La segunda fuerza de Italia
La dimisi¨®n de Giovanni Goria es no s¨®lo una cuesti¨®n preocupante, sino que representa una se?al de alarma. Una vez m¨¢s, el sistema pol¨ªtico italiano se ha revelado incapaz de generar y mantener un Gobierno estable.Los principales partidos italianos coinciden ahora en que hay que acabar con este per¨ªodo de cortar la hierba bajo los pies de cada Gobierno.
Una econom¨ªa sofisticada como la italiana, que debe soportar el peso de un d¨¦ficit en el sector p¨²blico equivalente al 127. del producto nacional bruto del pa¨ªs, necesita tambi¨¦n un Gobierno de cierta sofisticaci¨®n.
El presidente Cossiga act¨²a, como en anteriores crisis, intentando hacer posible una coalici¨®n de cinco partidos, dirigidos por la Democracia Cristiana y el Partido Socialista de Bettino Craxi.
Y es que ¨¦sta es la ¨²nica combinaci¨®n posible, si lo que se desea es excluir a los comunistas del aparato del poder.
Flero, probablemente, despu¨¦s de tantas crisis de Gobierno, sea tiempo de plantearse la cuesti¨®n sobre la conveniencia de mantener siempre apartado al Partido Comunista.
Normalmente se ha recurrido a la realpolitik como argumento para la exclusi¨®n de los comunistas. Pero los comunistas italianos, junto con los socialistas, podr¨ªan formar un Gobierno cre¨ªble de centro-izquierda, aunque esto no sirviera para resolver todos los problemas del pa¨ªs.
16 de marzo
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