Intrepidez
En 1947 Raymond Queneau public¨® en Par¨ªs un libro intraducible e irrepresentable; es el que hemos visto ahora traducido y representado. Hubo un intento teatral en Par¨ªs (por Yves Robert y los Fr¨¦res Jacques), que no fue memorable.Raymond Queneau, en los Ejercicios de estilo, emplea un franc¨¦s nuevo, lleno de juegos, de cambiantes, de variantes, de sugerencias. Le ven¨ªa del surrealismo en el que milit¨®, de su pasi¨®n matem¨¢tica, que le lleva a la l¨®gica delirante (como a Lewis Carroll) de su erudici¨®n ling¨¹¨ªstica y de una convicci¨®n de que la novela es un g¨¦nero que hay que destruir, sobre todo desde dentro: con unos personajes libres y muy individuales que desarticulen el relato.
?Que no
..?Montaje teatral basado en el libro Ejercicios de estilo, de Raymond Queneau (1947), traducido por Antonio Fern¨¢ndez Ferrer. Int¨¦rpretes: compa?¨ªa Industrias Nict¨¢lopes. Direcci¨®n Jes¨²s Cracio. Escen¨®grafo Christian Boyer. VIII Festival de Teatro de Madrid. Sala Olimpia, 9 de marzo.
En Ejercicios de estilo se trata de un brev¨ªsimo episodio cotidiano contado de muchas de las maneras posibles. Para traducirlo a otro idioma, con otras leyes fon¨¦ticas, otras asociaciones inconscientes de palabras, otras agilidades de deformaci¨®n, hay que tener unos talentos equivalentes a los de Raymond Queneau; sin embargo, Antonio Fern¨¢ndez Ferrer tuvo la intrepidez de traducirlo al espa?ol (Editorial C¨¢tedra), y la compa?¨ªa de Industrias Nict¨¢lopes, la de llevarlo al escenario. Para lo cual han variado algunas cosas; han modernizado situaciones, cambiado geograf¨ªas, buscado tipos propios.
Queda evidente que har¨ªan falta unos actores de una capacidad extraordinaria para decir esa prosa variante, para sacar el juego fon¨¦tico a lo escrito. Los ocho actores de estas Industrias Nict¨¢lopes no tienen la madurez necesaria ni la erudici¨®n literaria suficiente. De esto resulta alguna comicidad adicional; no que Queneau no la tenga -amaba la rigolade-, aunque pretendiera un humor serio en su escritura, sino que se va por el sainete o la comedia de costumbres, que tienen m¨¢s recursos f¨¢ciles.
Audacia en la direcci¨®n
El director Jos¨¦ Cracio ha hecho tambi¨¦n sus propios ejercicios de estilo, ayudado por Christian Boyer: la creaci¨®n de teatralidad o dramaturgia, el movimiento ¨¢gil, la invenci¨®n de situaciones que no siempre tienen que ver con el texto. Una inventiva abundante y eficaz que tropieza con el escollo de la dicci¨®n de sus actores. Y, naturalmente, con los escollos de la traducci¨®n. Pero como a los audaces les sonr¨ªe la fortuna, que dec¨ªa Cicer¨®n (timodosque repellit), se han encontrado con un ¨¦xito.
El p¨²blico de este festival, tan joven, tiene cinco o seis grandes reidores que se suelen manifestar desde que sospechan que algo puede tener gracia y atruenan cuando la tiene (sobre todo con los tipos regionales, los acentos provincianos, los paletos, las cosillas sexuales: como siempre); fueron muy seguidos en esta representaci¨®n, en la que se ovacionaron algunos de los fragmentos de estilo y se aplaudi¨® al final con reiteraci¨®n.
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