Gorbachov pasa a la ofensiva
LA DECISI?N de separar a Egor Ligachov de sus responsabilidades sobre ideolog¨ªa en el secratariado del Partido Comunista de la Uni¨®n Sovi¨¦tica no es sino la punta de un iceberg: lo que hay por debajo es una !ucha que abarca a extensas esferas del partido, de la Administraci¨®n y de la sociedad, entre los partidar¨ªos de la perestroika (reestructuraci¨®n) y de la glasnost (transparencia) y, los que quieren detener los cambios para que todo siga m¨¢s o menos como antes. Esta lucha se ha agudizado en las ¨²ltimas semanas porque se est¨¢n realizando los preparativos delal conferencia especial del partido dedicada a la democratizaci¨®n que se tiene que celebrar en el mes de junio.La idea de la conferencia, fue lanzada por Gorbachoy en el comit¨¦ central de enero de 1987, en el que sus propuestas para democratizar el partido y el sistema estatal -elecciones con varios candidatos, voto secreto- fueron cercenadas por la presi¨®n conservadora. A partir de ese momento, Egor Ligachov se ha ido perfilando, desde puestos tan importantes como responsable de la ideolog¨ªa y n¨²mero dos del bur¨® pol¨ªtico, como cabeza de la oposici¨®n conservadora. Su estrategia no es el ataque frontal contra la perestroika. Reconoce, en principio, la necesidad de la reforma, pero a la vez pretende vaciarla de su contenido innovador y reducirla a ajustes puntuales dentro de un sistema en s¨ª intocable. En reiteradas intervenciones, Ligachov se ha esforzado por frenar las cr¨ªticas al pasado, al estalinismo; por limitar la transparencia en la Prensa; y por impedir que en los clubes, u otras asociaciones espont¨¢neas, los j¨®venes puedan opinar y debatir sobre todos los temas que en esta hora les interesan.
El oto?o pasado, los conservadores obtuvieron un ¨¦xito indudable en su ataque contra el secretario de Mosc¨², Boris Eltsin, el dirigente m¨¢s radicalmente innovador del equipo de Gorbachov. ?ste, para evitar una divisi¨®n en la cumbre del partido en condiciones poco seguras para ¨¦l, acept¨® la destituci¨®n de Eltsin. Pero la actittid centrista de Gorbachov en esa coyuntura -contra los conservadores y contra los impacientes- no ha durado mucho. En parte a causa de la agresividad de los enemigos de la perestroika, que le acusaron de abandonar los dogmas del marxismo-Ienilismo. La reciente rehabilitaci¨®n del compaffiero de Lenin, Bujarin, fue un momento clave de esa pu,"a por el poder porque sirvi¨® para demostrar que ajustar las cuentas con el pasado exig¨ªa que se pusiera al mismo tiempo en entredicho una historia oficial plagada de mentiras, as¨ª como tambi¨¦n el reconocimiento, de los grav¨ªsimos fracasos sufridos por la URSS en sus 70 a?os de existencia.
El mes pasado, con la publicaci¨®n en el diario Rusia Sovi¨¦tica de una carta que era, de hecho, la plataforma de los conservadores para la conferencia, ¨¦stos iniciaron abiertamente las hostilidades, Ligachov propici¨® esa publicaci¨®n, seguida de una intensa actividad para extender las ideas de la plataforma. Gorbachov ha contestado pasando a la ofensiva. Sus partidarios han desplegado sus fuerzas en la Prensa, en declaraciones de asociaciones profesionales, de intelectuales, en todas las instancias del partido. A la vez, se han tomado medidas ore¨¢nicas contra los conservadores, quc siguen ostentando posiciones de privilegio en el aparato del partido. El apartarniento de Ligachov es esencial porque deja claro ante todos qui¨¦n manda. Ello debe influir sobre la preparaci¨®n de la conferencia, ya que obedecer al superior sigue siendo -a pesar de los aires de la reforma- una norma b¨¢sica en el partido comunista sovi¨¦tico.
La publicaci¨®n de la carta, por otra parte, ha tenido efectos nefastos para los conservadores, porque las manifestaciones en favor de la perestroika han alcanzado una amplitud sin precedentes, incluso en sectores que desean ir mucho m¨¢s lejos de lo que ahora Gorbachov propugna. Con todo, los peligros en el camino de la perestroika siguen siendo enormes. Un a?o clave puede ser 1990, puesto que en esa d¨¦cada es presumible que se hagan sentir los efectos sociales negativos de la reforma econ¨®mica.
Por todo lo anterior es prioritario para Gorbachov que la conferencia de junio no discurra en t¨¦rminos ambiguos, sino que ayude a cohesionar a la direcci¨®n del PCUS en torno a su proyecto. El ataque conservador ha tenido otras consecuencias. Gorbachoy, despu¨¦s de haber abandonado el centrismo de noviembre de 1987, parece buscar ahora la alianza con los impacientes para poder derrotar la amenaza de las fuerzas conservadoras. Semejante evoluci¨®n es importante porque laperestroika no es una reforma a la que pueda darse t¨¦rmino en unos a?os. Por el contrario, es un proceso profundo de transformaciones, cuyo futuro desarrollo es dif¨ªcil de adivinar, pero que ha ejercido ya un impacto serio en el mundo.
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