El miedo y la 'mili'

Esta carta responde a la enviada por Jes¨²s Pastor (Barcelona), publicada el d¨ªa 15 de abril.Temible Jes¨²s: Tengo 22 a?os, soy objetor de conciencia y estoy finalizando los estudios de Sociolog¨ªa. Yo no tengo miedo a la mili, sino a los que, como usted y otros, la aman. ?Qu¨¦ tipo de sociedad pueden legitimar aquellos a los que fascina ver a "todos haciendo exactamente lo mismo"?

El servicio militar est¨¢ dise?ado para domesticar a las personas, para disciplinar sus cuerpos y sus mentes. Se trata de obedecer a cualquier orden de la voz del mando. Pero ?qui¨¦n manda?, ?es justa la ley?, ?tiene sentido la orden? La pregunta est¨¢ excluida de ese lugar. No entrar¨¦ a hablar de las brutalidades de los mandos, de la p¨¦rdida de tiempo que all¨ª se da, de las relaciones entre los compa?eros ("plena solidaridad", dice usted), de los suicidios y accidentes mortales ni de la vergonzosa ley de objeci¨®n existente.

La mili es el imperio de los resentidos, de los esclavos. El soldado raso luego es cabo, y as¨ª descarga su resentimiento, castigando a los nuevos rasos: la moral de esclavos se perpet¨²a. Ya dijo Nietzsche que "el esclavo no soporta la mirada del hombre libre". Yo me siento libre y amo la vida. Mi inseguridad ciudadana no consiste en temer a ladrones o navajeros, sino a los que abusan del poder que se les ha otorgado (y no dejaremos de preguntar d¨®nde est¨¢ el Nani) y a los que aman la disciplina impuesta, la explotaci¨®n a que est¨¢n sometidos; en fin, temo a aquellos que, rec¨®nditamente, aman la muerte.- Las Palmas de Gran Canaria.