Responsabilidad espa?ola

Dejando a un lado la conveniencia o la oportunidad de la aparente necesidad casi angustiosa que parece sentir el se?or presidente del Gobierno por aparecer de manera destacada como gran pacificador de las Am¨¦ricas, aunque en estos avatares le correspondan papeles tan poco l¨²cidos como el de buscarle un sitio al se?or Noriega tras la expulsi¨®n que le van construyendo d¨ªa a d¨ªa m¨ªster Reagan y la CIA, ?puede un pobre ciudadano de a pie extra?arse por qu¨¦ esa voluntad publicista y pacificadora no se halla, ni remotamente, dirigida nunca hacia el problema saharaui y las reivindicaciones de unpueblo claramente invadido? Razones de responsabilidad hist¨®rica espa?ola no faltan, tampoco humanitarias, ni ling¨¹¨ªsticas o culturales, por no hablar de pura consecuencia pol¨ªtica con lo expresado por el se?or presidente antes de serle, de las evidentes cuestiones de derechos humanos en juego, o de tipo geogr¨¢fico y estrat¨¦gico.Para empezar, por supuesto, cabr¨ªa reconocer a la Rep¨²blica ?rabe Saharaui Democr¨¢tica (RASD) y recomendar al se?or Hassan que acepte a su vez las recomendaciones de la ONU y evite en lo posible las torturas y dem¨¢s. De paso, al evitar esas cosas en lo referente a los saharauis, tambi¨¦n se le podr¨ªa recomendar que las evitara en su propio pa¨ªs. Me comprometo personalmente a buscarle un t¨ªtulo despu¨¦s de estas actividades no menos rimbombante que el que sin duda se merece por su preocupaci¨®n americana. Incluso, tambi¨¦n, a ahorrarle algunas iron¨ªas.-