Opus Dei
Cuando Miguel Boyer, vestido de Juana de Arco, tom¨® por asalto la fortaleza de Rumasa, se salt¨® el foso lleno de m¨¢rtires cristianos del Opus y cruz¨® el puente levadizo de la auditor¨ªa, algunos espa?oles imaginativos pensaron que el socialismo espa?ol, con el estandarte y la boina de Pablo Iglesias por delante, hab¨ªa iniciado la guerra de los 30 a?os contra el Opus De?. Pero aquel estupefaciente y vistoso cruce de tip¨®grafo madrile?o y Doncella de Orleans, con toda su movida de pecheros y auditores, s¨®lo arranc¨® al alto castillo con dos torres un escaso reh¨¦n, el vinatero provinciano don Jos¨¦ Mar¨ªa Ruiz. (El Opus siempre tiene un hombre que dejar en prenda -Ruiz Mateos o el se?or aquel de Matesa-, como Dios mismo nos dej¨® en prenda a su Hijo.)Pero han pasado los a?os y los desenga?ados somos ya veteranos de todos los Vietnames interiores, hemos ido a todas las guerras de los ¨²ltimos 15 a?os, guerra del posfranquismo, guerra de la transici¨®n, guerra de la ruptura, de la OTAN, del centrismo, del comunismo, del socialismo, toma de la Bastilla / Moncloa, guerra de Tejero, guerra del Norte (tambi¨¦n conocida por los historiadores como guerra de Javier S¨¢daba), o sea todo, y aqu¨ª sigue sin darse la batalla que m¨¢s nos hubiera entretenido a los espa?oles, la batalla Opus / PSOE, Opus / Gobierno, Opus / socialismo, lo que sea, que, tras la paz porcelanosa o el pacto de Vergara, ha quedado en suspenso con las lanzas en alto, como un cuadro de las lanzas socialdem¨®cratas e hiperrealistas que le falta en su colecci¨®n, hombre, al bar¨®n Thyssen. Ahora, don Luis Coronel de Palma, que ha sido siempre la pura y mera indefinici¨®n, indefinidamente, ha quedado definido por el Papa, que le ha concedido la gran cruz de la Orden del Santo Sepulcro. Antes, el se?or Coronel de Palma llevaba la cosa esa de las Cajas de Ahorros, y adem¨¢s es marqu¨¦s de Tejada, cargos y t¨ªtulos muy dignos, pero que, as¨ª y todo, no llegaban a fijar perfiles ni concretar formas en la blanda y distante galaxia que llam¨¢bamos, por reconocerla de alguna forma, don Luis Coronel de Palma, como los astr¨®nomos ponen nombres convencionales a galaxias ignotas. Juian Pablo II, a quien se le aparece monse?or Escriv¨¢ cuando se porta bien, nos ha dado una pista, un indicio, una cosa, sobre la identidad / desidentidad de LCP, mas, en cuanto a la guerra Opus / socialismo, que es la nueva guerra civil que tenemos pendiente, no acaba de estallar, con lo que nos distraen a los espa?oles; las guerras civiles: casi como los sanfermines, que tambi¨¦n son navarros, como el Opus. Este Gobierno, que se atreve con los banqueros, con los parados, con Lola Flores, con los jubilados, con los terroristas, con la OTAN, con los antiotan, con el Azor, con el Myst¨¨re, con las feministas, con los maricas, con el enano, ?por qu¨¦ no se atreve con el Opus?
En lo f¨¢ctico, en lo econ¨®mico, en lo practicable, me refiero, que el resto de la obra es vano fantasma de niebla y luz", ni individuo ni especie, contra lo que dijera el te¨®logo de los ¨¢ngeles, o el individuo soluble -?Coronel de Palma?- en la especie angelical. En esta guerra inm¨®vil del "Tiren ustedes primero", el Opus ha amagado ¨²ltimamente con una guerrilla t¨¢ctica, tipo Sendero luminoso, pidiendo exenci¨®n fiscal para toda su movida espiritual / monetaria. El Gobierno les tiene tan fichados como a los trileros de la jet o a los agentes de la CIA, pero no act¨²a. Languideciente el franquismo azul, enterrado con la se?ora, el Opus no es sino la pervivencia del franquismo blanco.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.