Tiempos de duncanman¨ªa
Algunas veces, en el mundo de la m¨²sica pop suceden fen¨®menos que no son f¨¢ciles de explicar. Est¨¢n al margen de las reglas de la l¨®gica y tampoco) tienen mucho que ver con planes de marketing meticulosamente delineados para alcanzar un fin concreto. Las razones del ¨¦xito tienen a menudo un factor imprevisible y Duncan Dhu es un ejemplo representativo de que el azar y la buena estrella son a veces tan necesarios como un estilo definido, buenas canciones y una imagen adecuada.Muy pocos logran alcanzar la posici¨®n que actualmente, ostenta el tr¨ªo donostiarra, y su virtud consiste en abanderar un estilo con influencias del primitivo rock norteamericana y componer unas canciones que responden a una demanda latente, necesitada de un revulsivo para estallar. Duncan Dhu es el detonante que ha permitido que un importante sector del p¨²blico se reconozca en su m¨²sica, apoyando un fen¨®meno de masas de los que entran pocos en una d¨¦cada.
Concierto de Duncan Dhu
Mikel Erentxun (voz y guitarra), Diego Vasallo (bajo y voces), Juan Ram¨®n Viles (bater¨ªa), Enrique Mateu de Villavicencio (guitarra el¨¦ctrica), Luis Lozano (teclados). Sala J¨¢cara.Madrid, 9 de abril.
Entre 10 y 25 a?os
Gustan a un espectro muy amplio, de edades comprendidas entre 10 y 25 a?os, que han comprado medio mill¨®n de discos de sus dos ¨²ltimos elep¨¦s. Su gira de este a?o puede hacer palidecer de envidia y los conciertos se plantean sin mayores problemas, con un p¨²blico entregado que corea feliz sus rom¨¢nticas canciones de amor adolescente. Una empresa multinacional de bebidas refrescantes se ha decidido a esponsorizar sus conciertos, como en Estados Unidos se hace con Mikel Jackson o Tina Turner. Duncan Dhu es una marca registrada que est¨¢ de moda. La beatleman¨ªa surgi¨® hace 25 a?os. Es el tiempo de la duncanman¨ªa.Con s¨®lo cuatro a?os de experiencia, Duncan Dhu han alcanzado este aura de privilegio dentro de la m¨²sica espa?ola y parece que est¨¢n dispuestos a aprovecharlo. Han mejorado considerablemente su presencia en directo respecto al pasado a?o, consolidando el sonido y oblig¨¢ndose a una disciplina de escena bastante elemental, pero indicadora de su consciencia y deseos de apropiarse de su momento. La selecci¨®n de los m¨²sicos de acompa?amiento- EnriqueMateu de Villavicencio y Luis; Lozano- no ha podido ser m¨¢s acertada y proporcionan a Duncan Dhu la solidez precisa para no desmerecer el sonido de sus grabaciones, que es lo que el p¨²blico necesita para bailar, dar palmas y corear fervientemente las canciones.
El tr¨ªo pisa el escenario con seguridad, sin aspavientos ni deseos de comunicar por otra v¨ªa que no sea la estrictamente musical. Con todo a su favor desde el principio, Duncan Dhu se limitan a estar correctas, y un poco m¨¢s de carne en el asador no sobrar¨ªa. Sus canciones se estructuran de manera bastante similar y, aunque conocidas, precisan mayor fuerza expresiva para que la monoton¨ªa no planee sobre sus conciertos, que corren el peligro de bajar de intensidad en la segunda parte.
Su p¨²blico no se caracteriza por la exigencia y Duncan Dhu les da canciones y buen sonido. Por ahora es bastante. Afortunadamente, todav¨ªa pueden recorrer camino y tienen ante s¨ª el dif¨ªcil reto de no limitarse a servir en bandeja las necesidades concretas de su fans. Un reto al que muy pocos tienen la oportunidad de enfrentarse y del que a¨²n menos salen indemnes.
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