"Con el juicio no acaba el caso", dice la familia

Consuelo Corella Ruiz, la hermana de Santiago que siempre le defendi¨®, manifest¨® a este peri¨®dico que "con el juicio no acaba el caso". "Este asunto terminar¨¢ el d¨ªa en que los restos de mi hermano aparezcan", a?ade, convencida de que en el futuro se acabar¨¢ de aclarar definitivamente el llamado caso El Nani.

La familia Corella lleva m¨¢s de cuatro a?os pidiendo justicia. El sumario que ser¨¢ juzgado a partir del pr¨®ximo mi¨¦rcoles en la sala de plenarios de la Secci¨®n Cuarta de la Audiencia Provincial de Madrid se inici¨® el 17 de mayo de 1984, cinco meses m¨¢s tarde de que Santiago Corella desapareciera tras ser interrogado en la Brigada Regional de Polic¨ªa Judicial de Madrid.

El sumario del caso tiene actualmente cerca de 2.000 folios y se inicia con un escrito de Soledad Montero, esposa de El Nani, entregado ante el juzgado de guardia. En ¨¦l, Soledad suplicaba al juzgado que averiguara "las circunstancias de la desaparici¨®n de Santiago Corella" y "la detenci¨®n de sus autores".

El caso recay¨® en el Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 11 de Madrid, cuyo titular, Andr¨¦s Mart¨ªnez Arrieta, tard¨® s¨®lo dos d¨ªas en, pedir a las autoridades del Ministerio del Interior una serie de informes sobre la actuaci¨®n de los agentes en la desaparici¨®n de Corella. Desde entonces las autoridades policiales han tenido un aluvi¨®n de peticiones del juez, que constituyen una gran parte del sumario.

Procesamiento desestimado

Arrieta consider¨® tener atado el sumario en marzo de 1985, y el d¨ªa 21 de ese mes traslad¨® el caso a la Audiencia Provincial pidiendo el procesamiento de polic¨ªas.Sin embargo, la Secci¨®n Cuarta de la Audiencia, compuesta por los magistrados Sixto Lopez, Jos¨¦ de As¨ªs Garrote y ?lvaro, N¨²?ez, consider¨® el 16 de abril que no exist¨ªan indicios racionales de criminalidad. El 19 de julio de ese mismo a?o el mismo tribunal desestimaba el recurso de la familia y ordenaba el cierre del sumario.

El caso El Nani permaneci¨® aparcado durante seis meses, hasta que en diciembre de 1985 un joyero de Santander hasta entonces desconocido, para la opini¨®n p¨²blica, llamado Federico Venero, se sent¨® frente a un juez de la capital c¨¢ntabra y empez¨® a cantar una letan¨ªa que la Prensa ha denominado mafia policial. All¨ª, en aquel juzgado de Santander, volvi¨® a aparecer la sombra de El Nani Arrieta pudo reabrir el sumario y completarlo, aunque en opP ni¨®n de la familia y del propio juez instructor todav¨ªa queda un asunto sin aclarar.