Heisbourg, "La disuasi¨®n nuclear es necesaria"
El director del Instituto de Estudios Estrat¨¦glicos cree necesaria una amplia revisi¨®n de la OTAN
El director del IISS -organismo de estudios independiente- piensa que no puede haber presencia militar norteamericana en Europa sin apoyo nuclear t¨¢ctico y da la bienvenida a los esfuerzos de algunos pa¨ªses por construir el pilar europeo de la Alianza.Pregunta. ?Puede la OTAN vivir sin una m¨¢s o menos intensa guerra fr¨ªa?
Respuesta. La cuesti¨®n no es si la OTAN est¨¢ preparada para vivir sin guerra fr¨ªa, sino c¨®mo vivir con la divisi¨®n de Europa con el m¨ªnimo nivel posible de tensi¨®n, y eso depende no s¨®lo de la OTAN, sino tambi¨¦n del Pacto de Varsovia. Europa sigue siendo el continente en el que hay la mayor concentraci¨®n de poder militar del mundo, y eso es una fuente de inestabilidad. Adem¨¢s, existe la divisi¨®n provocada por el tel¨®n de acero, y mientras las cosas sean as¨ª habr¨¢ cierta tensi¨®n.
P. ?Cu¨¢les deben ser ahora las prioridades de una OTAN sin euromisiles?
R. El desarme convencional, sin ninguna duda. Es el momento de empezar a discutir con seriedad la reducci¨®n de los niveles y del desequilibrio en armamento convencional. Los sovi¨¦ticos est¨¢n ahora dispuestos a negociar porque se han dado cuenta de que pierden mucho dinero en fabricar carros de combate que no generan resultados pol¨ªticos tangibles y en los pa¨ªses occidentales tambi¨¦n hay disposici¨®n. Las negociaciones deber¨ªan comenzar, tal y como est¨¢ previsto, el pr¨®ximo oto?o. Pero van a llevar mucho tiempo.
Tensiones
P. ?Desarme convencional antes que resolver la modernizaci¨®n del armamento nuclear que est¨¢ creando nuevas tensiones en la Alianza?
R. Las tensiones creadas en la Alianza sobre el modo de abordar las armas nucleares de corto alcance se centran en las diferencias entre brit¨¢nicos y alemanes. Mi opini¨®n es que la cuesti¨®n de las armas nucleares de corto alcance no debe supeditarse a reducciones en armas convencionales, como pretenden los brit¨¢nicos, en contra de los alemanes. La raz¨®n es que la disuasi¨®n nuclear es necesaria aunque haya un mayor equilibrio en fuerzas convencionales, porque la historia de Europa nos ense?a que no hay equilibrio convencional que produzca estabilidad. La cuesti¨®n es cu¨¢nta disuasi¨®n, d¨®nde y de qu¨¦ tipo. Hay que plantearse si la Alianza est¨¢ adaptada al actual contexto, y, dadas las divergencias entre el Reino Unido y la Rep¨²blica Federal de Alemania, es necesaria una amplia revisi¨®n. Hay que entrar en un proceso de definici¨®n de los objetivos estrat¨¦gicos y pol¨ªticos, que puede llevar un a?o, y despu¨¦s ir adelante con la modernizaci¨®n nuclear, si es eso lo que hace falta, o con la reducci¨®n, si es necesaria.
P. Ronald Reagan acaba de ratificar el apoyo norteamericano a Europa, a los pocos d¨ªas de que su secretario de Defensa, Frank Carlucci, amenazara con retirar las tropas norteamericanas destacadas en Europa. ?Significa esa contradicci¨®n que Washington no sabe qu¨¦ hacer con Europa?
R. (Carcajadas) Adem¨¢s de oponer las declaraciones de Carlucci y Reagan, tambi¨¦n se pueden encontrar contradicciones entre las sucesivas posiciones adoptadas por Reagan. Hay que ser muy cuidadoso con lo que dijo Carlucci, es decir, que si no hay armas nucleares t¨¢cticas -de alcance inferior a los 500 kil¨®metros- en Europa, ?c¨®mo van a quedarse las tropas norteamericanas?. No se pueden dictar a un pa¨ªs que extiende su protecci¨®n las condiciones de esa protecci¨®n, y si se le pide la protecci¨®n, deben aceptarse las consecuencias.
P. Es decir, que el paraguas nuclear norteamericano implica la presencia de armas at¨®micas en Europa.
R. S¨ª, ¨¦sa es una justa deducci¨®n. Si va a haber tropas norteamericanas en Europa, los norteamericanos deben mantener algunas armas nucleares en el continente. Pretender que los norteamericanos van a dejar 325.000 rehenes sin protecci¨®n, aparte de! holocausto nuclear provocado por el disparo de un misil bal¨ªstico intercontinental, es una propuesta muy peligrosa.
P. ?La iniciativa francesa de formar una brigada conjunta con la RFA supone el inicio por parte de Europa de la tarea de colocar su destino en sus propias manos?
R. Creo que los franceses y los otros aliados est¨¢n decididos a construir el pilar europeo de la Alianza con una mayor cooperaci¨®n bilateral y multilateral. Si algo est¨¢ mal en la Alianza, es que hay un gigante y 15 enanos. Es mucho mejor que los enanos, en vez de actuar como ni?os mimados, unan sus fuerzas y hablen con una voz m¨¢s decidida y segura.
P. ?C¨®mo explica usted la reticencia de Margaret Thatcher ante iniciativas como la franco-alemana, tan bien acogida en Washington?
R. Los brit¨¢nicos tienen el problema de que son totalmente dependientes de Estados Unidos para la modernizaci¨®n de sus fuerzas nucleares, y han de pasar cinco a?os antes de que se bote un submarino Trident -con los que el Reino Unido va a sustituir a los actuales Polaris-. En esos cinco a?os, los brit¨¢nicos van a ser particularmente cautos en sus relaciones con EE UU, e ir m¨¢s all¨¢ de lo que los norteamericanos digan o hagan. La dependencia tiene un precio.
El problema alem¨¢n
P. ?Se est¨¢ convirtiendo la RFA en el eslab¨®n d¨¦bil de la Alianza?
R. No necesariamente en el m¨¢s d¨¦bil, pero s¨ª el m¨¢s complicado. Las dos Alemanias son ¨¢reas con ingentes cantidades de fuerzas militares nucleares y convencionales, y los alemanes son conscientes de esta vulnerabilidad. Se piensa que una guerra puede quedar confinada s¨®lo a Alemania, lo que es absurdo, o que Alemania puede quedar aislada de la situaci¨®n de seguridad europea, lo que tambi¨¦n es falso. Esta percepci¨®n alemana debe ser abordada con seriedad, y de nuevo aparece la necesidad de una revisi¨®n pol¨ªtica y estrat¨¦gica, del di¨¢logo con el Este, de la distensi¨®n. La RFA puede convert¨ªrse en el elemento pol¨ªticamente d¨¦bil de la Alianza si se permite que aumenten las diferencias pol¨ªticas. Un enfrent¨¢miento entre Washington y Londres, por un lado, y Bonn, por otro, sobre la cuesti¨®n de las armas nucleares de corto alcance ser¨ªa desastroso, pol¨ªtica y estrat¨¦gicamente.
Un patio trasero tranquilo
R. M. DE R., El nuevo pensamiento emanado del Kremlin no provoca suspicacias en Heisbourg, quien, sin embargo, hace notar el potencial desestabilizador que tendr¨ªa su desordenada extensi¨®n a los pa¨ªses del Este.
Pregunta ?C¨®mo puede influir en la URSS un nuevo pensamiento propio en los pa¨ªses del Este?
Respuesta Hay tres aspectos a tener en cuenta. Por un lado, una serie de viejos dirigentes, amenazados por la perestroika, que se resisten a los cambios en la URSS o que los aceptan en tanto en cuanto los sovi¨¦ticos no intentan aplicarlos a sus pa¨ªses. En segundo lugar, se han creado grandes esperanzas entre la poblaci¨®n de la Europa del Este.
Hay que considerar tambi¨¦n que Gorbachov tiene enemigos en casa y no quiere problemas en el patio trasero. Una revuelta ser¨ªa un desaf¨ªo extraordinario con una URSS atacada mientras se usa el nombre de Gorbachov. Una delicada situaci¨®n que Gorbachov intentar¨¢ evitar. Los sovi¨¦ticos tratan de resolver el conflicto mediante la promoci¨®n de nuevos l¨ªderes (Checoslovaquia) o apoyando a los que siguen la perestroika (Bulgaria o Polonia). La RDA y Ruman¨ªa son problemas particularmente dif¨ªciles, como tambi¨¦n lo es la sucesi¨®n en Hungr¨ªa. Es un problema complejo en el que los pa¨ªses occidentales tienen que ser muy cuidadosos, pues el potencial de desestabilizaci¨®n es muy alto.
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