Julio Iglesias intenta vender su voz en el mercado chino
El cantante grab¨® un recital que ver¨¢n 300 millones de espectadores
El cantante espa?ol Julio Iglesias entr¨® el pasado lunes en la Ciudad Prohibida de Pek¨ªn, la capital de la Rep¨²blica Popular China, calzando unos c¨®modos mocasines blancos que daban a su cuerpo el meneo de un antiguo palanqu¨ªn. El cantante lleg¨® el domingo pasado a Pek¨ªn para grabar en la televisi¨®n china un recital que ser¨¢ difundido pr¨®ximamente a un p¨²blico estimado en 300 millones de espectadores.
Julio Iglesias atraves¨® el lunes la Puerta de la Suprema Armon¨ªa, se asom¨® a las salas de la Pureza Celeste, de la Uni¨®n y de la Tranquilidad Terrestre, se intern¨® en los laberintos laterales, detr¨¢s del Palacio de los Alimentos Mentales, y fue expelido nuevamente al traj¨ªn de la ciudad por la puerta norte, llamada del Divino Orgullo.El cantante espa?ol, reciente premio Grammy de la industria del espect¨¢culo norteamericana, y cuyo ¨²ltimo disco ha sido grabado en ingl¨¦s, visit¨® China por dos d¨ªas, invitado por la Asociaci¨®n Intemacional de Intercambios Art¨ªsticos Procedente de Tokio, y con destino a Hong Kong, Iglesias ha iniciado una gira asi¨¢tica que culminar¨¢ en Corea del Sur, pa¨ªs en el que participar¨¢ en los pr¨®ximos d¨ªas, junto con otros artistas, en los actos de preinauguraci¨®n de los Juegos Ol¨ªmpicos de Se¨²l previstos para mediados del pr¨®ximo mes de septiembre.
El cantante planea volver a China el pr¨®ximo a?o para ofrecer recitales en directo. En la visita de esta semana, mientras combinaba los placeres de la vista del recinto amurallado en el que el cineasta Bernardo Bertolucci rod¨® buena parte de la oscarizada El ¨²ltimo emperador con las poses para la televisi¨®n, los turistas norteamericanos -que aprovecharon la soleada tarde para sacar a relucir sus abultados vientres- lo reconoc¨ªan boquiabiertos: "?es Julio Iglesias!"; y un pu?ado de japonesas de 40 a?os y un promedio de 1,50 metros de altura se api?¨® a su alrededor, lo ametrall¨® con sus c¨¢maras fotogr¨¢ficas y se esfum¨® por los paseos que dan a la sala de la Larga Vida.
Mientras tanto, el p¨²blico chino pasaba a su lado, todav¨ªa ignorante de la figura que hoy visitaba la vivienda de sus antiguos emperadores. Los ni?os, con quien Julio se quer¨ªa fotografiar, todav¨ªa miraban asustados al "nariz larga". Una muchacha en busca de extranjeros casi comete incluso la torpeza de prestar demasiada atenci¨®n a uno de los segundones del ¨ªdolo, quien viaj¨® a China en su avi¨®n particular, acompa?ado por un s¨¦quito de 14 personas. Los Guardianes del Templo saludaban a Iglesias con la benevolencia que les inspira el turista simp¨¢tico.
La 'Iarga marcha'
No por mucho tiempo, si se cumplen los planes previstos, ser¨¢ s¨®lo un turista. Pues Julio Iglesias ha emprendido as¨ª una "larga marcha" que, si todo va bien, deber¨¢ abrir la "fortaleza china" a los encantos de su voz. El recital que dio esa misma noche para la televisi¨®n deber¨¢ introducirle, por lo dem¨¢s, en cientos de millones de hogares chinos.Y el a?o que viene, con la fortuna que siempre parece acompa?arle, la visita de Julio posiblemente no corra el riesgo de pasar desapercibida para las multitudes.
Babelia
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