El reto del mercado ¨²nico europeo
El marco competitivo que se vislumbra a partir de 1993 en la Comunidad Europea, con el inicio definitivo del mercado ¨²nico, es una raz¨®n suficiente para generar cambios significativos en el enfoque estrat¨¦gico de la banca espa?ola. La articulaci¨®n de este nuevo marco de competencia con las condiciones configuradoras de los mercados financieros internacionales y de la irreversible acentuaci¨®n de la globalizaci¨®n de los segmentos estrat¨¦gicamente relevantes de la econom¨ªa real, hacen que sea inevitable el desencadenamiento de un proceso que ha de conducir a modificaciones sustanciales de la dimensi¨®n media de la empresa bancaria espa?ola. Este proceso de redimensionamiento (redimensionalizaci¨®n) ha de ir acompa?ado de una adecuaci¨®n de sus efectivos humanos a las nuevas tecnolog¨ªas para poder acometer los desaf¨ªos que se avecinan.Conjugando el dinamismo creado en la econom¨ªa internacional que claramente est¨¢ redimensionando a bastantes empresas l¨ªderes de mercados globales, a trav¨¦s de fusiones y adquisiciones de empresas que representan una mayor integraci¨®n y concentraci¨®n econ¨®mica, con la situaci¨®n interna europea y espa?ola, se puede justificar la necesidad de flexibilizar, ajustar y redimensionar el sector financiero espa?ol. Este proceso de cambio ya se ha iniciado obviamente en los ¨²ltimos a?os, no s¨®lo por la decidida incorporaci¨®n de nuestras entidades al proceso innovador y de mayor competencia interna, sino por la presencia extranjera.
A primera vista la creaci¨®n de Banco Bilbao-Vizcaya y en primera instancia la OPA frustrada sobre Banesto parece, cara a la opini¨®n p¨²blica al menos, haber despertado el inter¨¦s de las grandes entidades financieras nacionales, en constituirse en unidades de mayor dimensi¨®n para competir en el ya inmediato mercado financiero ¨²nico europeo.
Internacionalizaci¨®n
Al mismo tiempo, las declaraciones de principio formuladas y los procesos ya iniciados para fusionar entidades financieras (cajas de ahorro, fundamentalmente) de ¨¢mbito local, parecen responder al principio de redimensionalizaci¨®n hacia un tama?o mayor (y en ning¨²n caso al rev¨¦s). En cualquier caso, parece como si la banca espa?ola comience, en estos ¨²ltimos meses, a preocuparse de las amenazas que implica la ruptura de las barreras actuales al acceso por entidades financieras al negocio financiero espa?ol. La situaci¨®n privilegiada que se tuvo hasta casi 1979 no se aprovech¨® para apoyar una estrategia ofensiva de implantaci¨®n en el exterior. Ello puede ser explicado por la normativa sobre el control de cambios, por la actitud y aptitud del conjunto del capital humano del sector, en gran parte por el tama?o, estructura y desarrollo y grado de internacional?zaci¨®n de nuestra econom¨ªa y, consecuentemente, por el peso que nuestra moneda ten¨ªa en el comercio internacional.
El proceso de redimensionalizaci¨®n que ha comenzado parece orientarse casi exclusivamente, a excepci¨®n del posible acuerdo del Banco de Santander con la entidad italiana Cariplo, a un objetivo de concentraci¨®n en el mercado espa?ol. Una altemativa para la banca espa?ola es constribuir a la constituci¨®n de bancos transnacionales europeos con una dimensi¨®n suficiente para competir a partir de 1992 y participar de forma equilibrada eh las decisiones estrat¨¦gicas de estos nuevos bancos.
Hay que tener en cuenta que la idea de concentraci¨®n bancaria espa?ola para mantener cuota en el mercado de nuestro pa¨ªs como ¨²nico objetivo relevante responde a un planteamiento defensivo con probabilidades defracasar en un per¨ªodo m¨¢s o menos corto. Esta estrategia, entre otros efectos, conllevar¨ªa una reducci¨®n de oficinas bancarias, lo que podr¨ªa facilitar la localizaci¨®n y, con siguiente mente, la apertura de oficinas por parte de los bancos extranjeros.
La superviencia de nuestros bancos (y cajas de ahorro) debe apoyarse en otras estrategias que b¨¢sicamente aceleren su nivel de diversificaci¨®n internacional. Opinamos que es urgente plantearse la necesidad de adquirir bancos en otros pa¨ªses de la CE (y en general en pa¨ªses desarrollados) y de luchar por lograr una mayor presencia en el euromercado y en el resto de los mercados financieros internacionales. Por otro lado, bajo una perspectiva global de nuestro sistema bancario podr¨ªa ser crucial, a medio y largo plazo, dinamizar los bancos medianos nacionales.
Desintermediaci¨®n
Por ¨²ltimo, no queremos terminar estas notas sin hacer referencia a otro aspecto poco comentado en relaci¨®n con el futuro de las entidades bancarias espa?olas. En concreto, nos referimos a las amenazas competitivas que se vislumbran en el futuro por empresas financieras no bancarias, como entidades aseguradoras, sociedades hipotecarias (building societles), sociedades de valores, etc¨¦tera. Por ejemplo, la fuerte entrada en los ¨²ltimos a?os del capital extranjero en el sector asegurador espa?ol implica una amenaza, tanto para nuestros aseguradores como para nuestras entidades de dep¨®sito, que perder¨¢n cuotas de negocio bancario en favor de los primeros en diversos segmentos: captaci¨®n de ahorro, cr¨¦ditos hipotecarios y personales, etc¨¦tera. Otro indicio de la implantaci¨®n de competidores a tener en cuenta en el futuro es la apertura de oficinas en Espa?a de dos gigantes japoneses en la intermediaci¨®n: Nomura y Daiwa Securities.
La cuenta atr¨¢s ha comenzado. El error en la definici¨®n de estrategias y planes para nuestras entidades financieras pueden conducimos a un sistema financiero espa?ol m¨¢s eficiente pero colonizado. Entendemos y apostamos por la eficiencia, pero no nos gusta lo segundo. Con un desarrollo e integraci¨®n europea equilibrados se puede vencer uno de los mayores obst¨¢culos, vislumbrados a finales de los a?os cincuenta: el riesgo de que la concentraci¨®n y el poder vayan en una sola direcci¨®n que, en nuestro caso, ser¨ªa el Norte.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.