Los ni?os de la calle
Un informe alerta sobre la mendicidad, venta y prostituci¨®n infantil en Espa?a
No todos los ni?os vuelven hoy al colegio. Algunos viven una huelga permanente. Su hogar y su escuela es la calle, y en la acera est¨¢ tambi¨¦n su medio de subsistencia. En ella mendigan, venden objetos o mercadean con su cuerpo. Son los ni?os de la calle. Suman miles en Espa?a y son 80 millones en el mundo; 1990 ser¨¢ el A?o Internacional, de los Derechos del Ni?o. Un informe de la Cruz Roja Espa?ola revela que en los barrios marginales de las capitales espa?olas casi el 60% de los ni?os callejeros se emplea en tales menesteres.
El informe de la Cruz Roja, presentado ayer, consta de una encuesta sobre 500 menores de 16 a?os, asiduos de calles de barrios marginales de Barcelona, Bilbao, Madrid, Sevilla y Valencia. El 32,6% de los entrevistados manifest¨® dedicarse a la venta ambulante; un 19,6% a la mendicidad y un 7% a la prostituci¨®n. Cada edad tiene su actividad: de cuatro a 10 a?os los ni?os de la calle se dedican a la mendicidad y a partir de esa edad optan por la venta ambulante o a la prostituci¨®n.La complicidad paterna es patente en los tres casos, inclu¨ªda la prostituci¨®n, que es forzada, tolerada o sospechada por m¨¢s de un tercio de los padres cuyos hijos la ejercen.
Los chavales que venden su cuerpo logran unos beneficios mucho m¨¢s sustantivos -de 3.000 a 5.000 pesetas diarias- que los que ejercen las otras labores, que apenas suele reportarles unas 500 pesetas por d¨ªa.
No menos interesante es ver el destinatario de esos ingresos. Los ni?os que mendigan o mercadean, en su mayor¨ªa, entregan sus ingresos total o parcialmente a los padres, que, sin embargo, apenas se lucran en un 20% de la prostituci¨®n que ejercen sus hijos.
La ausencia general de proxenetas no les libra de otras ataduras: el 83% consume drogas. Ninguno se enga?a sobre su suerte. S¨®lo un 6% disfruta con tan viejo oficio.
La droga no es privativo de este grupo. Casi un 38% de los encuestados se coloca con algo: pegamento, alcohol, marihuana, coca¨ªna o hero¨ªna. Barcelona, seguida de Bilbao, se halla aparentemente a la cabeza de las ciudades espa?olas en esta lacra.
Detenciones, malos tratos
Muchos han tenido ya sus choques con los guardianes de la sociedad. Casi la mitad ha sido detenido en alguna ocasi¨®n e igual porcentaje dice que sufri¨® malos tratos de los agentes. Un 17% lleg¨® a estar internado en alg¨²n centro. Y m¨¢s de la mitad se fug¨®. La fuga es una constante en su vida. La cuarta parte abandon¨® su hogar.Tampoco dejan un nido de amor atr¨¢s. El retrato hogare?o est¨¢ compuesto por pinceladas de inmigraci¨®n, drogas, alcohol, malos tratos -un 25% los ha sufrido- y por ejemplares profesiones familiares perseguidas por la ley.
La escuela no les atrae m¨¢s que el hogar. M¨¢s de la mitad no asiste ya nunca, bien porque la han dejado (46%) o porque nunca la pisaron (6%). Barcelona y Madrid son las ciudades donde m¨¢s aprecia esta desescolarizaci¨®n. El colegio es la pandilla. Y ¨¦sta les ense?a o anima a 'hacer el gamberro en la calle" (44,4%), coger cosas en comercios (33,7%), coger coches o motos (13,1%) y atracos con navaja o tirones (11,5%).
M¨¢s de la mitad de los chavales vislumbra una dif¨ªcil colocaci¨®n en el futuro, sea porque "hay mucho paro", lisamente porque no se consideran preparados o no saben a¨²n qu¨¦ quieren ser en el futuro.
El informe incluye una encuesta a 1.500 adultos. M¨¢s de la mitad considera irreal este fen¨®meno, y si bien dos tercios se inclinan por acciones preventivas y de reinserci¨®n social -creaci¨®n de centros de ayuda al menor, mejora condiciones de vida y orientaci¨®n familiar y restricci¨®n de la patria potestad- destaca un 21 % que aboga por pura represi¨®n (internamiento y vigilancia policial).
La Cruz Roja pretende que este informe sirva de aldabonazo para lograr promover, aunadamente con la Administraci¨®n, programas para prevenir este problema y recuperar socialmente a los ni?os que ya lo padecen en la actualidad.
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