta fue igualmente criticada por el Reino Unido y por la Commonwealth. Dos de los grupos afectados, el Comit¨¦ de Apoyo de los Padres de Detenidos y su afiliado, el de Respaldo a los Presos Pol¨ªticos, difundieron un comunicado conjunto anunciando que piensan desafiar las medidas del Gobierno con acciones legales."La luz se ha ido finalmente de Sur¨¢frica junto a los ¨²ltimos vestigios de libertad para criticar o resistir de alguna manera los sofocantes tent¨¢culos del apartheid. Presentar oposici¨®n es invitar a ser liquidado", declararon los representantes de esos comit¨¦s.

El dirigente del Partido Federal Progresista, Colin Eglin, calific¨® las medidas de "horrendas" y dijo que demuestran que el Gobierno no tiene respuesta a los problemas de la naci¨®n.

El arzobispo anglicano y premio Nobel de la Paz Desmond Tutu afirm¨® que el Estado s¨®lo emplea la violencia para controlar el pa¨ªs. "Mucha de nuestra gente la ver¨¢ como una declaraci¨®n de guerra", dijo.

El ministro brit¨¢nico de Asuntos Exteriores, Geoffrey Howe, conden¨® la decisi¨®n del r¨¦gimen de Botha y pidi¨® a los dirigentes de la oposici¨®n que mantengan la esperanza de lograr un cambio pac¨ªfico.

Por su parte, Shridath Rampal, secretario general de la Commonwealth, declar¨® que se trata de un "acto de brutalidad con horrendas implicaciones". El representante de la organizaci¨®n que agrupa a las antiguas colonias brit¨¢nicas inst¨® a la comunidad internacional a que condene el gesto de Pretoria.