Vender la moto
Una vieja historia cuenta que, en ¨¦poca republicana, un catedr¨¢tico que hab¨ªa hablado abundantemente sobre la victoria de la izquierdas en las elecciones, lleg¨® al aula al d¨ªa siguiente de celebrarse y vencer las derechas y, ante la burlona expectaci¨®n de sus alumnos, inici¨® la clase sin inmutarse: "Se?ores, parec¨ªa que ¨ªbamos a ganar las izquierdas, pero resulta que hemos ganado las derechas", con lo que disolvi¨® en una carcajada la cat¨¢strofe que flotaba en el ambiente. Algo as¨ª ha sucedido en los ¨²ltimos d¨ªas con la renovaci¨®n d¨¦ las acciones de ETA, que parece que nos ha puesto a muchos pol¨ªticos y comentaristas en la necesidad de acertar de las dos maneras, cuando dec¨ªamos que la paz estaba pr¨®xima y cuando aseguramos que la paz est¨¢ lejana. Y, sin embargo, no creo que haya que acudir a interpretaciones enrevesadas de la realidad ni a juegos de magia pol¨ªtica para poder asegurar que la situaci¨®n sigue, poco m¨¢s o menos, como estaba.Una aclaraci¨®n importante a eso del "poco m¨¢s o menos". El acto de fe colectivo en la tregua estuvo matizado por dos dudas: porque pod¨ªa ser un tiempo para reorganizarse y, sobre todo, porque depend¨ªa de factores como el tener que reconocer la derrota de la lucha armada y la necesidad de la acci¨®n pol¨ªtica; lo cual no se lleva a cabo en dos d¨ªas y precisa algunos zarpazos que aseguren a sus seguidores que est¨¢n venciendo. En ese poco m¨¢s o menos hay un secuestrado, el intento de otra masacre bombardeando otra casa cuartel de la Guardia Civil y un asesinato. Que es mucho pero que, aunque resulte duro, no altera los datos pol¨ªticos que se est¨¢n manejando. Ya s¨¦ que la barbarie es f¨¢cil de asumir como un elemento m¨¢s sobre el que teorizar por quienes no la padecen directamente. Eso sucede en ambas direcciones. En quienes estamos contra ella y en quienes la justifican. Para el guardia civil asesinado y sus familiares nada es ya igual y nuestras especulaciones sobran, aunque presuman la posibilidad de que se termine la violencia en un plazo no muy largo. Eso es cierto, como tambi¨¦n lo es que para los seguidores duros, y cuanto m¨¢s alejados personalmente del riesgo y de la muerte m¨¢s decididos a que ETA siga matando, cuanto m¨¢s protegidos m¨¢s dispuestos a que la negociaci¨®n se retrase, cuanto m¨¢s cobardes m¨¢s sanguinarios, la violencia es una forma de ¨¦xtasis que s¨®lo tiene que ver con la realidad cuando afecta a sus amigos.
El tr¨¢nsito puede ser muy o doloroso, pero las grandes l¨ªneas de la negociaci¨®n y el futuro no han cambiado sustancialmente, aunque se hayan quedado moment¨¢neamente en suspenso. El proyecto militar est¨¢ liquidado y ETA lo sabe, de la misma manera que lo sabe la c¨²pula de Herri Batasuna, bien porque se lo haya comunicado ETA en un t¨¦lex de urgencia -he sabido que estos chicos lo dejan todo bien escrito, como ese estratega de la clandestinidad que es Santi Potros, que anotaba hasta el tercer apellido de sus esp¨ªas-, bien porque han llegado a la conclusi¨®n por sus propios medios. Los que no lo creen son la base civil, relativamente civil por otra parte, y en algunos sectores incluso claramente incivil y asilvestrada, de Herri Batasuna. Y hay que tener en cuenta que hasta muy recientemente Herri Batasuna no hablaba para nosotros, los de fuera de la iglesia, la ciudadela o la tribu, sino que empleaba un lenguaje estrictamente interior en tomo a los mensajes heroicos y la muerte como emblema; hasta el punto de que no s¨¦ si por propia vocaci¨®n o por lo que Marx llamar¨ªa "la iron¨ªa de la historia", en el Ayuntamiento de Bilbao un concejal de Herri Batasuna se encarga precisamente del matadero y la funeraria municipales.
Ninguna justificaci¨®n de la violencia armada o de la intolerancia pol¨ªtica de ETA o HB se -ha dirigido nunca, hasta ahora en que cambia esa situaci¨®n, a los dem¨¢s, sean herejes o simplemente infieles. Todos los mensajes se dirigen a los fieles, a la parroquia. Se puede llegar al momento en que ETA asesine, si no lo ha hecho ya, incluso para asegurar a las bases de Herri Batasuna que sigue fuerte, que,no se est¨¢ rindiendo y que si la victoria no se obtiene por las armas es porque ETA ha decidido voluntaria y aut¨®nomamente conseguirla con el nuevo frente, el de la negociaci¨®n. Y ese mecanismo tambi¨¦n hay que tenerlo presente para juzgar las acciones de ETA. Quiere impresionar al Gobierno acerca de que, no negociar¨¢ en. postura de debilidad y tiene que convencer a sus seguidores de lo mismo.
El proyecto militar se sabe agotado, pero eso no significa que sus acciones hayan terminado. Por eso nadie ha supuesto que el Gobierno deba tomar en serio cada una de las declaraciones etarras o de Herri Bi¨¢tasuna, sino que tiene que seguir presionando pol¨ªtica y poficialmente para que las dudas est¨¦n entre dejar pudrirse a -sus presos en la c¨¢rcel o no, cosa que a los dirigentes les tendr¨¢ perfectamente sin cuidado has-, ta que se evidencien las grietas que est¨¢n empezando a producirse, y la manera de entregar las armas con la mayor dignidad posible. Mientras, las palabras s¨®lo sirven "como un frente m¨¢s", as¨ª como la utilizaci¨®n de la democracia contra la democracia y de la libertad contra la libertad. Porque como ya se ha dicho hasta la saciedad, el proyecto etarra es sustancialmente antidemocr¨¢tico y el proyecto de la mayor¨ªa de Herri Batasuna tambi¨¦n. Lo que suone dos tareas importantes para los dirigentes de FIB que tengan alguna intenci¨®n de conducir hacia la democracia el movimiento nacional vasco. Su¨¢rez lo consigui¨® con el espa?ol y no hay raz¨®n en principio para que alg¨²n Esnaola no lo consiga con el vasco si se lo propone.Herri Batasuna no ha dejado de hablar de negociaci¨®n, de dirigirse a propios y a extra?os, ahora saliendo del campamento incluso para explicar su proyecto pol¨ªtico, y las cosas siguen m¨¢s o menos como estaban se a que las conversaciones se hayan cortado. Pero si la doble presi¨®n, francesa y espa?ola, act¨²a contra los reductos etarras, las conversaciones se volver¨¢n a reanudar y ETA estar¨¢ en peores condiciones. Aunque nosotros, y cuando digo nosotros me refiero a los seres humanos en general, si en cada cual es due?o de excuirse, habremos perdido varias vidas. Pero el proyecto sigue siendo el mismo. Lo que sucede es que ETA deja tantas veces a sus portavoces civiles con el trasero al aire que hay dirigentes de Herri Batasuna que a no saben si salir a la calle en dodotis.
ETA tiene fuerza suficiente ara seguir matando, pero dentro de un callej¨®n sin salida pol¨ªtica. Herri Batasuna tiene que llevar adelante su propio proyecto. Pero ambos tienen que convencer a sus bases de que so es exactamente una victorio; lo cual es muy dif¨ªcil. Y ETA lo va a intentar hacer asesinando. Demostrar fuerza ante la sociedad democr¨¢tica y su victoria ante sus seguidores obligan en este momento a ETA a tener que hacer eso que se suele llamar en lenguaje popular "vender la moto", aunque en mis tiempos menos motorizados se dec¨ªa vender la burra. Y la tienen que vender a muy distintos compradores posibles tonto como a sus propios clientrs, sumamente suspicaces ante todo lo que pueda parecer una vaciliaci¨®n en la victoria del movimiento nacional. Vasco, por supuesto.
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