Realismo "chunguito'
Los Chunguitos
Direcci¨®n musical: Jos¨¦ Juan Almela. Coreograf¨ªa: Alberto Masulli y ?ngel Camarata. Con la colaboraci¨®n de Tijeritas, Alaska, Ana Reverte y Az¨²car Moreno. Teatro Alcal¨¢ Palace. Madrid, 25 de febrero.
La realidad es una sola, pero hay realismos para todos los gustos. Se habla de realismo m¨¢gico, realismo sucio, realismo blando, realismo hortera. Hay tambi¨¦n un realismo chungo, que es fuerte y algo canalla. Pero si lo ponemos en diminutivo, las cosas cambian. El realismo chunguito es jaranero, interclasista, gitanillo, primario y result¨®n. Nace en los suburbios de las grandes ciudades y est¨¢ aliado con el asfalto, con las fronteras de lo legal, con la rumbita y con el buscarse la vida. Por otra parte, todos los amantes de las madrugadas y los secuaces de la noche llevan en sus venas alguna dosis de realismo chunguito. Y cuando las cosas van mal son capaces de suplicar a un allegado: "dame veneno, que quiero morir". Pero como lo dicen d¨¢ndole a las palmas y al taconeo, pues en vez de veneno ingieren un copazo. As¨ª, la vida, m¨¢s que chunga, es chunguita.
Este concierto en el Alcal¨¢ Palace se ha realizado para grabar en directo un ¨¢lbum doble con todos sus ¨¦xitos. Y como parece que la f¨®rmula sigue m¨¢s adecuado para escuchar a dando resultado, han contado con la colaboraci¨®n de otros artistas: Tijeritas, Ana Reverte (que est¨¢ arrebatando a Perlita de Huelva el t¨ªtulo de reina de la carretera), Az¨²car Moreno y ?Alaska! Alaska no tiene fronteras ni prejuicios. Sali¨® enfundada en un modelito tan discreto como los que ella acostumbra a esgrimir y cant¨® con Los Chunguitos ?Por qu¨¦ pas¨® lo que pas¨®? Sin mucho donaire, eso s¨ª, pero con sobrada valent¨ªa.
No es un teatro el marco pies y la garganta, y el demonio del ritmo te hace abominar de la butaca. La sala estaba tomada por gentes morenas de esbelta estructura que no dejaron de palmear durante la velada y que afloraban el taconeo y la jarana. Las c¨¢maras de televisi¨®n, la responsabilidad de estar grabando un disco y lo poco adecuado del local para este tipo de m¨²sica hicieron que Los Chunguitos estuviesen algo fr¨ªos, como abrumados por la excelente orquesta. A pesar de todo, los Chunguitos cumplieron, y es seguro que este disco se vender¨¢ como rosquillas.
Los Chunguitos tienen "una pena muy grande, pena, pena, pena, pena". Pero ellos, en vez de adentrarse en el masoquismo, agarran a la pena por la cintura, la jalean, le quitan los rulos, la peinan y la ponen a bailar. De este modo tan sencillo, tan humilde y tan procaz nos transmiten el gui?o del realismo chunguito.
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