¡°No quiero ir solo¡±: cuando el miedo al qu¨¦ dir¨¢n nos impide hacer lo que nos gusta
Salir a cenar, viajar o ir a un concierto puede ser un placer para quienes disfrutan de su independencia, pero un obst¨¢culo para quienes sienten que hacerlo solos los expone a la incomodidad o al juicio social. Elegir actividades que nos gustan de verdad y realizarlas de forma gradual es una soluci¨®n a superar el peso invisible del grupo
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El ruido de la multitud a su alrededor, a las puertas del recinto donde se va a celebrar el concierto, le es indiferente a Mar¨ªa Hernando, de 26 a?os. Saca su m¨®vil, pasa el control de seguridad y no espera a nadie detr¨¢s de ella. Se acerca a la zona de pista dos horas antes de que el cantante que ha ido a ver salga entre el griter¨ªo de sus fans y las luces coloridas e intermitentes de los focos. No habla con ninguna persona a su alrededor. Todas las amistades con las que hab¨ªa hablado no quer¨ªan o no pod¨ªan ir al espect¨¢culo, y ella, a pesar de la verg¨¹enza que le supon¨ªa ir sola, ha decidido no perderse a uno de sus artistas favoritos. ¡°Desde un primer momento pens¨¦ en ir, aunque me hubiera gustado ir acompa?ada. Les pregunt¨¦ a mis amigas. Algunas no pod¨ªan y a otras les daba pereza. Es el primer concierto al que voy sola y no me arrepiento en absoluto¡±, comenta. Ha superado el miedo a disfrutar del ocio en solitario, ha vencido esa barrera psicol¨®gica que supone percibir miradas indiscretas por estar sola o realizar actividades predefinidas como grupales sin compa?¨ªa.
?Por qu¨¦ existe este tab¨² social de llevar a cabo ciertas actividades sin m¨¢s acompa?amiento que el de uno mismo? Para la psic¨®loga Luc¨ªa Cam¨ªn, directora de Alcea Psicolog¨ªa, hay tres motivos que frenan a la hora de emprender actividades en solitario. ¡°Por un lado, la verg¨¹enza, que es una emoci¨®n muy limitante y que nos lleva incluso a pensar que estamos haciendo algo incorrecto o que somos inadecuados; por otro lado, el miedo a no saber qu¨¦ hacer, o m¨¢s intraps¨ªquico de ¡®c¨®mo hago frente si de pronto me aparecen pensamientos o emociones inc¨®modas¡¯; y, por ¨²ltimo, que mucha gente no hace planes a solas porque se sienten solos, porque conectan con el dolor de que no tienen con qui¨¦n¡±.
Entre esos individuos que no llevan a cabo ciertas actividades por el pudor que les supone el acudir en solitario est¨¢ Lucas Mu?oz. ¡°Hace algunos a?os, me encaprich¨¦ por un artista, y justo dio la casualidad que estaba de gira por Espa?a y pasaba por Sevilla. Habl¨¦ con unas 15 personas, incluso aquellas que apenas conoc¨ªa, pero que sab¨ªa que les gustaba este cantante, y ninguno pudo ni quiso venir conmigo. Al final me qued¨¦ sin ir a verle¡±, lamenta. Mu?oz admite que han sido varios los eventos que se ha perdido por no contar con compa?¨ªa, aunque otras veces simplemente ha sido por desinter¨¦s a la hora de buscar gente. ¡°Estamos hablando de no acudir al cine a ver ciertas pel¨ªculas por no sentirte observado por otras personas, por el qu¨¦ dir¨¢n: ¡®No tiene a nadie con quien ir¡¡¯. Aunque tambi¨¦n hay otros eventos a los que pienso en acudir, pero entre el viaje, el dinero y el pensar con qui¨¦n... al final lo dejo y no voy¡±, confiesa.
La realidad es que el consumo de ocio suele estar m¨¢s ligado a su realizaci¨®n en grupo. ¡°La sociedad de consumo es una sociedad de grupos, como dec¨ªa el maestro Jes¨²s Ib¨¢?ez. Es cierto que la sociedad vive un proceso de individualizaci¨®n, pero creo que a¨²n podemos decir que lo social impregna en buena parte nuestras pr¨¢cticas de consumo, que siempre tienen un modelo de grupalidad como referente¡±, analiza Marc Barbeta, profesor de Sociolog¨ªa de la Universitat Aut¨°noma de Barcelona. Barbeta tambi¨¦n cree que el consumo digital y los algoritmos en marketing lo est¨¢n modificando todo: ¡°El consumo digital nos acerca m¨¢s a un contexto de consumo solitario, pero muy relacionado al contexto ¡®consumo con un dispositivo¡±.
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Plataformas como TikTok, Instagram o YouTube pueden servir como trampol¨ªn para personas, en un principio an¨®nimas, que quieren dar a conocer sus aficiones o gustos y compartirlos con otros usuarios, y tambi¨¦n para darse a conocer en el sector que les gusta y ayudar a personas que puedan sentirse en la misma situaci¨®n que ellos. Ese es el caso de Marc Martorell, conocido en redes como Ruteando con Marco, un nombre con el que acumula m¨¢s de 210.000 seguidores en TikTok y m¨¢s de 18.000 en YouTube. Martorell lleva varios a?os viajando solo, desde que se march¨® a Serbia en un voluntariado organizado poco despu¨¦s de cumplir los 20. Sin embargo, hace dos a?os que viaja de forma totalmente independiente, desde que visit¨® la zona de los Balcanes con su novia, pero aprovechaba ciertos d¨ªas para viajar solo a un pa¨ªs vecino. ¡°Cuando voy a un pa¨ªs, tengo esa sensaci¨®n de decir: ¡®?Qu¨¦ estoy haciendo, d¨®nde voy?¡¯ Pero, una vez que estoy en el avi¨®n y llego al destino, se me pasa. Siempre est¨¢ la inseguridad, pero al final me lanzo y ya est¨¢, hay que controlarlo¡±, explica.
Para Martorell, que ha viajado por m¨¢s de 14 pa¨ªses, entre los que se encuentran Tailandia, Vietnam, Marruecos, Argelia o Moldavia, dependiendo si el viaje se realiza en solitario o en compa?¨ªa, cada experiencia tiene sus ventajas y desventajas. ¡°A algunos destinos me apetece ir con mi pareja, y otros que son m¨¢s exigentes voy solo porque me da m¨¢s libertad. Cuando he hecho viajes con amigos no he tenido tanto contacto local como cuando he ido solo, pero tambi¨¦n eres m¨¢s vulnerable. Eso hay que trabajarlo, estar m¨¢s alerta a algunas cosas. Pero que eso no te impida viajar¡±, comenta.
Tanto las redes sociales como las relaciones interpersonales se consideran algo necesario para compartir o, al menos, superar esa barrera psicol¨®gica que impide a ciertas personas realizar actividades en solitario. ¡°Uno puede ir solo a comer por placer, pero es posible que lo cuelgue en Facebook o Instagram para contarlo. As¨ª, el contacto virtual har¨ªa m¨¢s llevadera la soledad, porque el consumo es siempre comunicar, decirle a los dem¨¢s y a ti mismo lo que haces y c¨®mo lo haces¡±, desarrolla Barbeta. En Espa?a, culturalmente, el ocio est¨¢ muy vinculado al hecho de compartir la experiencia, y esto puede generar ¡°cierta verg¨¹enza a quienes lo hacen solos y sentimiento de extra?ez a quienes lo ven en otros¡±, comenta el profesor. Esto significa, seg¨²n ¨¦l, que a nivel latente se percibe que la soledad, y m¨¢s en espacios de ocio-consumo que se definen como sociales, no es algo deseable.
Para conseguir superar esta dificultad mental hay varias estrategias. ¡°Est¨¢n las de afrontamiento y de protecci¨®n. Hay que elegir actividades que nos gustan de verdad y hacerlo de forma gradual. Al principio implica hacer peque?as actividades en periodos cortos de tiempo. Se conoce como terapia de exposici¨®n, ir exponi¨¦ndose poco a poco, gradualmente, a una nueva manera de vivir¡±, desarrolla Cam¨ªn.
Superar la primera vez de hacer planes en solitario puede marcar una diferencia fundamental en la manera en que se disfrutan estas experiencias. A¨²n sigue existiendo una inercia que lleva a evitar ciertos planes en solitario, por costumbre, falta de referentes o la percepci¨®n de que algunas actividades est¨¢n socialmente dise?adas para ser compartidas. Sin embargo, muchas personas que han dado ese gran paso, como Martorell, afirman que, con el tiempo, se vuelve una opci¨®n m¨¢s dentro de su rutina, sin la necesidad de ajustarse a los tiempos o preferencias de otros.
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