La actualidad art¨ªstica del romanticismo
La misma tradici¨®n re¨²ne exposiciones de Delacroix y pintores brit¨¢nicos contempor¨¢neos
La coincidencia en Madrid de dos exposiciones relacionadas con el romanticismo, aunque desde un distinto punto de vista - la monogr¨¢fica dedicada al pintor franc¨¦s Delacroix (palacio de Villahermosa) y la titulada La tradici¨®n rom¨¢ntica en la pintura brit¨¢nica contempor¨¢nea (C¨ªrculo de Bellas Artes)-, vuelven a poner de actualidad un tema sobre el que se viene insistiendo frecuentemente esta d¨¦cada, no ¨²nicamente a trav¨¦s de una perspectiva art¨ªstica, pero, desde luego, tambi¨¦n en ella, y en cierta manera de una forma preferencial.
En el terreno de la organizaci¨®n de grandes exposiciones esto es un hecho incontestable desde hace aproximadamente unos 15 a?os, como se demuestra en el montaje, entre otras, de varias monogr¨¢ficas dedicadas al pintor Caspar David Friedrich (Londres, 1972; Hamburgo, 1974; Par¨ªs, 1984), a Runge y su ¨¦poca (Hamburgo, 1977), a J. H. F¨¹ssli (Par¨ªs, 1975), y otras, o a visiones panor¨¢micas, como las tituladas La pintura alemana en la ¨¦poca del romanticismo (Par¨ªs, 19761977), Sue?o y verdad. Romanticismo alem¨¢n (Berna, 1985), etc¨¦tera, por no mencionar las otras que han ido planteando esta misma cuesti¨®n desde diversas perspectivas locales, personalidades o aspectos.Mucho m¨¢s aleccionador que esta oleada reciente de recuperaci¨®n del romanticismo hist¨®rico es la tendencia a tratar la actualidad art¨ªstica desde el prisma rom¨¢ntico, tanto como reconocimiento de la vigencia de unas ra¨ªces culturales del pasado a¨²n hoy influyentes, en la creaci¨®n ¨²ltima, como actualizaci¨®n de una manera de ser propiamente neorrom¨¢ntica con su correspondiente sensibilidad. En este sentido, desde la S¨¦ptima Documenta de Kassel (1982), que se puso bajo la advocaci¨®n est¨¦tica del romanticismo, hasta la tambi¨¦n magna revisi¨®n de la actualidad art¨ªstica La tendencia a la obra de arte total. Utop¨ªas europeas desde 1800 (1983), de una u otra manera surge siempre la apelaci¨®n a lo rom¨¢ntico.
La ola
Pues bien, ?por qu¨¦ nos invade esta ola rom¨¢ntica hoy? Pi¨¦nsese, adem¨¢s, en su extensi¨®n a otros g¨¦neros menos convencionalmente ajustados a lo que originalmente fue el romanticismo, como, por ejemplo, el cine, donde nos encontramos con una extensa relaci¨®n de pel¨ªculas que as¨ª lo demuestran y entre las que cabe citar, a vuelapluma, La -marquesa de O, de E. Rohiner; Barry Lyndon, de S. Kubrick, o tambi¨¦n, en nuestro pa¨ªs, el Werther, de Pilar Mir¨®.En 1975, el historiador del arte Robert Rosenblum public¨® un ensayo titulado Pintura moderna y tradici¨®n rom¨¢ntica del Norte, en el que se trataba de demostrar c¨®mo exist¨ªa una corriente de subterr¨¢neo romanticismo que atravesaba todas las principales vanguardias pl¨¢sticas de los siglos XIX y XX, llegando a interconectar ¨ªntimamente los presupuestos de C. D. Friedrich con los de Rothko, puntos extremos de una misma tradici¨®n igualmente compartida por la obra de artistas tan diversos como Van Gogh, Munch o Mondrian. La tesis de Rosenblum, por lo dem¨¢s, reafirmaba la naturaleza septentrional del romanticismo, a la vez que propon¨ªa una nueva manera de analizar la historia de las vanguardias, al margen de ortodoxa visi¨®n que las centraba exclusivamente en la escuela de Par¨ªs.
De manera que, en poco tiempo, nos encontramos con la recuperaci¨®n de figuras m¨ªticas del romanticismo hist¨®rico, con una tradici¨®n rom¨¢ntica como eje vertebral del arte moderno y con formas actuales de romanticismo. Dada la envergadura y la extensi¨®n de esta moda rom¨¢ntica, ?se podr¨¢ acaso contestar al por qu¨¦ antes dejado en suspenso sin previamente aclarar qu¨¦ fue y sigue siendo ser rom¨¢ntico en arte? Que la definici¨®n del romanticismo fue, desde el principio, una cuesti¨®n pol¨¦mica nos lo demuestra la lectura del ensayo que al respecto public¨® Baudelaire en 1846, significativamente titulado ?Qu¨¦ es el romanticismo? y en el que curiosamente se establecen unas premisas muy parecidas a las manejadas por Rosenblum 129 a?os despu¨¦s, pues en ¨¦l ya se identificaba, por una parte, romanticismo y arte moderno, mientras que, por otra, se defend¨ªa el car¨¢cter rom¨¢ntico del Norte frente al naturalista propio de las culturas meridionales.
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