N¨²mero de circo televisi¨®n
ENVIADO ESPECIAL, "Esto es algo que recuerda los n¨²meros de circo", ha comentado el candidato-presidente socialista, Fran?ois Mitterrand, al referirse al pulso televisivo que esta noche mantendr¨¢ con Jacques Chirac, el candidato-primer ministro del campo liberal-conservador; ser¨¢ el momento ¨¢lgido de una campa?a, hasta ahora, perfectamente in¨²til.Dado que en este juego puede haber sangre electoral, como en una corrida se arriesga la sangre que corre por las venas, apasionar¨¢ m¨¢s que ninguna otra manifestaci¨®n. Los caf¨¦s, los bares, los restaurantes, la vida callejera, durante las dos horas aproximadas de duraci¨®n del toma y daca miterrandista-chiraquista, ver¨¢n menguada su clientela, aunque no tanto como cuando Espa?a entera hace novillos por mor de un partido de f¨²tbol hist¨®rico.
Chirac ya ha hecho correr la especie "le dejar¨¦ KO". Mitterrand no teme tanto, pero admite que este tipo de ri?as no le gustan, "aunque pueden ser divertidas una vez cada siete a?os". Y reconoce: "Yo tengo m¨¢s que perder que ¨¦l" (m¨¢s que Chirac, se entiende). Mitterrand, de todos modos, por razones de veteran¨ªa vital y la profesionalidad que le garantiza casi medio siglo de baile pol¨ªtico, debe conocer todos los recovecos y flancos er¨®genos de este g¨¦nero de contiendas. Es, adem¨¢s, el jersei amarillo de la vuelta en los 30 a?os de vida de la V Rep¨²blica; estren¨® los mano a mano por la presidencia en 1974 frente a Val¨¦ry Giscard d'Estaing. En aquella ocasi¨®n, el hoy ex presidente no le noque¨®, pero le zurci¨® a placer; Giscard, con 48 a?os y una cabeza que ya hac¨ªa pensar en los ordenadores, gan¨® por puntos gracias a sus dotes de economista frente al hombre al que siempre los gaullistas despreciaron pol¨ªticamente con la afirmaci¨®n "Mitterrand es un buen literato".
El segundo combate, de un solo round, lo comparti¨® tambi¨¦n con Giscard en 1981. Mitterrand ya sab¨ªa m¨¢s de n¨²meros, sin dejar de ser literato, y gan¨® por puntos.
En contra de una opini¨®n extendida, el actual jefe del Estado no cree en la eficacia de estas batallas de ¨²ltima hora; asegura que no dan ni quitan votos. Giscard opina lo contrario; en una conversaci¨®n mantenida la semana pasada, el ex presidente nos confi¨®: "En 1974 me hizo presidente de la Rep¨²blica aquella frase que le dije a Mitterrand, 'no s¨®lo usted tiene el monopolio del coraz¨®n'; esas palabras me dieron medio mill¨®n de votos". Como los anteriores, el enfrentamiento de esta noche preocupa a los protagonistas; y sus representantes no han acabado a¨²n las negociaciones, tratos, chalancos, y dimes y diretes sin cuento, para que todo resulte justo y razonable.
Pierre B¨¦regovoy, uno de los posibles primeros ministros si ganase Mitterrand, y Alain Jupp¨¦, ministro actual de Chirac y aspirante a todo lo que pueda venir, a¨²n no hab¨ªan ultimado anoche todos los detalles de la gresca a muerte, pero ya estaban de acuerdo en los detalles a respetar sin asomo de fallo.
Cada candidato nombrar¨¢ un realizador de televisi¨®n de su confianza para vigilar al cong¨¦nere que oficiar¨¢ tras las c¨¢maras. Tambi¨¦n han acordado que cuando uno de los candidatos hable nunca se ver¨¢n la cara y las expresiones del otro.
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