Terapia de grupo
MEDIADA LA legislatura, los partidos de la oposici¨®n toman posiciones para la pr¨®xima oportunidad electoral. El CDS de Su¨¢rez se adelant¨® a todos vistiendo el traje liberal que necesitaba para ir dot¨¢ndose de algunas se?as de identidad algo m¨¢s tangibles que la simple devoci¨®n al l¨ªder. El PCE cambi¨® de emblema eligiendo el populismo meridional de Anguita, m¨¢s apto para encabezar el proyecto de Izquierda Unida que el heredero de Carrillo. Los del PDP obedecieron a la corazonada de que tal vez adoptando las siglas que han descrito siempre su ideolog¨ªa ser¨ªan m¨¢s reconocibles por un electorado que los ignor¨® cuando abandonaron el buque insignia patroneado por Fraga. Y las huestes de este ¨²ltimo se han reunido en una sesi¨®n de terapia de grupo para recobrar una moral bastante quebrantada por algunos episodios recientes. En los reg¨ªmenes parlamentarios, hacia mitad de legislatura la oposici¨®n debe estar normalmente en condiciones de aprovechar el natural desgaste del partido en el poder para plantearse una estrategia electoral apoyada en las insuficiencias de la acci¨®n del Gobierno. En las filas del primer partido de la oposici¨®n ha cundido el desconcierto porque a estas alturas de los tiempos no hay nada de eso y adem¨¢s la administraci¨®n de sus silencios por parte de Su¨¢rez est¨¢ convirtiendo al ex presidente del Gobierno en un poster con m¨¢s porvenir.La convenci¨®n de AP del pasado lunes se plante¨® como una operaci¨®n de lanzamiento propagand¨ªstico de Hern¨¢ndez Mancha al cumplirse un a?o de su elecci¨®n. Sin embargo, es tan fr¨¢gil la moral de ese partido, que han bastado unos peque?os vaivenes de la carga para que la embarcaci¨®n se tambalee, y la convenci¨®n se transform¨® en dique de reparaciones. El viejo Fraga hubo de ser llamado para poner orden. Tras admitir las recomendaciones del veterano patr¨®n, Hern¨¢ndez Mancha ha sido euf¨®ricamente confirmado como l¨ªder del partido, lo que no significa que el problema del liderazg9 haya sido superado.
La derecha espa?ola no se ha acostumbrado todav¨ªa a ser oposici¨®n y a veces le pierde el exceso de impaciencia. Un l¨ªder no se improvisa en un a?o y no basta gritar fuerte que la pr¨®xima vez "vamos a ganar, seguro", para configurar una alternativa veros¨ªmil. Falta madurez. En su ausencia, se presta credibilidad a los profetas de la unidad perdida del centro-derecha. Esos estrategas construyen imaginarios escenarios de cart¨®n piedra: "Si se suman los votos de todos los partidos opuestos al PSOE, tenemos la mayor¨ªa".. Por tanto, todo consiste simplemente en vertebrar a esa mayor¨ªa bajo la direcci¨®n estrat¨¦gica y el liderazgo moral de AP. Los estrategas que de tal guisa cavilan fingen olvidar que si hay m¨¢s de cuatro millones de electores que votan a Su¨¢rez, a los regionalistas o a otras fuerzas, es porque su rechazo al actual partido gobernante no es de tal naturaleza que les incline autom¨¢ticamente a dar su apoyo a la derecha conservadora o a la cerril; y muchos renunciar¨ªan a apoyar a esos partidos si se les advirtiera que sus votos iban a ser utilizados para engrosar una alternativa "bajo la direcci¨®n estrat¨¦gica y el liderazgo moral de AP".
El segmento del centro-derecha que es capaz de aglutinar AP es, como mucho, el comprendido en el per¨ªmetro de lo que fue Coalici¨®n Popular. Y precisamente porque era un per¨ªmetro demasiado angosto se liquid¨¦ la figura y se jubil¨® a su inventor, Manuel Fraga. Si, como ha dicho Aznar, las cosas est¨¢n m¨¢s o menos igual que antes de esa jubilaci¨®n, ?fue un error prescindir de Fraga? Seguramente no. Tras la desaparici¨®n de UCD, la presencia de Fraga garantizaba -relativamente- un papel preponderante de AP en la oposici¨®n, pero constitu¨ªa un obst¨¢culo para generar una estrategia de expansi¨®n. La sustituci¨®n del ex ministro de Informaci¨®n de Franco era condici¨®n necesaria, aunque no suficiente, para configurar una alternativa de centro-derecha.
Si no es suficiente es porque los herederos no han sido capaces por el momento de acreditar un modelo de oposici¨®n basado, antes que en las proclamas ideol¨®gicas, en la cr¨ªtica de la gesti¨®n socialista y la presentaci¨®n de soluciones sectoriales veros¨ªmiles. Y eso no se soluciona simplemente con sesiones de psicodrama u otras terapias de grupo.
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