Pierre Bourdieu: "Para enfrentarse a las evidencias hay que tener un esp¨ªritu de resistente"
El intelectual franc¨¦s publica en Espa?a una recopilaci¨®n de textos titulado 'Cosas dichas'
Pregunta. En Cosas dichas ha abordado multitud de temas: el fetichismo de la pol¨ªtica, el esta do actual de la sociolog¨ªa, las estrategias matrimoniales, los ritos caribe?os, etc¨¦tera. ?Cu¨¢l ser¨ªa el denominador com¨²n?Respuesta. Se trata de una recopilaci¨®n de entrevistas, conferencias, textos, que recoge temas que he abarcado en obras anteriores. He intentado ser un especialista en una serie de disciplinas. En realidad existen oposiciones invariantes en registros diferentes. De modo que el tener un conocimiento de universos m¨²ltiples otorga una gran fuerza de invenci¨®n basada sobre la analog¨ªa entre universos diferentes. Por ejemplo, estoy trabajan do sobre el tema de la universidad; a la vez lo hice hace algunos a?os sobre el tema de los obispos.
He comprobado que hay una fuerte oposici¨®n entre te¨®logos y obispos. Eso me da una idea a la hora de establecer la oposici¨®n entre intelectuales libres y profesores. El recurso al m¨¦todo comparativo es un modo de luchar contra las evidencias. A m¨ª lo que me ha salvado ha sido el hecho de no aceptar las evidencias comunes. Para resistir a las evidencias es preciso tener mal car¨¢cter. Hay que tener un esp¨ªritu de resistente.
P. Habitualmente ha habido ,disociaci¨®n entre la doctrina sint¨¦tica -marxista- y la emp¨ªrica -reformista, americana- La sociolog¨ªa emp¨ªrica ha predominado en los sesenta, pero carec¨ªa de inspiraci¨®n te¨®rica. Sin embargo, empezaba a imponerse el estructuralismo. ?Cu¨¢les han sido sus divergencias con ¨¦l?
R. Procedo de la etnolog¨ªa estructuralista. Mis primeros trabajos no los he hecho bajo la direcci¨®n de Levi-Strauss; eso s¨ª, he recibido su influencia. Admiro much¨ªsimo a este hombre, le considero uno de los grandes fundadores de las ciencias sociales en este pa¨ªs. Sin embargo, he estado en desacuerdo con su teor¨ªa de la acci¨®n. Los althusserianos lo han desarrollado de modo ingenuo: han considerado que el agente simple era el portador de la estructura. A m¨ª me ha parecido que el operador de las acciones sociales era el cuerpo socializado, lo que llamo el habitus. Este cuerpo socializado lleva a cabo acciones estructuradas y construye el espacio. He querido establecer la intervenci¨®n del habitus entre las estructuras y las pr¨¢cticas.
Estructura objetiva
P. O sea, de las disposiciones individualizadas... ?Ese habitus implica regularidades efectivas?
R. Son regularidades hist¨®ricas con un valor muy general. Por ejemplo, la instituci¨®n escolar se ha convertido en el gran sistema de reproducci¨®n en las sociedades modernas. Aqu¨ª tenemos por una parte unas estructuras que existen en la realidad objetiva y que obedecen a leyes, y por otra unas estructuras incorporadas. Por ejemplo, cuando decimos "esto es distinguido", o .esto es vulgar", o "esto es brillante", o "esto es mediocre", utilizamos categor¨ªas de percepci¨®n. Esos principios de divisi¨®n vienen a ser estructuras incorporadas que est¨¢n imbricadas con las estructuras sociales. La distinci¨®n entre distinguido y mediocre es una oposici¨®n social; denota qui¨¦n pertenece a un estrato privilegiado y qui¨¦n no. La distinci¨®n entre comida ligera y pesada es otra oposici¨®n social; de nota el que come en la clase privilegiada y quien lo hace en la popular. Se trata de una estructura objetiva que se transforma en categor¨ªa de percepci¨®n.
P. Otra de sus divergencias con el estructuralismo ha sido el cuestionar la prepotencia del investigador frente a su objeto.
R. Los primitivos somos nosotros cuando queremos ser pr¨¢cticos. Al igual que ellos, operamos con clasificaciones pr¨¢cticas: fr¨ªo o caliente, izquierda o derecha, etc¨¦tera.
P. En uno de los textos, Espacio social y poder simb¨®lico, toca la problem¨¢tica de la reproducci¨®n social. Utiliza el concepto de agente social: es un concepto que lleva impl¨ªcita la idea de pasividad. Es un modo de castrarnos como actores sociales, ?no cree?.
R. He intentado superar la oposici¨®n entre las estructuras sociales y las representaciones mentales. Pascal dec¨ªa: el mundo me comprende y yo le comprendo. O sea, soy un grano de arena, algo mec¨¢nico y determinado, pero tengo una representaci¨®n del mundo y act¨²o en base a ella. Veo desde mi punto de vista: mi edad, mi sexo, mi origen social, etc¨¦tera, pero me muevo en un espacio objetivo. En ese sentido creo haber resuelto el problema de las clases sociales. Estamos situados en un espacio social en el que existen distancias infranqueables. Podemos medir esas distancias con el dinero, con t¨ªtulos, etc¨¦tera. Eso genera una serie de conflictos. El espacio resiste: si uno quiere ascender socialmente tendr¨¢ que escalar pelda?os, tendr¨¢ que hacer esfuerzos. Pues bien, tenemos a gente que ve ese espacio, que act¨²a en ¨¦l, que defiende su punto de vista -ojo, el punto de vista no est¨¢ determinado-
Entablar¨¢ una lucha por imponer su punto de vista; lo querr¨¢ imponer a otras personas. La probabilidad de que acierte es mayor si se dirige a personas que ocupan una posici¨®n similar a la suya en el espacio social. Si llega a conseguirlo tendremos una clase social.
Estrategias
Pregunta. Ha establecido la determinaci¨®n de las estructuras simb¨®licas sobre las estructuras sociales.Respuesta. He apostado por definir el papel de las estructuras simb¨®licas en la construcci¨®n de la realidad. He querido hacer una econom¨ªa generalizada de lo simb¨®lico. Al igual que en lo econ¨®mico, lo simb¨®lico est¨¢ sometido a los imperativos de la producci¨®n; produce efectos reales.
P. Ha evocado la noci¨®n de habitus. Concretamente ha estudiado matrimonios, ritos primitivos, etc¨¦tera. Seg¨²n usted, la estrategia matrimonial resulta de la relaci¨®n de fuerza en el seno del grupo dom¨¦stico.
R. La etnolog¨ªa hac¨ªa referencia a reglas conscientes, y al mismo tiempo eran consideradas como modelos. Exist¨ªa la ambig¨¹edad en el propio Levi-Strauss. Dec¨ªa que eran reglas expl¨ªcitas, que eran modelos. Seg¨²n ¨¦l, las pr¨¢cticas eran regidas por principios inconscientes. Le compet¨ªa al etn¨®logo reconstituir esos modelos. Pero nadie sab¨ªa c¨®mo ocurr¨ªan las cosas. Yo manifest¨¦ cierto escepticismo para con ese modo de plantear las cosas. De hecho introduje la idea de estrategia, que viene a ser una especie de jugada de ajedrez producida por el habitus. En el fondo siempre volvemos a jugar las mismas partidas; lo que ocurre es que intervienen variantes. Aqu¨ª se impuso la noci¨®n de habitus: es un instinto socialmente construido; es algo muy creativo. Es una especie de matriz generadora. Es un sistema de disposiciones corporales que nos dan acceso a la invenci¨®n. Con pocos principios obtenemos una gran cantidad de soluciones.
P. Las estrategias est¨¢n incorporadas en el registro de la etnolog¨ªa. ?C¨®mo las ha trasladado a la sociolog¨ªa?
R. Se ha construido una frontera artificial entre esas disciplinas. Est¨¢ apuntalada sobre razones de tipo hist¨®rico. Yo he transferido a la sociolog¨ªa, especialmente para plantear diferentemente el problema de las clases sociales, la reflexi¨®n propiciada por antrop¨®logos que han estudiado clasificaciones primitivas.
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