Miles de personas esperaron a la Virgen en Pescara
La cita para ver el milagro del baile del sol era para mediod¨ªa en el pueblo de Montesilvano, a las afueras de la ciudad de Pescara, sobre el mar Adri¨¢tico. El carism¨¢tico padre Vincenzo Dioadati, confesor de la vidente Mar¨ªa Fioritti, hab¨ªa dicho la tarde del s¨¢bado por tel¨¦fono a EL PA?S: "Tenga fe, Jes¨²s acaba de confirmarme que habr¨¢ milagro, aunque el d¨ªa est¨¦ nublado". Lo cierto es que s¨®lo unos pocos de los m¨¢s de 20.000 congregados afirmaron llegar a verlo.
El anciano arzobispo de la di¨®cesis, Giovanni Jannucci, m¨¢s bien inclinado a creer en las apariciones de Pescara, al haber conseguido Dioadati enviar al seminario 15 vocaciones sacerdotales y otras tantas a diversos conventos de monjas, hab¨ªa pedido que nadie acudiese a ver el milagro anunciado. La cita era en lo alto de una colina bautizada el Calvario.Ayer, sin embargo, amaneci¨® un d¨ªa espl¨¦ndido de sol y antes de mediod¨ªa se hab¨ªan ya congregado m¨¢s de 20.000 personas en espera del milagro. Al micr¨®fono se turnaban los j¨®venes del grupo de la vidente, a la que nadie pudo ver, que animaban a la gente a esperar con confianza en el milagro. Hubo enfado cuando un sacerdote grit¨® al micr¨®fono que lo importante no era ver bailar al sol sino creer con el coraz¨®n.
Se anunci¨® que el milagro ocurrir¨ªa entre el mediod¨ªa y la una y media de la tarde, y la tensi¨®n fue creciendo cada minuto que se acercaba la hora, como tambi¨¦n iba creciendo la gente que sub¨ªa el cerro.
Cuando lleg¨® la hora, todos los ojos estaban peridientes del sol. De repente una mujer cae de rodillas en trance. Se le ilumina el rostro y empieza a hablar con la virgen. Era Anna del Monte, de 35 a?os, madre de dos ni?os peque?os. Hab¨ªa venido desde cerca de N¨¢poles. "No, quiero publicidad", dec¨ªa en ¨¦xtasis y a?ad¨ªa: "?lo ven tambi¨¦n ustedes el sol que gira? Es de color verde intenso". Y despu¨¦s: "haz que crean aunque no vean'" y siempre en ¨¦xtasis ped¨ªa que se llamase a su marido, porque quer¨ªa saber si ¨¦l ve¨ªa tambi¨¦n el milagro.
A partir de ese momento, la gente que ca¨ªa en delirio aumentaba. Una joven de 18 a?os cay¨® desmayada tras haber visto bailar el sol. El padre que estaba a su lado, preocupado, le daba bofetadas en la cara para que despertase. Pero lo cierto es que la mayor parte de la gente no vio nada. Desde los micr¨®fonos se gritaba: "Dios est¨¢ pioniendo en prueba nuestra confianza". El alcalde del lugar, el democristiano Giovanni Pavani, dec¨ªa: "Yo no miro, he venido s¨®lo por motivos de orden p¨²blico".
Diputado con tes¨®n
De repente se acerc¨® al grupo de periodistas el diputado del Parlamento regional Domenico de Masis, socialdem¨®crata y cat¨®lico. Es el responsable de los problemas del turismo, cultura y deportes de la regi¨®n. "Confieso", dijo a la Prensa, "que yo he visto algo extra?o. Con gafas de sol y sin ellas, a las 12.57 minutos, Ma?ana volver¨¦ a mirar el sol en este mismo lugar a la misma hora para comprobar si se ha tratado de un milagro".Luego admiti¨® que el propietario de aquellos terrenos es un amigo de la vidente y que tambi¨¦n ¨¦l tiene "un pa?uelo de tierra" en aquella preciosa colina, donde no excluye que pueda surgir un santuario y por supuesto hoteles y restaurantes para los devotos que lleguen de lejos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.