Tr¨¢nsfugas
Los tr¨¢nsfugas est¨¢n de moda, y lo est¨¢n porque representan tiempos de proyectos individuales por encima de proyectos sociales. Aquellos que no hayan colocado alguna vez intereses privados por encima de intereses colectivos, que tiren la primera piedra. Y algunas piedras caer¨¢n, porque los hay. Nada tengo que decir contra los tr¨¢nsfugas producto de una evoluci¨®n de las ideas o de una voluntad de gesti¨®n p¨²blica que s¨®lo puede ser cumplida desde las grandes formaciones pol¨ªticas. Siempre y cuando no traten de enmascarar sus apetitos con sus agravios.Ha habido personas muy capaces en su vida profesional que jam¨¢s habr¨ªan gozado de la er¨®tica del poder sin los tacones postizos aportados por entidades colectivas. Este principio vale tanto para los presidentes de clubes de f¨²tbol como para muchos pol¨ªticos que empezaron siendo lo que hoy son beneficiados por el capital de sufrimiento hist¨®rico acumulado por gentes que jam¨¢s han salido ni saldr¨¢n en las fotograf¨ªas. Profesores que s¨®lo habr¨ªan gozado de un ensimismado poder acad¨¦mico, farmac¨¦uticos que habr¨ªan cumplido magistralmente una funci¨®n sanitaria p¨²blica s¨®lo reconocida por sus vecinos, economistas de apenumbirados servicios de estudios de entidades bancarias con voluntad de adorno cultural, prometedores escritores promocionados de un colectivo de 500.000 escritores prometedores fueron de pronto catapultados a las listas electorales y al telediario local o estatal y con el tiempo se han hecho con un capitalito de prestigio personal transfugable.
Que por mutaci¨®n ideol¨®gica o por mantener plataformas de gesti¨®n que les permitan salir sobresaliendo del anonimato cambien de camisa y hasta de ropa interior es comprensible. Pero que adem¨¢s traten de inspirar cari?o porque se van de donde se van por culpa de incomprensiones de su sacrificio, eso es abusar, eso es quererlo todo. Si se ambiciona ser un ganador hay que asumir la soledad del ganador de fondo en un universo de perdedores.
Igualmente de fondo.
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