La vuelta de Cassinello
EL NOMBRAMIENTO por el Consejo de Ministros del general Andr¨¦s Cassinello como capit¨¢n general de la regi¨®n militar con sede en Burgos es una importante noticia que aclara, retrospectivamente, el sentido de la actitud del Gobierno, y singularmente del Ministerio de Defensa, al destituir, hace a?o y medio, a ese militar de su cargo de jefe del Estado Mayor de la Guardia Civil. Dicha destituci¨®n se produjo apenas unas horas despu¨¦s de que Cassinello publicase en un diario de la capital de Espa?a, con su firma y menci¨®n a su cargo, un art¨ªculo, menos ir¨®nico que zafio y m¨¢s provocativo que cr¨ªptico, en el que se vert¨ªan algunas insinuaciones contra el partido comunista, c¨¢usticas glosas a una expresi¨®n del ministro Solana y despectivos comentarios para con determinados periodistas, todo ello en el marco de un desahogo personal a prop¨®sito de las acusaciones de que hab¨ªa sido objeto por parte del clandestino Sindicato de la Guardia Civil.La rapidez de reflejos demostrada por el Ministerio de Defensa con tan fulminante destituci¨®n fue saludada con euforia por los medios democr¨¢ticos, que interpretaron el hecho como un gesto de reafirmaci¨®n de la autoridad del poder civil. La euforia se convertir¨ªa en preocupaci¨®n cuando poco despu¨¦s se comunic¨® el nombramiento de Cassinello como gobernador militar de Ceuta. De las varias opciones posibles, el ministro hab¨ªa elegido la que garantizaba la continuidad de la carrera militar del sancionado, destin¨¢ndole a un puesto con mando sobre tropa. Ahora se ve que el destino en Ceuta no significaba ning¨²n destierro simb¨®lico, sino una etapa de preparaci¨®n para m¨¢s altos destinos. Al ascender a Cassinello a teniente general (m¨¢ximo grado en la carrera) y nombrarlo capit¨¢n general de la regi¨®n militar con sede en Burgos -ahora llamada de los Pirineos Occidentales, y que comprende al Pa¨ªs Vasco y Navarra-, el Gobierno ha adoptado una decisi¨®n cuya dimensi¨®n pol¨ªtica no puede ignorarse. El que algunos dirigentes socialistas vascos hayan saludado el nombramiento con alborozo, aludiendo al "profundo conocimiento que del problema vasco tiene el general Cassinello" confirma que, contra lo afirmado ayer por el portavoz del Gobierno en funciones, la decisi¨®n desborda la dimensi¨®n t¨¦cnica o profesional.
En junio del a?o pasado, el ministro de Defensa destituy¨® de su cargo al entonces gobernador militar de Guip¨²zcoa, general de brigada ?ngel D¨ªaz Losada, por unas declaraciones en las que, a preguntas de un informador, hab¨ªa reafirmado el principio de la supeditaci¨®n de los Ej¨¦rcitos al poder civil incluso en el caso de que las decisiones de dicho poder condujeran a la independencia de una determinada regi¨®n o nacionalidad, posibilidad que, por lo dem¨¢s, consideraba puramente hipot¨¦tica. Quienes justificaron la fulminante decisi¨®n del ministro evocaron de manera m¨¢s o menos impl¨ªcita el antecedente de Cassinello: la firmeza del Gobierno se manifestaba con id¨¦ntica nitidez cualquiera que fuera el contenido de las declaraciones juzgadas improcedentes. Sin embargo, mientras que Cassinello iba a Ceuta, en un cargo que le permit¨ªa proseguir su carrera, D¨ªaz Losada era declarado en situaci¨®n de disponible forzoso, es decir, sin destino y a las ¨®rdenes del ministro de Defensa. A la luz de lo decidido ayer por el Gobierno, la asimetr¨ªa de su actitud ante uno y otro caso se ha revelado escandalosa. Ello resulta bastante inquietante.
Cassinello ha sido un hombre clave en los servicios de informaci¨®n del Ej¨¦rcito desde la primera mitad de los a?os setenta. En los medios castrenses tiene fama de persona muy capacitada desde el punto de vista profesional. Ahora bien, en los a?os en que ese militas ha ocupado delicadas responsabilidades en esa ¨¢rea espec¨ªfica del espionaje militar se han producido demasiados hechos oscuros como para dar por buena. cualquier interpretaci¨®n de lo que pueda entenderse por capacidad profesional. De momento, el hecho mismo del nombramiento constituye una imprudencia desde el punto de vista de la coherencia pol¨ªtica con que deben tratarse todos los asuntos que puedan incidir en el Pa¨ªs Vasco. A no ser que el Gobierno haya querido deliberadamente dar un giro importante a una pol¨ªtica que inclu¨ªa hasta ahora la solidaridad de todas las fuerzas pol¨ªticas vascas.
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