El despegue de los escritores espa?oles
Las editoriales apuestan fuerte por los autores en castellano
ALEJANDRO G?NDARA Una de las sorpresas contenida en la avalancha de novedades que se registra por estas fechas es el alto n¨²mero (m¨¢s de 30) de autores espa?oles lanzados al mercado. Lo curioso del dato es que en buena medida son autores j¨®venes -in¨¦ditos o que publican ahora su segunda o tercera novela-. Todo ello indica que las casas editoras espa?olas est¨¢n variando paulatinamente su estrategia en lo referente a creadores nacionales. Una posible conclusi¨®n es que la narrativa joven espa?ola se halla en condiciones de competir, aunque sea todav¨ªa a distancia de los extranjeros m¨¢s consagrados, con autores traducidos de otras lenguas. As¨ª debiera entenderse el que aparezcan en estas fechas, cuando el n¨²mero de novedades hace dif¨ªcil la selecci¨®n para el lector, y no en la soledad de otros per¨ªodos del a?o en que la atenci¨®n y el lanzamiento resultaban m¨¢s sencillos. El Premio de la Cr¨ªtica ha corroborado este diagn¨®stico al concederse a la segunda novela de Antonio Mu?oz Molina (Un invierno en Lisboa, Seix Barral).
Balances
Por otro lado, parecen darse las condiciones para que la llamada nueva narrativa espa?ola se convierta en un hecho cultural consolidado y se haga balance de la madurez de muchos de estos autores. Tras las novelas iniciales, el mundo de cada uno contiene ya elementos suficientes para interpretar sus prop¨®sitos. En este sentido, ser¨ªan ejemplos las nuevas novelas de Jes¨²s Ferrero (Lady Pepa, Plaza y Jan¨¦s), Julio Llamazares (La lluvia amarilla, Seix Barral), Rosa Montero (Amado amo, Debate), Enrique Murillo (El centro del mundo, Anagrama), Juan Cruz (El sue?o de Oslo, Muchnik), Andr¨¦s Recio Belad¨ªez (Las tribulaciones del verdugo, Alfaguara) o Soledad Pu¨¦rtolas (Todos mienten, Anagrama), entre otros.
Esta posibilidad de aclarar un paisaje no se da en absoluto dentro de la edici¨®n de libros de poes¨ªa, donde la proliferaci¨®n de, autores, los criterios de publicaci¨®n y las condiciones materiales de las editoriales se conjugan para ofrecer al lector la, imagen de un desorden suavizado por el recurso a los autores consagrados. Son significativos a este respecto la recuperaci¨®n de Juan Rejano (La mirada del hombre, Anthropos) y el nuevo libro de Jos¨¦ Agust¨ªn Goytisolo (El rey mendigo, Lumen).
Los cl¨¢sicos y las antolog¨ªas forman parte tambi¨¦n de este remedio contra la confusi¨®n. Entre los primeros, destacan la edici¨®n del Arte de amar. Remedios contra el amor. Cosm¨¦ticos para el rostro femenino, de Ovidio (Akal). Entre las segundas, las recopilaciones llevadas a cabo por la colecci¨®n El Bardo de poes¨ªa neerlandesa, poes¨ªa italiana actual y poes¨ªa neohel¨¦nica de la generaci¨®n griega de 1930.
Los libros de autores j¨®venes siguen, a pesar de todo, inundando las librer¨ªas, como es el caso de Isla Correyero (Lianas, Hiperi¨®n), Sabas Mart¨ªn (Indiana Sones, Libertarias) o el jovenc¨ªsimo Francisco Serradilla (El bosque insobornable, Rialp).
La publicaci¨®n de narrativa extranjera sigue girando en torno a autores bastante conocidos y con la estrategia de aluvi¨®n que impide conocer, excepto en contadas ocasiones -como la colecci¨®n de Alfaguara XIX-, los criterios editoriales en el doble plano est¨¦tico y comercial. Todo lo que puede hacerse es destacar a escritores como A. Trollope (El custodio, Alfaguara XIX), D. H. Lawrence (La mujer que se fue a caballo, Edhasa), Ring Larner (Campe¨®n, Montesinos), Djuna Barnes (El vertedero, Seix Barral), Paul Bowles (El cielo protector, Alfaguara), Jozef Skvorecky (El saxo bajo, Alianza) o Louis Auchicloss (Diario de un yuppie, Anagrama).
Explosiones
En lo que se refiere a la producci¨®n ensay¨ªstica hay que subrayar la expectaci¨®n con que se sigue el boom de libros de econom¨ªa desencadenado por las ¨²ltimas crisis. Muchos autores espa?oles se han sumado a ¨¦l con un nivel homologable internacionalmente. Los temas de econom¨ªa general y de empresa han estimulado la esperada renovaci¨®n del pensamiento econ¨®mico espa?ol. Entre otros, dos libros de los que se hablar¨¢ mucho: La crisis bancaria en Espa?a (Ariel), de ?lvaro Cuervo, y la Historia financiera de Europa occidental (Cr¨ªtica), de Ch. P. Kindleberger.
Editoriales como Alianza, Taurus, Cr¨ªtica y Siglo XXI est¨¢n a la cabeza en uno de los sectores que mayor diversidad de temas y enfoques ofrece en estos momentos, el de la historia. Desde El ni?o y la vida familiar en el antiguo r¨¦gimen (Taurus), de Ph. Ari¨¨s, a La radio en Espa?a (Siglo XXI), de C. Garaitaonaind¨ªa, pasando por la Historia de Espa?a (Alianza) que dirige Miguel Artola, el lector encontrar¨¢ una buena porci¨®n de posibilidades.
Curioso es tambi¨¦n el fen¨®meno de los libros de divulgaci¨®n cient¨ªfica, o al menos no s¨®lo para especialistas, que se viene produciendo en nuestro pa¨ªs. La ingenier¨ªa gen¨¦tica (El embri¨®n transparente, Jacques Testart, Granica); los juegos cient¨ªficos (Juegos cient¨ªficos, Paolo Calvani, Pir¨¢mide); la inform¨¢tica (Sistemas expertos, Dieter Nebendhal, Marcombo y Siemens). He aqu¨ª s¨®lo una m¨ªnima muestra del repertorio.
Por ¨²ltimo, se?alar el importante esfuerzo realizado en la edici¨®n de libros sobre m¨²sica por parte de editoriales como Turner, Espasa, Alianza y Taurus, en un intento de poner al d¨ªa un campo olvidado.
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