Proteger el o¨ªdo
El incremento de los ruidos urbanos causa graves trastornos auditivos y psicol¨®gicos
El 8% de los espa?oles presenta alguna deficiencia auditiva, seg¨²n el Instituto del Pabell¨®n Auditivo de Barcelona. No hay datos de las personas afectadas ps¨ªquicamente por el exceso de ruido urbano. Sin ermbargo, m¨¦dicos y psic¨®logos coinciden en que muchos comportamientos agresivos se explican, por la presi¨®n que el ruido ejerce: sobre el individuo. S¨ª hay cifras de lo que ocurre en empresas en las que el ruido sobrepasa los 90 decibelios (unidad de intensidad), como ocurre en las industrias textiles. En el 80% de los casos, tras una continuada exposici¨®n al ruido, el trabajador suele padecer hipoacusia (sordera irreversible).
Un televisor a un volumen alto o una disputa a gritos ha sido en m¨¢s de una ocasi¨®n la causa de un enfrentamiento vecinal de graves consecuencias. El ruido, en definitiva, es un elemento desestabilizador de la psicolog¨ªa humana. Pero para que estas conductas se manifiesten no son precisos hechos espectaculares. El ruido del tr¨¢fico urbano, e incluso el de los electrodom¨¦sticos caseros, provoca alteraciones ps¨ªquicas y f¨ªsicas.El ser humano se acostumbra, pero no por eso la cl¨®quea deja de resentirse en un grado m¨ªnimo. La cl¨®quea es el denominado Organo de Corti, receptor de la audici¨®n. "Intentar hacer un estudio sobre la incidencia psicol¨®gica del ruido es bastante dif¨ªcil", indica la doctora Francisca Prades. "Hay diversos factores a tener en cuenta. La tolerancia y, la edad son b¨¢sicos. Se ha demostrado que las mujeres soportan mejor el ruido que los hombres.
Otro factor es la propia fisiolog¨ªa de la persona. La cl¨®quea de un joven es m¨¢s fuerte que la de un adulto. Depende tambi¨¦n del car¨¢cter y del estado emocional, pero s¨ª que puede afirmarse que el ruido producen todo tipo de alteraciones. Incluso llega a provocar neurosis en personas predispuestas", explica.
La curva evolutiva que siguen las enfermedades auditivas en los ¨²ltimos a?os est¨¢ en fase de un notable incremento. El o¨ªdo humano est¨¢ preparado para captar unos determinados sonidos, pero es muy sensible a los efectos ac¨²sticos agudos. "Hasta hace poco m¨¢s de 10 a?os, los casos de sordera se limitaban a los producidos por motivos profesionales. Desde hace unos a?os, se registra otro tipo de trastornos, como los ac¨²fenos, como consecuencia del incremento del ruido urbano", a?ade Prades.
Por ac¨²feno se entiende el ruido que aparecen en el interior del o¨ªdo por la alteraci¨®n del nervio auditivo. El enfermo suele escuchar un pitildo interior constante. No se conocen sus causas y tampoco tiene tratamiento. "Lo ¨²nico que se puede hacer en estos casos es una terapia preventiva", dice Prades. Los ac¨²fenos producen una fuerte sensaci¨®n de ansiedad y, como consecuencia, un cambio de car¨¢cter, que se vuelve agresivo. Est¨¢ comprobado que quienes los padecen suelen atravesar depresiones muy fuertes. El n¨²mero de afectados por los ac¨²fenos es cada vez mayor. La causa hay que buscarla en el aumento de los ruidos, desde electrodom¨¦sticos hasta juguetes.
Sordera profesional
La sordera o hipoacusia profesional est¨¢ motivada por la exposici¨®n a un ruido constante durante la jornada laboral. Se estima que el 80% de personas que trabajan en industrias textiles o semejantes padecen, al cabo de unos a?os, una. sordera irreversible. Sin embargo, la evoluci¨®n que presenta esta enfermedad es lenta y progresiva. "En este tipo de empleos, las molestias suelen presentarse a partir de los cinco a?os", dice Prades. "El paciente tiene s¨ªntomas de p¨¦rdida de audici¨®n y determinadas molestias. Ah¨ª se inicia un proceso que, de no evitarse, desemboca en la imposibilidad para comprender el lenguaje".En este tipo de industrias donde la intensidad del ruido supera los 90 decibelios, en una jornada laboral de ocho horas se estima que el trabajador su fre una p¨¦rdida de 25 decibelios al cabo de cinco a?os. Seg¨²n la doctora Prades, la legislaci¨®n laboral espa?ola no concede importancia a esta situaci¨®n. "Si bien es cierto que muchas empresas est¨¢n tomando precauciones, la mayor¨ªa incumple la normativa".
En Espa?a, la legislaci¨®n sobre ruidos data de los a?os sesenta, Establece que siempre que no se logre la disminuci¨®n del nivel sonoro, se emplear¨¢n dispositivos de protecci¨®n. La legislaci¨®n norteamericana, en cuanto a la tolerancia de exposici¨®n al ruido, manda que si se trabaja con una intensidad de 95 decibelios no se podr¨¢ superar las cuatro horas de trabajo.
Seg¨²n Enrique Salesa, del citado instituto, la Comunidad Europea tiene establecido un l¨ªmite en 85 decibelios, cinco m¨¢s que en Espa?a. "Puede parecer que aqu¨ª estamos m¨¢s avanzados, pero es todo lo contrario, porque aunque en la Comunidad Europea el l¨ªmite de tolerancia es m¨¢s alto, se toman m¨¢s medidas preventivas". La legislaci¨®n espa?ola, por ejemplo, establece una edad l¨ªmite de 45 a?os, cuando, a juicio de los m¨¦dicos, deber¨ªa ser de 40.
Tolerancias m¨¢ximas
El l¨ªmite m¨¢ximo de tolerancia del o¨ªdo es de 70 decibelios. Entre 30 y 60 se ven afectadas las actividades intelectuales; entre 60 y 90, el nervio auditivo. En estos casos suelen aparecer manifestaciones neurovegetativas, v¨®mitos, sudoraci¨®n y n¨¢useas. A partir de 85, hay lesiones, y entre 90 y 100, la sordera profunda. Para la incidencia psicol¨®gica son suficientes 65 decibelios, los mismos que se dan en una calle con tr¨¢fico abundante.Hay dos clases de sordera: de transmisi¨®n, que aparece como consecuencia de afectaciones del o¨ªdo externo o medio, y de percepci¨®n, motivadas por el ruido. En este ¨²ltimo grupo se incluyen las profesionales. Las primeras tienen tratamiento. Las segundas son irreversibles. Para curar un proceso de sordera de transmisi¨®n hay que establecer primero el origen. Sin embargo, en la mayor¨ªa de los casos, tienen tratamiento m¨¦dico o quir¨²rgico.
En general, todos los proble mas auditivos determinan la aparici¨®n de agresividad en el paciente. En el caso de la sordera, la acent¨²a. "No se puede decir de manera categ¨®rica, pero el sordo llega a ser una persona ego¨ªsta, de mal car¨¢cter y mal pensada. Le pasa todo lo contrario que al ciego, que casi siempre presenta una conducta apacible", dice Prades.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.