Del castillo de Rohoncz a la Villa Favorita
P. S. Existen varias formas de acercarse a la colecci¨®n Thyssen. Por ejemplo, recordar que esta colecci¨®n privada de arte, que rivaliza por el primer puesto mundial con la de la reina de Inglaterra, ha sido forjada a lo largo de tan s¨®lo 60 a?os, dos generaciones.
Porque el fundador de la dinast¨ªa, August, el abuelo (1842-1926), centr¨® sus esfuerzos en forjar un imperio de acero en la cuenca del Ruhr hasta el punto de competir con los Krupp y los Manesmann y proporcionar el material para los ca?ones del Kaiser. No era aficionado al arte el abuelo, pero eso no le impidi¨® comprarle a su amigo Auguste Rodin seis grupos de m¨¢rmol que se cuentan entre los mejores, y que hoy se encuentran en el castillo de Daylesford. A la muerte del fundador, el acero fue para el t¨ªo del actual bar¨®n, Fritz, que luego ayudar¨ªa a financiar las aventuras de Adolfo Hitler.
Heinrich (1875-1947), padre del actual bar¨®n -esta rama que alega siempre no haber participado en la demencia nazi-, hered¨® la parte del imperio que no era la del acero. Fue el creador de la mayor parte de la colecci¨®n cl¨¢sica, cont¨® con el consejo de varios expertos reconocidos, como Friedlander, Berenson y D?rnhoffer, y tuvo la ventaja de cultivar su afici¨®n en el per¨ªodo de entreguerras, aunque m¨¢s en Am¨¦rica que en Europa: aqu¨ª s¨®lo fortunas de las dimensiones de las de Gulbenkian y Thyssen pudieron acceder a obras de importancia. Al contrario que su hijo, coleccionaba m¨¢s bien en secreto y no le gustaba mostrar sus cuadros, y menos en aquella ¨¦poca, con la historia jugando al escondite con el desastre.
Severo como el abuelo, el primer Heinrich Thyssen se cas¨® con una arist¨®crata transilvana, y a?adi¨® al suyo el nombre de Bornemisza. Entonces resid¨ªan en el castillo h¨²ngaro de Rohoncz, que dio muchos a?os nombre a la colecci¨®n. Cuando en 1919 el Gobierno comunista de Bela Kun amenaz¨® de muerte a la familia, ¨¦sta se traslad¨® a Holanda, donde naci¨® el actual bar¨®n. Luego instalaron su residencia en la Villa Favorita, en Suiza italiana. Las obras de acondicionamiento terminaron en 1936, y la colecci¨®n qued¨® a salvo durante la guerra.
Ignorante con instinto
Al morir su padre, en 1947, el actual bar¨®n, que hab¨ªa sido m¨¢s bien indiferente hacia el coleccionismo hasta entonces -de ni?o, ni siquiera ten¨ªa cuadros favoritos-, se sinti¨® en el deber de restablecer la voluntad de su padre, que hab¨ªa creado una fundaci¨®n para mantener la colecci¨®n unida tras su muerte, pero que otros herederos denunciaron y ganaron ante los tribunales. A los 26 a?os, dotado tan s¨®lo de buen instinto, el actual bar¨®n se empe?¨® en aprender y poco a poco recompr¨® a sus hermanos muchos de los cuadros o los rastre¨® por el mercado. Tambi¨¦n quiso completar en lo posible algunas lagunas en la colecci¨®n comenzada por su padre. As¨ª, adquiri¨® a otros herederos -no todos cedieron- sus cuadros principales, y se hizo con obras de Cerutti, Rubens, Murillo, Zurbar¨¢n...
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