Szasz: "El Estado manipula la droga"
El catedr¨¢tico estadounidense pide el libre comercio de estupefacientes
Thomas Szasz, catedr¨¢tico de Psiquiatr¨ªa en Estados Unidos, autor de diversos textos sobre la locura y la droga, es un controvertido cient¨ªfico que reclama la despenalizaci¨®n del consumo de estupefacientes y su libre comercio. Para ello ha construido una singular teor¨ªa, basada en el liberalismo radical jeffersoniano m¨¢s puro, que ha quedado plasmada en media docena de libros, en centenares de conferencias y en esta conversaci¨®n con EL PA?S.
Es peque?o, viste impecablemente de oscuro y lleva las u?as y el cabello cuidados, lo que le da un aspecto de funcionario o rabino. En un viaje anterior a Espa?a, visit¨® un psiqui¨¢trico y qued¨® escandalizado por el tratamiento que se da en Espa?a a los enfermos mentales. Ahora contin¨²a escandaliz¨¢ndose, mientras salta de un tema a otro en un largo e ininterrumpido discurso con incesantes referencias a la inseguridad ciudadadna."A lo largo de la historia", dice, "la sociedad ha tenido siem pre la necesidad moral de encontrar un inquisidor que le dictase y estableciese normas de comportamiento. Primero fueron las pautas religiosas, despu¨¦s las sexuales... Ahora son las relativas al consumo de las drogas. Pero legislar sobre la droga en Estados Unidos es una hipocres¨ªa, porque nadie respeta la ley, de la misma manera que no se cumpli¨® la ley seca que prohib¨ªa el consumo de alcohol. Hay que hacer caso a Napole¨®n, que dec¨ªa que el pol¨ªtico "no debe promulgar leyes si no tiene garant¨ªas de que despu¨¦s ser¨¢n cumplidas".
Pregunta. Este an¨¢lisis parece inexacto. En los ¨²ltimos a?os ya se ha modificado la aplicaci¨®n de la ley respecto al tema de las drogas. Ya no se castiga ni detiene al consumidor, y la ley se utiliza b¨¢sicamente para reprimir el comercio...
Respuesta. Yo no lo veo as¨ª. Adem¨¢s, intentar reglamentar el consumo o el comercio de las drogas no es una garant¨ªa de su control, sino lo contrario. El individuo experimenta un placer a?adido por el riesgo y por la transgresi¨®n de la ley. Reflexionemos sobre el habito de fumar, por ejemplo. Mucha gente ha dejado de fumar en los ¨²ltimos a?os, y sin embargo no hay ninguna legislaci¨®n que obligue a dejar el tabaco. Se deja por decisi¨®n propia.
P. No negar¨¢ que las drogas tienen una incidencia nociva en la salud del individuo y que es imprescindible su control...
R. Todos consumimos drogas. El chocolate, el caf¨¦, el tabaco, el vino... todo es droga. Pero nadie se interfiere en estos temas. ?Por qu¨¦ no sucede lo mismo con la droga? En definitiva, es un producto natural, y se trata de un derecho intransferible el decidir cu¨¢ndo queremos o no tomarla. El opio, por ejemplo, es un producto inocuo. Durante m¨¢s de 5.000 a?os se ha cultivado y consumido, sin que la sociedad dejara de progresar por ello. No hace falta ninguna ley abolicionista. El progreso de la sociedad est¨¢ directamente relacionado con su enriquecimiento en general, y no con su tendencia abolicionista.
P. ?A qu¨¦ atribuye entonces el inter¨¦s de la sociedad por reglamentar y controlar el consumo y el tr¨¢fico de drogas, si en su opini¨®n ser¨ªa suficiente el autocontrol del propio individuo?
R. El Estado manipula la droga con el objeto de ofrecer a la sociedad una nueva v¨ªctima en la que centrar el inter¨¦s. Antes se persegu¨ªa a las brujas, a determinadas sectas religiosas, a los negros, a los jud¨ªos, a los homosexuales o a los iran¨ªes, y ahora se persigue a los drogadictos y a las drogas. Es una manera como otra cualquiera de mantener aterrorizada y cohesionada a la sociedad y continuar manteniendo el poder desde el Estado. El papel que se ha otorgado al Estado, controlando el consumo y el tr¨¢fico de las drogas, es absurdo. Tan absurdo como si el Estado ejerciera un control sobre nuestras lecturas, o sobre nuestras comidas, o sobre nuetras creencias religiosas... Interviene excesivamente en nuestra esfera privada, y hay que salir al paso y recordar que los derechos personales no son suceptibles de ser legislados ni tutelados, y uno de ellos es el de consumir o no las drogas.
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