Una voz en plenitud

Recital de Samuel RameyPiano: Warren Jones. Obras de Haendel, Purcell, Schubert, Rossini, Britten, Ravel e Ives. Teatro de la Zarzuela. Madrid, 30 de marzo de 1988.

Un recital bello, variado y original, con obras del siglo XVII al XX, ha servido de presentaci¨®n en Madrid al bajo norteamericano Samuel Ramey. Hay que destacar en primer lugar la magn¨ªfica composici¨®n del programa, que abarca desde arias de ¨®pera poco escuchadas del barroco y bel canto, hasta canciones de algunos de los compositores m¨¢s sugestivos, del siglo XX.

Samuel Ramey cant¨® muy bien. Su voz de bajo bar¨ªtono se encuentra en plenitud de forma, fresca, bien timbrada, potente, con facilidad en los agudos. Ramey la utiliz¨® con una t¨¦cnica excelente, en la que asombra, por lo inusual, la claridad de la dicci¨®n y la perfecci¨®n del fraseo.

El repertorio barroco con el que comenz¨® el recital fue expuesto con una gran adecuaci¨®n estil¨ªstica. Lleg¨® con fuerza al aria de Demetrio 'Si, tra i ceppi', de la ¨®pera Berenice (1737), de Haendel, y con emoci¨®n al fragmento 'Arise, ye subterranean winds', de La tempestad (1695), de Purcell, basado en la obra de Shakespeare del mismo t¨ªtulo. El ciclo Schubert (1797-1828) tuvo, a mi modo de ver, resultados desiguales. Sin poner objeciones a la l¨ªnea de canto, encontr¨¦ un tanto mec¨¢nicos, fr¨ªos, sin el suficiente aliento po¨¦tico, los lieders An schwager kronos y Heliopolis. Intenso, bien escogido el ritmo, el dif¨ªcil Der dappelg?nger del canto del cisne, con texto de Heinrich Heine, feliz encuentro de m¨²sica y poes¨ªa.

Con 'Sorgete! e in si bel giorno', de la ¨®pera Maomettos ( 1820), termin¨® la primera parte. Fue cantada con bravura, logr¨¢ndose ese equilibrio requerido por Rossini en sus ¨®peras serias, entre expresi¨®n dram¨¢tica y reproducci¨®n de fl¨®rituras y agilidades.

En la continuaci¨®n, tras unas relajantes y simp¨¢ticas canciones populares de Suffolk, Somerset y escocesas, arregladas por el gran compositor oper¨ªstico ingl¨¦s Benjamin Britten (1913-1976), escuchamos el ciclo Don Quoote a Dulcinea (1936), de Ravel, sobre poemas de Paul Morand.

Profundamente americanas y de gran originalidad las canciones del gran cl¨¢sico estadounidense Charles Ives (18741954). Charlie rutiage, The circus band o la conocida At the river son una muestra de las m¨¢s de 100 canciones compuestas por el llamado Faulkner de la m¨²sica americana. Ramey puso intenci¨®n expresiva y las cant¨® con aut¨¦ntica maestr¨ªa.

Y para que no faltase nada, la lecci¨®n de canto termin¨® con cuatro bises de ¨®pera, comenzando con el 'Non pi¨² andrai, farfallone amoroso', de Las bodas de Figaro, de Mozart, que levant¨® al p¨²blico de sus asientos, y continuando con arias del Attila, de Verdi; Mefistofele, de Boito, y Don Giovanni, de Mozart, papeles muy queridos del bajo americano, expresados y representados con gran pasi¨®n, en un clima de apoteosis final.