El fabuloso Pogorelich
Con la asistencia de su majestad la reina do?a Soria se celebr¨® el martes en el Teatro Real que aparec¨ªa abarrotado de p¨²blico, el concierto extraordinario organizado por Juventudes Musicales de Madrid con el patrocinio de Heron Internacional-Fundaci¨®n Sol Hachuel. Centro indiscutible de la noche era el supervirtuoso Ivo Pogorelich, uno de esos pianistas que adem¨¢s de interesar apasionan. Por lo dem¨¢s, la Cuarta sinfon¨ªa de Schumann, en su versi¨®n primera, y la obertura de Los maestros cantores, de Wagner, que completaban el programa, han sido comentados recientemente, la primera en versi¨®n del mismo L¨®pez Cobos que ¨ªa dirigi¨® ahora y la segunda en una lectura olvidable y olvidada de un maestro invitado,Con el Primer concierto de Chaikovski, escrito en la tonalidad de si bemol menor, volv¨ªa Pogorelich al escenario del Real. Todav¨ªa no ha cumplido los 30 a?os este int¨¦rprete de aire melanc¨®lico y enigm¨¢tico, de talento libre y planificador de tan compleja personalidad y esp¨ªritu tan rico en perspectivas espirituales, y ya hace bastante tiempo que convulsiona a los auditorios de todo el mundo. Una cosa puede afirmarse: el nombre de Pogorelich ocupa ya en la, historia del pianismo contempor¨¢neo un cap¨ªtulo importante- y singular.
Orquesta Nacional de Espa?a
Director: J. L¨®pez Cobos. Solista: lvo Pogorelich. Obras de Wagner, Schumann y Chaikovski. Teatro Real, 19 de abril.
Repertorio de contrastes
La hondura y fortaleza de los ataques se vio clara desde la formidable introducci¨®n de la obra, tanto en la serie de acordes con los que el piano sostiene la melod¨ªa de la orquesta como cuando el solista ataca el terna. Resulta admirable en el artista yugoslavo su :repertorio de contrastes y su, capacidad para enlazar de modo coherente secuencias diversas, a veces contrarias, que ¨¦l mismo acent¨²a id extremar los tiempos o Ead1 prolongar las respiraciones,Suelen descuidar los pianistas, quiz¨¢ empujados por el componente l¨ªrico de los pentagramas, el adjetivo que Chaikovski a?adi¨® al andantino central: semplice. Y es dif¨ªcil dar con el grado justo de sencillez para hacer desde ¨¦l, a la vez, un largo reposo meditativo y una concentraci¨®n ideol¨®gica. En cierto modo este movimiento funde valores antag¨®nicos; es, al mismo tiempo, cl¨ªmax y relajaci¨®n de todo el concierto.
Ele ah¨ª salt¨® a la catarata virtuosista del allegro con fuoco; no virtuosismo sin m¨¢s, poravasallador que aparezca, sino servicio virtuos¨ªstico a una sustancia musical tan caracter¨ªstica como la de Chaikovski. Algunos pasajes amenazados y hasta heridos por la banalidad Pogorelich sabe ennoblecerlos de la mejor manera: no los hace pasar como de matute, sino que se recrea en ellos, otorg¨¢ndoles la m¨¢s bella l¨ªnea y la m¨¢s hermosa sonoridad. L¨®pez Cobo y la ONE realizaron una colaboraci¨®n de muy buen nivel y los 2.000 asistentes aclamaron al fabuloso Pogorelich.
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