Dram¨¢tica batalla por la candidatura dem¨®crata en EE UU
Jesse Jackson y Michael Dukakis libraron ayer en Wisconsin la batalla m¨¢s dram¨¢tica hasta el momento de las elecciones presidenciales. El resultado de las primarias de este Estado liberal e industrial del Norte puede confirmar al reverendo negro como el n¨²mero uno de los aspirantes dem¨®cratas, o hacer recuperar al gobernador de Massachusetts la delantera para la designaci¨®n del Partido Dem¨®crata como candidato a la Casa Blanca. Los sondeos -a la hora de cerrar esta edici¨®n se continuaba votando- daban una ventaja de s¨®lo siete puntos a Dukakis.
Est¨¢n en juego 88 delegados para la convenci¨®n. Dukakis necesita urgentemente una victoria, por justa que sea, para detener el hurac¨¢n Jackson, que le ha vapuleado ya en dos importantes Estados industriales del norte, Illinois y Michigan.El resultado de Wisconsin, muy importante con vistas a la gran primaria de Nueva York, el 19 de abril, que elegir¨¢ a 255 delegados dem¨®cratas, puede depender de los votos cruzados. En Wisconsin, los republicanos pueden votar a los dem¨®cratas y viceversa: es una primaria abierta. Y el gobernador, republicano, dijo hace unos d¨ªas que si ¨¦l fuera dem¨®crata votar¨ªa por Jackson. Puede producirse un porcentaje suficiente de voto mal¨¦volo de republicanos que quieran engordar a Jackson empujando las posibilidades de su designaci¨®n, porque saben que ser¨ªa un candidato m¨¢s f¨¢cil para ser derrotado por George Bush el 8 de noviembre.
Revelaci¨®n de la campa?a
Sin embargo, ha aparecido el primer sondeo de opini¨®n que dice que un ticket dem¨®crata Dukakis-Jackson ganar¨ªa, por un pelo, la presidencia a Bush. Y sin Jackson como vicepresidente, Dukakis estar¨ªa empatado con Bush. ?ste, en cambio, aplastar¨ªa a Jesse Jackson si el reverendo fuera el candidato a la presidencia. En Wisconsin, ayer, el senador Albert Gore era un distante tercero, casi un espectador en la ¨²nica batalla que interesa: la librada por el predicador baptista y el gobernador de Massachusetts.El populista Jackson, con un programa radical en econom¨ªa y en pol¨ªtica exterior, es ya, pase lo que pase en Wisconsin, la revelaci¨®n de la campa?a presidencial. Es un candidato serio y este pa¨ªs, mayoritariamente blanco al 80%, se pregunta si puede ganar la presidencia, descontando ya que podr¨ªa ser designado candidato por los dem¨®cratas para enfrentarse al republicano George Bush en noviembre. Esto en Estados Unidos es una revoluci¨®n pol¨ªtica.
Desde los a?os sesenta, con John y Robert Kennedy, ning¨²n pol¨ªtico hab¨ªa despertado la pasi¨®n que est¨¢ desatando Jackson estos d¨ªas. Miles de personas, en su mayor¨ªa de raza blanca, acuden a sus mitines. Pol¨ªticos y l¨ªderes sindicales blancos apoyan su candidatura que arrastra votantes obreros que se fueron con George Wallace, en 1968, y con Reagan en 1980 y en 1984. Las dos principales revistas del pa¨ªs, Time y Newsweek, dedican esta semana su portada a Jackson, lo que no ha conseguido ning¨²n aspirante presidencial en estas elecciones. La fiebre Jackson est¨¢ llenando las arcas de una campa?a hasta ahora muy pobre en medios pero que desde su ¨¦xito en Michigan recibe 60.000 d¨®lares semanales de donaciones.
Veinte a?os despu¨¦s del asesinato del l¨ªder de los derechos civiles de los negros, Martin Luther King, un pol¨ªtico de color est¨¢ al borde de reventar las barreras raciales en este pa¨ªs. Wisconsin s¨®lo tiene un 4% de poblaci¨®n negra. Y se calcula que el reverendo baptista, con un mensaje de acabar con la violencia econ¨®mica de las multinacionales y con la droga, puede obtener aqu¨ª un 30% del voto blanco. Y no s¨®lo es el candidato de los despose¨ªdos. En Wisconsin el paro est¨¢ por debajo de la media nacional.
Jackson, que promete acabar con la era de "Robin Hood al rev¨¦s" protagonizada por Reagan, est¨¢ encontrando eco entre los universitarios m¨¢s liberales y entre los obreros industriales desplazados por la crisis a empleos mal pagados en el sector de servicios.
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