Pablo Veronese, el pintor que desaf¨ªo a la Inquisici¨®n
Exposici¨®n del artista italiano en Venecia
En la isla de San Giorgio, en Venecia, la prestigiosa Fundaci¨®n Cini ha organizado, con motivo del cuarto centenario de su muerte, una exposici¨®n de Pablo Veronese, el pintor que desafi¨® con fin¨ªsima iron¨ªa a la Santa Inquisici¨®n cuando intent¨® condenarlo por su famos¨ªsima obra La ¨²ltima cena, considerada entonces en olor de herej¨ªa.
La importancia de la exposici¨®n de Veronese (Verona, 1528-Venecia, 1588) consiste en que a trav¨¦s de los 21 cuadros y los 49 dibujos se puede tener una idea completa del itinerario art¨ªstico del artista, amigo de arist¨®cratas y, sumido siempre en el misterio: hasta el mundo art¨ªstico italiano considera que a¨²n no se ha descubierto todo su secreto.En la Fundaci¨®n Cini, adem¨¢s, el pintor posee recuerdos inolvidables, ya que en aquel antiguo convento de benedictinos. Veronese hab¨ªa pintado la famosa obra Las bodas de Can¨¢, que Napole¨®n se llev¨® a Par¨ªs.
Atra¨ªdo por Miguel ?ngel, Veronese se hab¨ªa sentido siempre influenciado -por los sujetos sagrados, pero, como el pintor de los Papas, tambi¨¦n ¨¦l se escap¨® de los c¨¢nones sagrados presentando una pintura inconformista. Donde lleg¨® al l¨ªmite que le vali¨® el ser arrastrado hasta los tribunales de la Inquisici¨®n fue en su Ultima cena, donde aparecen borrachos, soldados con uniforme, gente que sangra por las narices, c¨®micos... En la tela gigante, de 555 por 1.305 cent¨ªmetros, que se conserva en la galler¨ªa de la Academia y que acaba de ser restaurada, los ap¨®stoles apenas se distinguen de los borrachos y "otra gente de mal vivir"
El diario Il Manifesto, hurgando en los archivos, acaba de publicar algunos trozos muy interesantes del interrogatorio que la Santa Inquisici¨®n hizo al her¨¦tico pintor veneciano. Era el 18 de julio de 1573. Frente al Patriarca de Venecia, el padlre inquisidor le pregunta: "En esta Santa Cena, ?qu¨¦ significa la pintura del hombre al que le sale la sangre de la nariz?". Respuesta de Veronese: "Representa a un siervo que, a causa de alg¨²n accidente, no ser¨ªa extra?o que le sangrase la nariz". "?Y qu¨¦ significan esos hombres vestidos con uniformes alemanes?", insiste el inquisidor. Veronese, ir¨®nico, responde que para explicarlo necesitar¨ªa "por lo menos 20 palabras", y expone, con gran erudici¨®n, que el pintor, como el poeta y el loco", necesitan crear seg¨²n "la propia inteligencia". Pero el inquisidor aprieta y le pregunta si no sabe que en aquel momento "en Alemania y en otros lugares infestados de herej¨ªa suelen con la pintura llena de suciedad vituperar y mofarse de las cosas de la Santa Iglesia Cat¨®lica para ense?ar, malas doctrinas a las gentes idiotas e ignorantes". Veronese esta vez se pone m¨¢s serio, y, viendo que el proceso se complicaba se defiende afirmando que tambi¨¦n Miguel ?ngel se hab¨ªa permitido en la Capilla Sixtina "pintar al noble se?or Jesucristo, a su Madre, a san Juan, san Pedro y a toda la corte celestial desnudos, en posiciones diversas y con poca reverencia", mientras que ¨¦l los ha pintado a todos "vestidos", y las figuras de los bufones y borrachos "los he puesto", dice, "lejos de la figura de Nuestro Se?or".
Veronese tuvo que cambiar el t¨ªtulo original a su obra: en vez de La ¨²ltima cena se llamar¨ªa Cena en casa de Lev¨ª, como si hubiese querido pintar no la ¨²ltima cena de Jes¨²s con los ap¨®stoles, sino la cena del Maestro en casa de Lev¨ª seg¨²n narra el Evangelio de Lucas, lo que revela la aguda inteligencia y la gran capacidad de iron¨ªa del famoso pintor.
Babelia
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