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M¨¢s Almod¨®var. Sigue la revisi¨®n televisiva de su filmograf¨ªa con moderada intermitencia y plausible cronolog¨ªa. Hoy toca Matador, la que va detr¨¢s de ?Qu¨¦ he hecho yo para merecer esto! Y que va antes de La ley del deseo, que va antes de Mujeres al borde de un ataque de nervios, su ¨²ltimo largometraje por el que ya suspiramos.Matador contin¨²a dos importantes constantes del cine de Almod¨®var. Una es su af¨¢n de superaci¨®n. Posee una elaborada elegancia y una concepci¨®n visual deslumbrante.

La otra constante viene de lejos, de su primera incursi¨®n en las pantallas espa?olas, y podr¨ªa definirse como un fasc¨ªculo de nuestra historia cuya uni¨®n con sus otras pel¨ªculas forman un mosaico concienzudo y riguroso de las taras nuestras de los a?os ochenta. Un torero lisiado, su disc¨ªpulo, una vampiresa, una psic¨®loga, un comisario de polic¨ªa, una abogada en celo y. una madre opusde¨ªsta, entre otras fieras, forman as¨ª una fauna veraz que Almod¨®var contempla desde su ojo cl¨ªnico con rigor y pasi¨®n. Matador es un admirable trabajo.

Completan la programaci¨®n un disneyano y robinsonesco El ¨²ltimo vuelo del arca de No¨¦, con Ell¨ªot Gould, Genevieve Bujold y Vincent Gardenia en sus cr¨¦ditos; una ex¨®tica adaptaci¨®n marroqu¨ª -de Souchuel Ben Barka- del Bodas de sangre de Lorca, austera y hermosamente concebida, y un melodrama t¨ªpico con Bette Davis, Novia de junio, que no se cuenta precisamente entre sus mejores t¨ªtulos.