Noriega: "Hay planes para resistir una intervenci¨®n de EE UU"
El general paname?o asegura que los militares se retirar¨¢n a sus cuarteles tras las presidenciales
El hombre fuerte de Panam¨¢, general Manuel Antonio Noriega, promete que las fuerzas armadas se retirar¨¢n completamente a sus cuarteles despu¨¦s de las elecciones presidenciales del a?o pr¨®ximo, que, seg¨²n afirma, se realizar¨¢n bajo supervisi¨®n de observadores internacionales. Noriega manifest¨® tambi¨¦n, en una entrevista concedida a tres periodistas europeos, que las Fuerzas de Defensa tienen planes para hacer frente a una eventual intervenci¨®n militar de Estados Unidos, alternativa que el l¨ªder paname?o no descarta.
ENVIADO ESPECIAL, "Estamos preparados para adoptar una postura digna dentro de nuestra capacidad y de nuestras posibilidades, pero nosotros somos un pueblo pac¨ªfico y nunca tiraremos la primera piedra", afirma Noriega, de 50 a?os, en relaci¨®n con el peligro de una invasi¨®n norteamericana, que, seg¨²n ¨¦l, es una de las hip¨®tesis que actualmente baraja Washington.Pregunta. ?Cree que la poblaci¨®n presentar¨ªa resistencia a una acci¨®n militar de EE UU.
Respuesta. No s¨®lo resistir¨ªa, sino que los resultados ser¨ªan incalculables. Aqu¨ª, en 1964, por destrozar la bandera nacional, hubo 23 muertos por parte paname?a y siete por la norteamericana. El sentimiento nacionalista y patri¨®tico est¨¢n en la piel, y s¨®lo hay que rascarlo un poquito.
P. ?Se puede comparar a la situaci¨®n de Nicaragua?
R. Nuestros planes de contingencia son distintos.
El general Noriega conf¨ªa, sin embargo, en que esos planes no sean necesarios. "Nosotros, como un pa¨ªs libre y soberano, no vemos qu¨¦ elemento, qu¨¦ explicaci¨®n pueden dar para hacer una intervenci¨®n. No tienen ninguna justificaci¨®n para intervenir en Panam¨¢". Con el fin de evitarlo, el l¨ªder militar paname?o se dice dispuesto a restablecer relaciones normales con Estados Unidos, con cuyo Gobierno, seg¨²n Noriega, Panam¨¢ comparte "hasta 1999" intereses comunes.
Uno de los pasos que pretende dar Noriega para frenar la escalada de tensi¨®n con EE UU es la garant¨ªa de que, despu¨¦s de las elecciones de mayo de 1989, el Ej¨¦rcito abandonar¨¢ toda misi¨®n pol¨ªtica. "Las elecciones son la ¨²nica salida. Ah¨ª la sociedad paname?a ir¨ªa a un acto verdaderamente democr¨¢tico, supervisado por los pa¨ªses latinoamericanos para ver qui¨¦n gan¨®. Ese caminar debe unificar a las partes que verdaderamente quieran participar en esa oportunidad, porque despu¨¦s de 1989 las fuerzas armadas no tendr¨¢n nada que ver con los partidos ni con el Gobierno, solamente en las necesidades de coordinaci¨®n espec¨ªficas y normales".
"Cuando Panam¨¢ se opone a conducirse dentro de las fichas blancas del tablero, entonces es considerado un mal ejemplo y ah¨ª empieza la curva descendente de las relaciones con Estados Unidos. En el momento en que el almirante Poindexter viene a Panam¨¢ a solicitar que Panam¨¢ se desligue de Contadora y se aline con la estrategia de guerra contra Nicaragua, entonces, ante la negativa de Panam¨¢, pasamos a ser las fichas negras del tablero de guerra en Centroam¨¦rica.
P. Estos argumentos no han sido totalmente aceptados por otros Gobiernos latinoamericanos, que han mostrado gestos de desaprobaci¨®n por la destituci¨®n, hace una semana, del ex presidente Eric Arturo Delvalle.
R. Dentro de las escalas de la presi¨®n se encuentran la desinformaci¨®n period¨ªstica, la confabulaci¨®n de las tres mentiras y una verdad. Y ¨¦sta es la raz¨®n que hace que dentro de los Gobiernos amigos exista tal estado de confusi¨®n. En un momento en que las fuerzas latinoamericanas se encuentran en un movimiento de consolidaci¨®n y de unificaci¨®n -la prueba es que Esquipulas 2 es la expresi¨®n de una soluci¨®n latinoamericana de la que Estados Unidos queda al margen, la prueba es que el Grupo de los Ocho es la consolidaci¨®n de la idiosincrasia latinoamericana que hacen temer a Estados Unidos una p¨¦rdida de la subordinaci¨®n de esos Estados latinoamericanos que, antes hab¨ªamos estado cada uno haciendo la guerra por nuestra cuenta, esto constituye una luz roja de alerta para la pol¨ªtica norteamericana. Entonces ellos tienen que buscar estrategias y mecanismos, y todo lo que est¨¢ ocurriendo es parte de esos mecanismos...
Un elemento de esa estrategia, seg¨²n Noriega, ha sido el comportamiento del ex presidente Delvalle. "Delvalle resisti¨® hasta su ¨²ltima capacidad las presiones, hasta que lo hicieron meterse en el plan norteamericano. No hay ninguna duda de eso, absolutamente ninguna duda de que el plan es de Abranis [Elliot Abrams, secretario de Estado adjunto para Asuntos Interamericanos].
P. ?Conoce usted detalles de ese plan?
R. Bueno, Delvalle tuvo varias reuniones con Abrams, y desde el momento en que a ¨¦l, como presidente de la Rep¨²blica, le pon¨ªan funcionarios de tercera fila, ya se vislumbraba que cuan do no existe un tratamiento -de igualdad uno debe prepararse a recibir ¨®rdenes. Los mismos miembros del Gobierno, las mismas Fuerzas de Defensa, ya le hab¨ªan advertido que est¨¢bamos en manos de funcionarios de tercera categor¨ªa. Entonces, si usted ve los resultados, no hay ni una coma menos de los planes que haya esbozado el Departamento de Estado norteamericano. As¨ª es que desde las conversaciones con el embajador norteamericano aqu¨ª, que fue el mensajero, y con el cerebro, el segundo hombre de la Embajada, Magistu, que es el autor del plan de Filipinas, el hombre m¨¢s nefasto para la democracia en Latinoam¨¦rica; desde ese momento ellos empezaron a tejer sobre Delvalle una telara?a que lo fue enredando.
P. ?Delvalle le hab¨ªa pedido a usted en privado que dejase la comandancia?
R. Bueno, cuando ¨¦l regres¨® la ¨²ltima vez de EE UU dijo que Abrams le hab¨ªa dicho eso. As¨ª es que fue un vocero de Abrams al transmitir ese curso de acci¨®n. Eso fue dos d¨ªas antes de su intervenci¨®n en televisi¨®n, y me lo dijo en una reuni¨®n en la que estaba el coronel Marcos Just¨ªnez [jefe del Estado Mayor]. Me dijo que abandonase la comandancia, pero me lo plante¨® con otra pintura fosforescente.
P. ?Y usted qu¨¦ le contest¨®?
R. Yo le dije que mientras mantuviese el nivel de Abrams y Walker [William Walker, responsable de asuntos centroamericanos en el Departamento de Estado] le iban a seguir dando ¨®rdenes.
P. ?D¨®nde est¨¢ ahora Delvalle?
R. El embajador de EE UU lo tiene bajo custodia. El embajador de EE UU es ahora el albacea de su vida y de su salud.
P. ?Hay algo que te impida a Delvalle vivir en Panam¨¢?
R. Hoy por hoy no hay nada que se lo impida. Hoy, por hoy la ¨²nica falta que est¨¢ cometiendo es la interferencia en los asuntos internacionales; y no s¨¦ esa falta qu¨¦ sanci¨®n tenga a tenor de los c¨®digos legales paname?os.
Noriega admite el efecto perjudicial que puede tener para Panam¨¢ un bloqueo econ¨®mico, "pero lo que tambi¨¦n puede producir", a?ade, "es la b¨²squeda de otras alternativas econ¨®micas en otros sectores extranjeros de los que Panam¨¢, por a?os, por sumisi¨®n a los intereses de Estados Unidos, se hab¨ªa exiliado, como Espa?a, Francia, Suecia, todo el Club de Par¨ªs".
Calumnias a Castro
P. ?Se refiere tambi¨¦n a los pa¨ªses socialistas?R. Bueno, nosotros no tenemos relaciones con los pa¨ªses del campo socialista, as¨ª es que el intercambio es bastante desconocido, pero hay que abirlo.
Noriega insiste en que esto no significa que est¨¦ amenazando a EE UU con incorporar a su pa¨ªs al campo socialista; sospecha a la que ha contribuido tambi¨¦n el hecho de que hayan sido Cuba y Nicaragua los pa¨ªses que con m¨¢s energ¨ªa han respaldado a Panam¨¢ en su enfrentamiento con Washington. "Tambi¨¦n se han manifestado otros pa¨ªses", desaprueba el general, "pero la morbosidad de la explotaci¨®n de la propaganda desinformativa de EE UU solamente se?ala a Cuba y Nicaragua, cuando hay otros pa¨ªses, como M¨¦xico y Brasil, que tambi¨¦n han defendido la no intervenci¨®n en los asuntos internos de nuestros pa¨ªses".
P. ?No agradece usted entonces las declaraciones de Fidel Castro en defensa de Panam¨¢?
R. No, no es as¨ª. Lo que hay que ver es que a Castro lo mencionan en todo este problema, tambi¨¦n ha recibido la andanada de la calumnia, de la mentira y de la confusi¨®n. Entonces Castro, al defenderse, tiene que mencionar el an¨¢lisis sobre Panam¨¢. Yo lo veo estrictamente as¨ª.
P. ?Usted no ha hablado con Castro ¨²ltimamente?
R. Yo hace como 10 a?os que no hablo con Fidel Castro.
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