Cogida muy grave de Fernando Cepeda
Cuando se quiere ser figura del toreo hay que salir a la plaza igual que ayer Fernando Cepeda en la Maestranza, donde se presentaba como matador de toros: con ambici¨®n de triunfo dispuesto a intervenir en todos los tercios a¨²n a riesgo de sufrir la cornada. El triunfo lo estuvo ganando Fernando Cepeda toda la tarde y la cornada lleg¨®, dram¨¢tica, en el ¨²ltimo minuto. Despu¨¦s de haber toreado valent¨ªsimo al sexto toro, que era dif¨ªcil pues acomet¨ªa desigual, o se paraba, prob¨®n, ante el enga?o, al ejecutar el volapi¨¦ se volc¨® sobre el morrillo y sali¨® prendido por un muslo de forma impresionante.La sangre le manaba a Fernando Cepeda por el boquete de la cornada y dej¨® un reguero en el callej¨®n cuando las asistencias se lo llevaron apresuradamente a la enfermer¨ªa. En el camino, alguien providencial le hizo un torniquete en la pierna Un pe¨®n dio la vuelta al ruedo para corresponder a la ovaci¨®n cerrada con que el p¨²blico premiaba al torero herido. Era el reconocimiento a una actuaci¨®n merit¨ªsima de diestro serio y responsable, que se hab¨ªa producido no s¨®lo en ese toro, sino tambi¨¦n en el anterior, cuyas ¨¢speras embestidas embarc¨® en series de pases muy bien ligados, y asimismo en las di versas tandas de buen toreo a la ver¨®nica que interpret¨® a lo largo de la corrida.
Torrealta / Manzanares, V¨¢zquez, Cepeda
Toros de Torrealta, bien presentados, encastados. Manzanares: pinchazo y estocada (aplausos y saludos); estocada corta ca¨ªda (oreja). Pepe Luis V¨¢zquez: pinchazo, estocada corta trasera atravesada y descabello (pitos); tres pinchazos y estocada atravesad¨ªsima que asoma (pitos). Fernando Cepeda: estocada corta (oreja); estocada (vuelta, que da cuadrilla); cogido por el 6?, sufre cornada muy grave en un muslo. Plaza de la Maestranza, 16 de abril. Tercera corrida de feria.
La cogida engrandece la torer¨ªa indiscutible de Fernando Cepeda, patente ayer en la Maestranza cada vez que interven¨ªa en la lidia. Fue el precio con que hubo de pagar su ambici¨®n. de triunfo, y aunque se trat¨® de un car¨ªsimo precio, puede tener la satisfacci¨®n de haber conseguido el dif¨ªcil objetivo que persegu¨ªa: despu¨¦s de su emotiva actuaci¨®n de ayer, cuenta en Sevilla entre las figuras del toreo.
As¨ª hay que salir a la plaza, como Cepeda, con generosa entrega. No hay que salir, en cambio, como Pepe Luis V¨¢zquez sali¨®, precavido hasta la exageraci¨®n, andando de puntillas en derredor de su reserv¨®n primer toro, all¨¢ por la distancia lejana desde donde lo m¨¢s probable era que no se arrancara -y no se arrancaba-; milimetrando cada cite a su m¨¢s manejable segundo toro, con tanta mesura y tiento, que s¨®lo pudo darle, seguidos, dos redondos, y si fueron de corte exquisito, ahora ya est¨¢n olvidados. Seguramente para Pepe Luis V¨¢zquez la ambici¨®n de triunfo no est¨¢ entre sus prioridades, o no quiere contar entre las figuras del toreo, o lo que ocurre es que no tiene prisa y le bastan los detalles de toreo puro que exhibe con cuenta gotas las pocas tardes que torea.
En el olimpo t¨¢urico de las figuras inmarcesibles est¨¢ ya Jos¨¦ Mari Manzanares, por derecho propio; un derecho universalmente aceptado sin que haya de verse en la obligaci¨®n de hacer demasiados esfuerzos para ratificarlo. Su condici¨®n de figura inmarcesible la asume tambi¨¦n la Maestranza, donde cada uno de sus derechazos y naturales, de sus ires y venires, suscitan un ol¨¦, un ?ohl, un ?ah!, qu¨¦ importa si hacen arte o industria, corte o cortijo.
Al pastue?¨ªsimo cuarto toro le instrument¨® derechazos bien embarcados y mal rematados porque escapaba a buscar acomodo en otro terreno, templados naturales de m¨¢s concienzuda ligaz¨®n, y todo con el alivio del pico de la muleta. Obviamente se lo aclamaron, dada su condici¨®n de figura inmarcesible. Al primero, que se hab¨ªa partido el cuerno por la cepa en un derrote contra un burladero, se puso a pegarle derechazos, y ejercicio tan chocante en el marco solemne e hist¨®rico de la Maestranza, se lo aplaudieron tambi¨¦n. Debi¨® ser porque el p¨²blico a¨²n no hab¨ªa entrado en ambiente; porque a¨²n no le hab¨ªa hecho vibrar el pundonor de un torero con ambici¨®n, que acabar¨ªa pagando a precio de sanare su torer¨ªa aut¨¦ntica.
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